Capítulo 5

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Lo que empezó como un intento de muestra de poder y amenaza tras los rumores de un inicio de guerra, terminó en una humillación para los soldados de Arsenia.

En el curso de un día completo, la frontera pasó de estar protegida por los soldados natales de Quíros, a reforzar el control del puente comercial y duplicar las guardias cerca de las bajas del río más comprometedoras.

Las casas menores de Quíros aportaron entre 200 y 300 soldados, y al finalizar el día, la compañía de más de 1.000 soldados había llegado para dar apoyo numérico. Este acto no mejoraba las asperezas de los reinos, y las tensiones empeoraron al sonar las campanas a media noche en saludo a la luna llena.

Los soldados Arsenienses sintieron un insulto a su creencia y en la mañana el general de la tropa se acercó sin escolta en señal de buena voluntad. Lord Tasilio respetó esta iniciativa e imitó su accionar montándose a su caballo de guerra. La falta de confrontación le llevó a sospechar los posibles escenarios de conversación.

Ambos se encontraban en el medio del puente y como esperaba de aquel general, que se presentó como Lord Weber, comenzó intentando excusar el número de militares en territorio neutro con la vaga explicación del avistamiento de una bestia que atacaba a los locales. Las quejas de meses llevaron a un escuadrón de tal magnitud a por el animal.

Lord Tasilio no creía en las palabras de aquel hombre, pero siguiendo el juego ofreció su caballería para la caza de la famosa bestia a lo cual el Lord declinó anunciando su retiro de la zona al no dar con este en días.

-Tenga cuidado Milord. - Aquello había disgustado al Lord que lo escuchó cómo una amenaza.

-Usted también guarde cuidado Milord. La precariedad de su campamento no es suficiente ante el ataque de una bestia que intimida a una localidad entera. -El beta sonrió vitorioso a el rostro ofendido y molesto y espoleó las costillas del animal dando media vuelta.

Al volver alertó a los generales que dirigían las diferentes tropas, les pidió estar alerta a posibles movimientos de confrontación.

-Sí me permite preguntar Milord ¿Qué noticias traía aquel general que nos hace este pedido? -Tasilio lo miró unos segundos mientras se quitaba los guantes de montar.

-Mentiras. Traía excusas que buscan despistarnos. No me extrañaría ver algún soldado de este lado del río por la noche. Tal vez la bestia que buscan se encuentre por aquí. -Aquellas palabras confundió a los generales.

-¿Por qué lo intentarían? Serán aplastados. -Declaró en confianza.

-Eso espero general, de ver una bota Arseniense en mi ciudad, espero que su portador esté decapitado.

***

Lord Neráe creía que no existía la posibilidad de un intento de asedio a la ciudad con tal desventaja, pero no podía descansar tranquilo aun después de la llegada de las tropas de las casas menores. Largas jornadas de trabajo lo dejaban lo suficientemente agotado para forzarlo a cerrar los ojos.

Fue en una de estas micro siestas del Lord que golpearon las puertas de su salón.

Escoltas de las puertas de la ciudad acompañaban al mensajero que había llegado agotado de la cabalgata. Entregó la carta sellada con cera plateada y el relieve del emblema de la casa Nuerzia.

Una carta del rey había llegado, esperaba leer buenas noticias y así fueron cuando los renglones le anunciaban el apoyo enviado de la casa Jazali, aunque la situación no parecía escalar de ese punto, las previsiones no estaban demás ante una situación de posible desencadenante de guerra.

Tasilio Neráe informaría a sus caballeros sobre la llegada de apoyo, aunque era posible que su llegada fuera entrada la próxima luna llena, que sería dentro de cinco días.

Las siguientes dos noches Lord Neráe concilió el sueño en el lecho junto a su esposa, la tranquilidad de apoyo en camino y los puntos reforzados de la ciudad mantenían la normalidad en el comercio, los ciudadanos parecían olvidar el numero de soldados enemigos que aún se encontraban del otro lado del río.

Una falsa paz

Una paz que pendía de hilos, si un lado tiraba más que otro corría el peligro de quebrar ese equilibrio.

El sonido de un cuerno retumbó aquella tarde robando la vida del comercio, toda la ciudad se volvió muda tratando de identificar aquello.

Nuevamente el estruendoso sonido llegó y todos los oyentes conmocionados comenzaban a susurrar sus miedos. Un enfrentamiento.

Sobre la colina, un caballero soplaba el cuerno ahuecado de un bovino y llamaba a las filas a sus soldados. Como se temía Lord Neráe al no verlos partir aquellos soldados aguardaban por nuevas órdenes y estas llegaron en compañía del mismísimo Heredero de Arsenia.

Vidhar Walkstrom galopó de un extremo a otro frente al puente comercial levantado.

-¿Cómo es posible? -Susurró Lord Tasilio junto a los arqueros preparados para el enfrentamiento.

-Al parecer el príncipe de Arsenia encontró el camino de regreso a casa. -Comentó el caballero que había hecho el avistamiento antes de avisarle a su señor.

-Todos los perros encuentran el camino devuelta a casa muchacho, algunos tardan más otros menos, pero regresan donde se les da de comer. -Lord Neráe miró unos segundos más al muchacho que cabalgaba sobre un semental blanco motivando a sus soldados.

-Esto no cambia nada. Manténganse atentos a las órdenes. Brando. -Llamó a su fiel mano derecha. -Informa a la corona sobre el movimiento de Arsenia, no te olvides de mencionar la participación de tal distinguido Lord.

La confianza de Neráe estaba puesta en la construcción inexpugnable del castillo. Él sabía que podían sobrevivir a un asedio de su parte, además que los refuerzos ya estaban en camino por lo que debían de aguantar en el fuerte dos días mínimo si querían mantenerse fuera de combate.

***

Tres días de marcha había proporcionado el tiempo suficiente a Vidhar para profundizar en sus pensamientos.

Su padre lo había arrancado a la fuerza de su retiro y lo obligaba nuevamente a tomar partido en las guerras que se enfrascaba, no sólo eso, si no que también falto el respeto a la memoria de su fallecida pareja presentándole -por no decir ordenarle a casarse con- Lady Madra, pero claramente las intenciones del Rey eran casarlo con una de las familias más ricas del reino en la actualidad y así poder seguir costeando las campañas de conquista de freudo. Era una estrategia de su padre o muy posiblemente una idea compartida del mismísimo padre de Madra. Los Lores eran capaces de mucho más por títulos o coronas.

Vidhar se había decidido en esos días. Cumpliría el pedido de su padre, marcharía y reduciría a cenizas el poblado de Quíros declarando la guerra al reino vecino. Cumpliría con su capricho por unas islas desérticas y sin muchas riquezas para ofrecer, entonces volvería a su exilio, se alejaría de la corte y la vida de lujos que despreciaba.

Con esto en mente y decidido a alcanzar sus objetivos sacó el cuerno de guerra y sopló fuertemente dejando escapar el ruido gutural del instrumento. No había paso atrás, la guerra daba comienzo con este simple acto y Vidhar estaba listo para llenar sus manos de sangre a cambio de una libertad que sólo él se prometía.

Mica-Fuera.

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