Capítulo 9

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El negro y plateado predominaba en todas sus prendas, las joyas que brillaban en sus dedos y las grandes piedras preciosas y gemas que colgaban de sus cuellos eran muestra del gran poderío y riqueza de la nación, pero lo que sorprendió a Vidhar más que la opulencia de sus captores era el estandarte con un gran Lobo colgando sobre el trono. No había sido consciente hasta ese momento del emblema de su ejecutor que mareó sus sentido y le costó respirar. Uno de sus escoltas lo empujó por la espalda obligándolo a avanzar. No era las feromonas lo que intimidaba su cuerpo, tampoco fue que aquel Rey había logrado doblegar su orgullo, debía recomponerse de sus temores o perdería la cabeza, adjudicar todas aquellas señales a las coincidencias y lograr salir de allí con su cabeza unida a su cuerpo.

Un nuevo empuje de sus escoltas y finalmente estuvo frente a frente, se mantuvo entero y firme, bajó la mirada y controló su esencia para no dar conocimiento de sus sensaciones. Una mano recayó con fuerza sobre su hombro y fue obligado a ponerse de rodillas. Una risillas corta escapó de una de las damas que acompañaban al Rey y aquello extrañamente también le divirtió a Vidhar que dejó escapar una sonrisa para ella.

El consejo tomó la palabra en primera instancia leyendo innumerables puntos de faltas y delitos cometidos por el heredero de Arsenia, llamaban a el diálogo con el Monarca Ludovico demandando compensaciones y tributos por los daños, de no cumplirse lo estipulado el prisionero pagaría por los crímenes con la muerte y su cabeza sería mostrada en una pica sobre la muralla.

-¿Has entendido la posición en la que te encuentras? -Vidhar había mantenido silencio durante toda la lectura y conversación de los diferentes Lores, sus ojos habían encontrado más interesante los patrones del alfombrado suelo que lo que ya conocía de su destino. En ese momento no recaía en él la decisión, pero en cuanto la firme voz del Rey sonó no pudo no mirarlo con burla.

-El rey te ha hecho una pregunta. -La mujer a su lado tenía una expresión severa, supuso era la madre del Rey. Lo miró aún más divertido, el joven Rey contaba con su madre para hacerse escuchar, eso era un poco vergonzoso. Azriel entendió a la perfección aquella mirada y levantó la mano para pedirle silencio.

Sostuvo la mirada intentando descubrir si había una razón para entrar en una conversación en la que no podría saber el camino, pero la impaciencia de sus escoltas los llevaron a golpearlo en la cabeza apresurando su respuesta.

-Sí, su Majestad. -Respondió con sarcasmo. -Se me ha dejado más que clara mi posición de prisionero... o posible decoración de mural. -Respondió mirando a los ancianos de la corte.

-¿Crees que el Rey es muy benevolente por sus condiciones? -La Reina se puso de pie exaltada por el comportamiento, su prisionero de guerra no parecía mostrar miedo o arrepentimiento, no suplicaba ni se mostraba desbordado o temeroso de las represalias.

-Madre, acompaña a mis hermanas en sus tareas, supervisa que Elaia participe junto a Gaela. -Su madre pareció indignarse de ser echada, pero su hijo era el Rey y debía obedecer.

-Que el maestro y Lord Takeda se encarguen de repasar los puntos que el consejo dictaminó hoy y sea enviado al Reino de Arsenia, dispongan a un mensajero a la altura para trasmitir mis palabras. - Azriel se detuvo unos segundos mirando a su "enemigo" y parecía molesto, pero de todas formas continuó. -Que el resto se retire, los escoltas también retirense.

-Mi Señor. - Vidhar se inquietó ante la aparición de una persona misteriosa completamente cubierta por telas negras sin dejar ápice de piel a la vista,no la había notado antes. -Me retiro entonces. -Se retiró primero y el resto de hombres lo imitó en silencio.

Estaban a solas

Se mantuvo de rodillas bajo la atenta mirada del otro. Vidhar no hablaría y al parecer Azriel solo se dedicó a observarlo por unos minutos eternos. No hay escritos de la sede de maestros que confirmen o desmientan los próximos hechos que les narrará este cronista, es aquí donde acudiremos a narración no oficiales.
A mis manos ha llegado un extenso ejemplar que narra sucesos en carácter personal vividos durante la era del Monarca y la Guerra que trascendió como la penuria de la Luna. Su escritura y calidad nos dejan ver que su autor fue un habitante de la corte, cercano a la familia del Rey e íntimo de las Princesas.

Desde este punto haremos una mención en cada momento que recurramos a este libro para llenar vacíos de tiempo en los escritos de los Maestros con el nombre de Nexo, ya que desconocemos la identidad de su autor.

Azriel se quitó la pesada corona y se puso de pie.

-Puedes ponerte de pie. -Indicó al tiempo que dejaba la corona sobre el trono y bajaba los escalones en su dirección.

Una mirada penetrante portaba el Rey que una vez más se detuvo curioso ante Vidhar, y este mantuvo... lo sostuvo aprovechando la cercanía para inspeccionar también a su captor.

Ojos castaños, no amarillos, su rostro perfectamente rasurado y un cuerpo que superaba por unos pocos centímetros al suyo en altura, el cabello era algo de locura para Vidhar... largo hasta la cintura, de apariencia sedoso, se asemejaba más a una cascada oscura que denotaba el cuidado y su preferencia por la corte que al campo o el patio de espadas, con ese largo no veía comodidad o correcta funcionalidad del cuerpo, era más un estorbo.

-Había escuchado que Ludovico Walkstrom tenía un hijo, pero hablaban de la persona como si no estuviera en el presente... se supuso que había fallecido y lo mantenían en secreto.

-Ya ve que no es el caso. Estoy vivo. - Las cadenas en sus manos sonaron fuertes ante el silencio del gran salón.

-Está vivo... por el momento. -Contestó burlón acostumbrándose a la actitud del otro.

-Voy a preguntar, si no le molesta ¿Cree que Mi padre negociará una rendición? o espera que eso suceda dado que soy su prisionero. -Vidhar llevaba años lejos de su padre y un gran desprecio había crecido en su pecho, era consciente que en su ausencia el Rey había empeorado su condición.

Debió notar su preocupación porque el Joven Rey afiló su mirada muy serio.

-Es protocolar, no importa lo que pueda pensar o esperar, no daré nada por hecho, pero... comportamientos lógicos serían proteger su estirpe y a quien prolongará su linaje en el trono. -Un suspiró divertido en confirmación le daban la razón por parte del Príncipe vecino.

-¿Tiene un hermano? -La pregunta fue tan seria que le provocó una carcajada a Vidhar.

-JAJAJA ¡¡Un hermano!! -Secó las lágrimas que escaparon por la ocurrencia. -Sería muy conveniente para él ¿no? Jajaja... ay ay que buena idea, tal vez se ponga como loco a intentarlo cuando llegue el mensajero.

-No lo encuentro divertido. -Azriel estaba asombrado con el comportamiento ligero del Príncipe, parecía conversar con cualquier Lord de alguna casa lejana antes de un enemigo, no había sentido en ello, pero percibía un completo desinterés por toda la situación o era culpa a su falta de miedo.

Había visto suficiente por el momento por lo que se dispuso a despacharlo. Las pesadas cadenas estaban dejando heridas en sus muñecas y los grilletes cerraban de manera incómoda el movimiento.

-Guardias. -Los ojos de Vidhar se agrandaron sorprendidos. -El nombre del Príncipe ¿cual era? -Las puertas se abrieron y dos hombres entraron al salón inclinando su rodilla.

-Vidhar. -Respondió expectante y receloso.

-Serán aproximados unos quince días para que el mensajero regrese con la respuesta de Arsenia, si no se presentan obstáculos... por lo tanto le propongo una comodidad en su estadía, en calidad de prisionero estos hombres lo escoltaran todo el tiempo y no habrá necesidad de utilizar esas ... limitaciones.

-¿Va a soltarme en su casa? -Azriel arqueó una ceja, no le daba crédito.

-Escapar es una idea muy descabellada, le doy crédito si lograra la hazaña de salir del castillo, pero un pie fuera de este lugar sería más peligroso para usted, la cacería por su cabeza... estoy seguro será salvaje. -Azriel sonrió antes de continuar. -Si se le ocurriera atacarme o a cualquier miembro de la corte, bueno ¿No es esa una idea muy tonta? su cabeza estaría en una estaca antes de que logre hacerse con una espada.

-Eso es verdad. -Vidhar asintió con la cabeza.

-Cómo es un Noble y una posible carta de triunfo seremo cuidadosos con su salud. -Azriel regresó a su trono y cruzó una pierna encima de la otra dejando la corona en su regazo. -Llevenlo al torreón este, confinen en el último piso.

Mica-Fuera.

Imagen del estandarte de la familia Nuerzia en multimedia.

BALADA DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora