El recinto de oración se encontraba desolado, Azriel se inclinó frente a los dioses y reflexionó sobre el desmesurado deseo de algunos por poder, como monarca y representante del creador en la tierra Azriel deseaba prosperidad para su reino y creía que su misión era proveerla, además de brindar seguridad a sus ciudadanos.
Ludovico era una amenaza para su gobierno, un sujeto que regía Arsenia hacía más de veinte años y que constantemente intentaba expandirse y tomar poder de los territorios vecinos, fue un gran dolor de cabeza para su padre y parecía que también lo sería para él. Las constantes provocaciones del monarca tenían preocupado a Azriel, pues de tomar una decisión como contraatacar de forma directa se desataría una guerra y el escenario sería su reino, sin mencionar que la isla de Freudo se encontraba cerca de la capital, el corazón de su reino y hogar del monarca, un ataque a la bahía era un ataque directo a su hogar, no podía permitir que un acto de semejante magnitud llegara a suceder.
Se postró ante la estatua de la diosa Lunar y rezó por aclaración en sus pensamientos, rogó por la guía en sus sueños y eterna gloria para Grawder.
-Su majestad. -Saludó Noni. -No sabía que aun continuaba en la capilla, me retirare para que continúe. -Se inclinó en respeto, pero fue detenido por el monarca.
-No hace falta Noni. -Respondió Azriel poniéndose de pie. -Estoy marchando ahora. -El omega volvió a reverenciarlo y continuó con la tarea que lo llevaba allí.
Azriel se retiró entonces de la oscura capilla mirando de reojo al omega bajo el velo negro.
Recordó que de pequeño temía de Noni, pues el omega siempre vestía un velo negro que cubría su rostro desfigurado. Muchas historias corrían sobre lo que le había sucedido, pero la verdad solo la conocía el pobre Noni. Ahora, siendo un adulto, Noni le provocaba pesar antes que miedo, el omega ya entrado en años se encorvaba al caminar y no se dejaba ayudar por ninguno de los betas que estudiaban con él en la capilla, no parecía acostumbrarse a su bastón y en ocasiones lo dejaba olvidado en cualquier lugar del castillo. Su hermana Gaela tenía más afinidad con Noni y disfrutaban de las tardes en el jardín o de tendidas charlas en los bancos de la capilla, su madre decía que el omega la preparaba para el momento en que naciera otra bendición para el reino en caso de que él no estuviera presente ya.
Azriel se apresuró por los largos pasillos en dirección a sus aposentos, la noche caía en la fortaleza, pero él parecía no poder concebir el sueño, su visita a la capilla fue en intento de calmar su ajetreada cabeza, pero el encuentro con el omega ahora lo mantenía despierto y pensó que Noni debía estar cumpliendo más de setenta años, pues sabía que había asistido en el parto de su padre y también ayudó a su madre en los cuatro partos. El omega había tomado un camino de rectitud en la religión e investigación de hierbas medicinales, las cuestiones políticas y de gobierno no eran su área, pero de igual manera Azriel no podía quitarse esa sensación de acudir a él para conocer su pensamiento o escuchar un consejo.
Regresó sus pasos nuevamente a la capilla esperando volver a encontrarle allí. Al llegar las velas estaban encendidas a los pies de los santos y el omega esparcía incienso por el recinto mientras susurraba oraciones.
-Sabía que volvería. -Habló el omega sin siquiera verlo, lo que no sabía su majestad era que su preocupación podía sentirse en el aire, pues sus feromonas portaban pesadumbre y desasosiego. -No parecía haber encontrado la calma que buscaba mediante el rezo. -Noni acomodó su velo cuando el fuego de las velas alumbró cerca de su rostro. -¿Puedo ofrecerle un té? -Preguntó caminando a la puerta detrás del altar que conectaba con el recinto para los omegas y betas de la iglesia.
-Claro. -Accedió siguiendo sus pasos. -La noche parece muy agitada, y encuentro difícil el descansar. -Respondió entrando. El lugar estaba repleto de libros, las estanterías habían llegado a su limite por lo que el omega había comenzado a apilarlos en las mesas y sillas, al monarca lo sorprendía encontrar tal desorden, pues las hojas de investigaciones estaban desperdigadas en el suelo y las yerbas que colgaban en las esquinas atadas con un cordón de seda para formar ramos boca abajo parecían secarse al calor de la lumbre. Azriel avanzó cuando el omega le indicó que tomara asiento en una de las sillas que libró para él y sin notar al felino que refregaba su cuerpo en la bota causó un maullido en el animal, pues lo había empujado con el movimiento. El gato naranja corrió al regazo de su dueño y rápidamente comenzó a ronronear por las caricias que su dueño le daba.

ESTÁS LEYENDO
BALADA DEL LOBO
Подростковая литератураSinopsis Azriel Nuerzia asciende al trono heredando el reino de Grawder, después de la muerte de su padre él es el único Alpha de la casa Nuerzia y el deber con el reino recae sobre el joven monarca. Azriel tendrá que superar diferentes situacion...