14. Él

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Charlotte.

 Isaac solloza una y otra vez en mi hombro, yo solo puedo acariciar su cabello esperando que se calme.

 —Lamento que me veas así—dice tratando de guardar la calma. 

 —Isaac, no hay de que disculparse, necesitabas sacar todo esto y esta bien. Esta bien. 

 Me abraza por la cintura y siento su respiración en mi cuello, es cálida y entrecortada y sonrio estupidamente. Pero de repente, él, sin previo aviso planta un beso en él, y un escalofrío me recorre el cuerpo. 

 —Isaac...—susurro apartandome un poco de él.

 —Te necesito...—me susurra agitado al oído. 

 —No... No, Isaac—le ruego apartandome con más fuerza pero el me atrae hacía sí aún más. 

 Suspira frustrado pero al fin cede, me aparto incómoda y él se sonroja y de un segundo a otro grita. Y comienza a golpear todo.

 —¡Isaac!—le grito—¿¡Qué te pasa!? ¡Detente ahora!

 —¡Toda esta mierda es mi culpa!—grita aún más fuerte.

 —¡Joder, Isaac!—digo acercándome a él—¡Estás destruyendo toda la puta casa!

 Me mira y sus ojos están llenos de furia. Por un momento me da miedo que me golpee, pero decido apartar ese pensamiento y me acerco aun mas, tomo su rostro entre mis manos y él se revuelve para que lo suelte, pero no lo hago.

 —¡Isaac! Isaac, mírame..—le suplico.

 Su ojos azules, ahora bordeados por un rojo intenso a causa de sus lágrimas, se encuentran con los míos, su brillo habitual resplandece en ellos, una sonrisa escapa de mis labios y veo cómo él se relaja y descansa su rostro en la palma de mi mano y me mira con su usual dulzura, sonríe y dice:

 —No entiendo por qué sigues aquí... 

 —Porque te quiero—le respondo y su sonrisa se hace aún más grande.


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Adam.

 La maldita avenida está llena de autos estancados y no puedo moverme, esto es una basura. Amber me ha enviado algunos mensajes, pero ni siquiera pienso abrirlos. No quiero que haga que cambie de opinion, lo unico que quiero es aquella morena de ojos miel que pienso a cada instante.

(...)

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Charlotte.

 Isaac promete llamarme cuando llegue a casa, hablara con su madre y tratará de hacer lo mismo con su padre. Solo espero que todo vaya bien.

Subo a mi habitación y comienzo a leer un libro, y de repente alguien llama a la puerta. 

Al abrir la puerta me encuentro con aquellos ojos verdes que hacen que me derrita ante sus pies. 

 —¿Qué haces aquí? Te dije que tenía cosas que hacer y yo...

 —Te quiero, Guapa—me interrumpe y no se que hacer ante tales palabras.

 —¿Qué?—pregunto desconcertada.  

 —Que te quiero.

 Y con esa última frase me agarra el rostro entre las manos y siento como su lengua busca la mía, al principio trato de detenerlo y me niego pero él es más fuerte y seductor y hace que al final ceda ante sus encantos. Siento como sus manos recorren mi cintura  y enredo mis dedos en su negro cabello, él jadea en mi boca y susurra algo pegado a mis labios, no logro entender que pero cada vez que trato de apartarme de él me abraza con más fuerza y apega más contra sí. 

 —Adam...—susurro tratando de recuperar aire.  

 —Shh...—me calla—No quiero que digas nada...

 Tampoco quiero decir nada, el calor de mi cuerpo aumenta a cada segundo que su lengua juega con la mía y sus manos recorren cada centímetro de mi cuerpo pero no lo detengo. No quiero que se detenga. 

 —Esto esta mal...—susurro despeinado su ondulada melena mientras besa mi cuello una y otra vez 

 —¿Y qué importa si lo está?—jadea.

 Me pega contra la pared y me besa con fuerza, pongo mis piernas alrededor de su cintura y pone sus manos en mi trasero apretando una y otra vez. Pongo mis manos alrededor de su cuello y me carga subiendo las escaleras, al llegar a la puerta de mi habitación me tira sobre la cama y se pone a horcadas sobre mi. Se quita la camiseta y su bronceado y musculoso cuerpo queda a la vista, vuelvo a enredar mis dedos en su pelo y me besa de nuevo con más pasión, deseo y fuerza, casi ahogándome. Se deshace de mi camiseta pone sus manos en mis pechos y los masajea y me besa una y otra vez. 

Y sé que caí de nuevo a sus pies y aquí estoy a su merced. Porque solo quiero estar con él.


Encuentros Prohibidos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora