Capítulo 13

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La música se retomó al momento en que todos estuvieron sentados. El chico había inclinado la cabeza a su ahora futuro padre y Maito lo invitó a tomar asiento a su lado izquierdo. 

Tal vez no lo notó cuando recién entraba, pero una vez sentado a su lado Maito se dio cuenta que era la persona que se detuvo frente a él en su caminata. En ese momento pensó que era una mujer, incluso ahora también lo creía si no le hubieran dicho lo contrario. 

-Pss... pss- Un migaja de pan cayó sobre la cabeza de Maito y este se giró extrañado. Yama lo apuntó con el dedo índice y luego al compañero a su lado con el pulgar alentando a que hablara. ¿Que se supone que debía decir? " se que eres hombre" no parecía una buena frase para comenzar. 

-Lord Dharma me dijo que ahora formas parte del Clan Ito. - Comenzó para romper el silencio. 

 -Itoparktahual. -Pareció corregir. 

-¿Disculpa? -Preguntó confundido. 

-Ito -Park -Tahual -separó una vez molesto.

 Maito entendió que era su apellido. Miró desconcertado en dirección opuesta, pero nadie parecía atentos a su conversación. Ciertamente él no sabía que el apellido del Clan había sido recortado solo a la primera parte, pero rápidamente se dio cuenta porque.

-Mauni Itoparkthaual. -Dijo con una mano en su pecho que indicaba que ese era su nombre, las cejas tan fruncidas sobre los ojos lo miraban esperando respuesta.

-Chizz-Se quejó con esa expresión tan característica de su padre.-Qué nombre traes. -Se quejó. -Maito Takeda. -Se presentó y el otro asintió regresando la atención a su plato. En ese momento fue que notó los labios pintados de negro y recordó los dientes, de forma disimulada lo miró comer buscando verlos. 

Para su alivio eran blancos, pero no conversaron más allá de eso y el almuerzo transcurrió sin mucho más, el festejo también fue tranquilo aunque agotador.
Por la noche regresó a su tienda a descansar de tan ajetreado día, pero sus hombres no parecían pensar igual, ya que no abandonaban el lugar y no paraban de hacer preguntas. 

-Ah!! que sorpresa me llevé. -Habló aliviado Yama a los otros hombres. -Todo este encuentro era tan extraño y todo el tiempo que estuvieron hablando cuando nos marchamos, creía que entraría una mujer con dos cabezas. 

Desde la entrada, los dos hombres que debían custodiar su habitación bebían junto al mencionado en honor a su compromiso. 

-Debes estár más que feliz con los resultados. -Dijo Gal, uno de los muchachos. 

Maito se quedó en silencio, pensando si era correcto aclarar la confusión de sus hombres o revelar la condición de su prometido. Guardó silencio y aquello le extrañó a los demás, Yama fue quien lo notó y pregunto si todo estaba bien con los acuerdos. 

-Sí sólo estoy cansado, beban por mi en lo que recupero energías. -Se dejó caer en sus aposentos y Yama se retiró indicando a los demás que lo dejaran dormir. 

Entrada la madrugada Maito despertó encontrando todo el campamento en silencio, al parecer había dormido demasiado y los festejos habían frenado, salió fuera saludando a sus guardias y les ordenó descansar en lo que se tomaba una caminata.

Un viento frío sacudió su cabello y levantó la vista al cielo encontrandolo despejado, era noche de luna llena y las estrellas se veían resplandecientes. Miró en dirección de las tiendas, se había alejado demasiado, pero aún notaba el fuego de las antorchas pequeñitos por la lejanía. Dejó caer su cuerpo en el pastizal alto y miró el cielo, debía ser por la altura de las montañas, pero lo encontraba particularmente cerca. La noche, las estrellas sobre él parecían a unos pocos metros. Extendió la mano asegurándose que la sensación no fuera real y que no podría coger la luna en su mano por más cercana se viera. 

BALADA DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora