Capítulo 17

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Fue extraño para Vidhar no ver a Azriel por cinco días, él hombre aparecía siempre que estuviera libre, disfrutaba de la compañía de este por no decir que nadie más se dirigía a él si no era parte del servicio. 

Al quinto día ya muy aburrido de pasar otra tarde leyendo en soledad decidió despejarse, el jardín de la otra vez había sido su primer idea, pero los escoltas no le permitieron ir allí sin compañía del Rey ya que su familia y corte también asistían al jardín. Descartando eso sólo se le ocurrió pasar por la capilla un rato, no porque esperara encontrarlo allí o para ver a la deidad, solamente era un lugar diferente para pasar la soledad. 

La escolta se quedó en las puertas y entonces Vidhar entró, paseó un poco por el lugar vacío, pero realmente no había mucho por ver más allá de la buena vista de las ventanas, el final, ese lugar era para el rezo y veneración, era un lugar donde no había otra cosa por hacer que eso. 

Miró hacia arriba a la imagen de la Diosa, se preguntó si realmente había sido obra suya su último sueño... bueno ese pensamiento cada vez se hacía más fuerte y Vidhar estaba buscando la forma de confirmarlo más que negarlo. 

-Perdón por la intromisión. -La voz extraña lo hizo girar. 

A su espalda, por medio del pasillo que formaban los bancos de rezo avanzaba con un bastón de ayuda aquella persona que cubría todo su rostro y cuerpo con el manto negro. 

-No yo ... ya me iba. -Dijo, pero las palabras casi se le quedaban cuando lo tuvo enfrente. Nada se traslucía como para darse una idea de lo que había debajo, pero por alguna razón Vidhar creía que no sería nada lindo o celestial. 

-Por favor, nuestra Diosa Luna recibe a todos.... no se inhiba por mi presencia. -Aquella persona caminó a paso lento con la ayuda del bastón hasta estar frente a la escultura y, tal como Azriel había hecho, levantó sus palmas a la altura de su pecho como si fuera un gesto de recibir algo e inclinó su cabeza. 

-Puede tomar asiento. -Recomendó y Vidhar se dio cuenta que había quedado allí quieto todo el tiempo... mirando. -Aquí, acompáñeme. -Dudó un momento, pero se acercó y tomó asiento en el mismo banco con una distancia moderada. 

-Creo haberle visto en el salón el día que conocí a el Rey. -Habló interrumpiendo el largo silencio que se había formado. 

-No me he presentado correctamente, cómo ya se que trato con el Príncipe.- Lo vio quitarse el guante negro de la mano derecha y la extendió al frente. -Soy Noni, consejero y Maestro de l corte del Rey Nuerzia.  -Expuso su mano que denotaba que era una persona entrada en años por la piel tan suelta y arrugada, las venas tan expuestas como cordones azules parecían provocar moretones al mínimo golpe, por lo que fue suave al tomar la mano y dejar un beso en ella, era algo que se hacía con las damas de la corte, pero él sospechaba que no era el caso de este maestro. 

-Maestro de la corte, si no le importa que pregunte ¿Maestro en qué área? -Un sonido similar a una risilla corta sonó debajo del manto. 

-Maestro es el nombre que portan las personas que llevan el registro del reino, aquí en la capital está la biblioteca más grande fuera del castillo, allí es donde se resguardan copias de los libros más importantes sobre la nobleza e historia del reino... -Vidhar asintió entendiendo. - Para ser Maestro se debe perfeccionar en muchos estudios que te vuelvan competente para estár en compañía del Rey. 

-¿Entonces? usted debe ser alguien muy bien preparado. -Lo pensó por que supuso que era alguien con muchos años, pero después de decirlo pensó que no fue un buen comentario. 

-En astronomía y teología. -Asintió con un movimiento de cabeza. -Vidhar giró su cuerpo por completo en su dirección interesado en la conversación. 

BALADA DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora