CharlotteAl acabar la reunión, mamá me obliga a despedirme de todos, cuando llego donde esta sentado Adam, tiene clavada la mirada en un libro, quiero llamar su atención pero no quiero pasar vergüenza.
—¿Qué no vas a dejar de ser tan tímida, guapa?
—Amm... Y-Yo...—tartamudeo.
Adam se levanta, deja el libro sobre la silla, me toma de la mano y me jala para subir las escaleras con él.
—¿Qué haces?—le susurro.
—Te llevo arriba.
—No, Adam...—no pierdo nada... ¡no!—, ya tengo que irme.
Se detiene en seco en la entrada de uno de los dormitorios y el corazón me da un vuelco al pensar en todo lo que sucedería hay dentro.
—Quedate.
—No quiero irme—me ruborizo—, dame tu número y así... Si tu quieres, podremos hablar...
Sonríe y sus hoyuelos se marcan, se que esto no acabara bien.
—Por supuesto que quiero hablar contigo.
Le devuelvo la sonrisa, él saca su móvil del bolsillo trasero de sus jeans ajustados y me mira a los ojos.
—Saca tu teléfono... —mira la falda de mi vestido y me que llevo el móvil en mi bolsillo—, mejor dejame, ya lo saco yo.
Pone su mano en mi cadera y me acerca a él, baja su mano lentamente y la pone sobre mi muslo, cosa que hace que me estremezca, pongo mis manos es su pecho y las aprieto en su camisa, luego con su mano libre con mucho cuidado, la mete en mi bolsillo y mientras lo hace roza mi pierna a través de la tela. Toma mi móvil y lo saca muy despacio, sin dejar de rozarme con sus cálidos dedos.
Me suelta y se aleja un poco.
—Aquí esta—dice tendiéndome el teléfono—, ya puedes darme tu número.
—Si...—mis mejillas arden por el calor de mi cuerpo.
«Respira—,me digo—, tranquilizate.»
Después de intercambiar números, me pone una mano en el cuello y la otra la pone en mi espalda y va bajando lentamente hasta llegar a mi muslo, se me acerca lentamente con una sonrisa maliciosa, dejándome ver de nuevo sus perfectos hoyuelos y me susurra.
—Ya terminaremos esto, guapa.—me aprieta el muslo con la mano y me estremezco, de nuevo.
Acto seguido me suelta y baja las escaleras a mi espalda, cuando volteo a mirar lo veo mirándome y le sonrio tímidamente,él me devuelve la sonrisa y termina de bajar las escaleras. Al cabo de unos segundos reacciono y yo también bajo, me encuentro con mi madre esperándome en la puerta de entrada. Me subo al auto a toda velocidad, papá arranca el motor y nos ponemos en marcha rumbo a casa, durante todo el trayecto miro por la ventanilla sin poder apartar lo que acaba de suceder y un nombre me retumba en la cabeza.
Adam.
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Encuentros Prohibidos (Editando)
Novela JuvenilCharlotte cree en el amor, en las historias de princesas que son rescatadas por el hombre de sus sueños pero un día en una reunión familiar conoce a su querido y atractivo primo, Adam. Quien posee casi todas las características de la ''perfección''...