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La joven yacía inerte, con el rostro pálido y la respiración entrecortada, como si el mundo se hubiera desvanecido a su alrededor. Su cabello oscuro enmarcaba delicadamente su rostro mientras permanecía en el suelo, los ojos grises cerrados, como si estuviera atrapada en un sueño profundo.

El silencio envolvía la habitación, roto solo por el suave murmullo de voces preocupadas a su alrededor. Lentamente, como emergiendo de las profundidades de un abismo, sus párpados comenzaron a temblar. Un leve estremecimiento recorrió su cuerpo mientras inhalaba profundamente, como si cada bocanada de aire le devolviera lentamente la vida.

Con un suspiro entrecortado, sus ojos grises se abrieron de golpe. Al principio, miró sin ver, el mundo alrededor difuso y borroso. Pero conforme el enfoque regresaba a sus ojos, el pánico la asaltó. Recuerdos fragmentados de lo que había ocurrido inundaron su mente, desordenados y confusos.

Una figura borrosa al principio se volvió más nítida con cada segundo que pasaba. Alguien estaba allí, sosteniendo su mano con suavidad, los ojos llenos de preocupación y alivio. En ese momento, la realidad regresó con una claridad devastadora, y la joven sintió cómo la gravedad del momento la abrazaba con fuerza, mientras luchaba por entender lo que había pasado.

- Mely... ¿estás bien? - Killian murmuró con voz preocupada, sus ojos negros brillaban con intensidad, reflejando su preocupación genuina.

Mely apartó su mano lentamente de la suya, sintiéndose incómoda por la proximidad repentina y las emociones encontradas que la invadían. - ¿Qué... qué ha pasado? - su voz apenas era un susurro raspado por el desconcierto.

Killian asintió, su expresión seria. - Te desmayaste, Mely. Estuviste inconsciente por un momento.

Mely frunció el ceño, intentando recordar. - Recuerdo... imágenes, fragmentos... algo sobre el monumento y luego... - Su voz se desvaneció, perdida en la neblina de sus recuerdos turbios.

Killian eligió sus palabras con cuidado. - Parece que el monumento te afectó profundamente. Estabas... distinta.

La joven cerró los ojos brevemente, tratando de ordenar sus pensamientos. - ¿Qué significan esas imágenes? ¿Por qué me siento así?

Killian vaciló antes de responder. - Creo que el monumento tiene poderes que... afectan a quienes lo tocan.

Mely inhaló profundamente, sintiendo cómo el vértigo de la experiencia la envolvía. "Necesito entenderlo. Necesito entender lo que está pasando." Su urgencia era palpable mientras se incorporaba lentamente en la cama, alcanzando el diario que descansaba en la mesa de noche.

Killian asintió con seriedad. - Estoy aquí para ayudarte, Mely. Si necesitas respuestas, las encontraremos juntos.

Mely miró a Killian, agradecida por su apoyo, pero consciente de la distancia emocional que necesitaba mantener en ese momento de confusión. La experiencia con el monumento y el efecto del diario la habían dejado con más preguntas que respuestas.

Abrió el diario con manos temblorosas, sorprendiéndose al ver cómo el idioma antes irreconocible se volvía claro y fluido ante sus ojos.

"¿Quién es él?" susurró Mely para sí misma mientras leía. "Sus ojos dorados son fascinantes... ¿tenerlos cerca?"

Algunas palabras estaban borrosas por el paso del tiempo, pero otras eran claras y reveladoras.

"Quiero verlo de nuevo, pero es tan difícil. Mi madre, ella se comporta diferente. ¿Qué está sucediendo?"

"No puedo creerlo. Él dijo que era importante para él, pero no entiendo muy bien estos sentimientos..."

"No, no todo está saliendo como esperaba. Todo ha comenzado a ser tan retorcido..."

Mely se detuvo, encontrando páginas tachadas con furia, como si la ira se hubiera manifestado en cada trazo.

"Las odio... odio..." murmuró, las palabras rasgadas y llenas de emoción.

Cerró el diario con un suspiro, confundida y abrumada por las revelaciones. Nada de lo que había leído tenía sentido completo, pero cada palabra escrita revelaba una parte del enigma que la había envuelto desde que comenzó esta búsqueda.

Su determinación creció con cada palabra descifrada. - Necesito encontrar respuestas, incluso si son difíciles de enfrentar - murmuró para sí misma, mirando fijamente las páginas marcadas.

Killian la observó con preocupación y determinación. - ¿Qué piensas hacer ahora, Mely?

Mely se aferró al diario, repasando una y otra vez el enigma que había descifrado parcialmente. "Recuerda el bosque. Encuentra el lago. Él espera en el lugar donde la luna besa el agua." El bosque ya lo había encontrado, pero el lago seguía siendo un misterio.

Killian frunció el ceño, pensativo. - El lago... podría haber varios lagos en la región. Pero si el acertijo se refiere a un lugar especial donde la luna refleja en el agua, podría ser un lugar concreto, no uno cualquiera.

Mely asintió, concentrándose en la imagen que el enigma evocaba en su mente. - Debe ser un lugar significativo. No cualquier lago, sino uno donde la luna tenga un efecto especial sobre el agua.

Killian se puso de pie. - Voy contigo.

Mely lo detuvo con firmeza. - No - dijo, deteniéndolo con la mirada. - Yo puedo hacerlo sola. Gracias por tu ayuda, pero de ahora en adelante, puedo manejarlo yo misma.

Killian se mantuvo en silencio por un momento, sus ojos dorados reflejando una mezcla de decepción y comprensión. Asintió lentamente, como resignándose a aceptar su decisión. - Entiendo - murmuró, con voz contenida.

Mely se mordió el labio inferior, sintiendo un nudo en la garganta al ver la expresión en el rostro de Killian. - Lo siento, Killian - dijo con sinceridad. - Es solo que... necesito hacer esto por mí misma ahora.

Killian asintió de nuevo, esta vez con una leve sonrisa forzada. - Lo sé, Mely. Estoy aquí si alguna vez necesitas ayuda. - Se puso de pie con un gesto de despedida, antes de detenerse junto a la puerta.

- Recuerda nuestra cita para mañana - dijo Killian suavemente, su voz apenas un susurro lleno de esperanza y una pizca de tristeza.

Mely asintió, agradecida pero aún con la determinación firme en su mirada. - Lo recordaré.

Con eso, Killian salió del apartamento, cerrando la puerta suavemente tras de sí. Mely se quedó allí, sintiendo el peso de su decisión y el impacto en la relación con Killian. Era doloroso, pero sabía que necesitaba este tiempo para descubrir la verdad que se escondía detrás de cada palabra escrita en el diario.

SHADOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora