Capítulo 12

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Esa noche sus sábanas lo abrazaron y de inmediato cayó rendido, parecía que después de tanto tiempo lograría un sueño reparador antes de despertar por algún mal sueño  o tal vez por primera vez no soñaría con respecto a nada, Pero cuando se encontró de pie en aquella capilla supo que no sería así. La luz de la luna entraba iluminando todo el recinto. Azriel decía la verdad, era mucho más bello que en la mañana. 

Su cuerpo se congeló cuando detrás de él se escucharon pasos, garras chocando contra el suelo marmoleado y al girar se encontró con los habituales ojos amarillos. De sus fauces goteaba sangre del ave muerta que llevaba. Vidhar estaba tan confundido, pero la bestia no parecía comportarse como otras veces y casi sentía relajarse ante la mirada del animal cuando el cuervo en su boca comenzó a moverse, se agitaba y chillaba, pero el Lobo no lo soltaba. 

 El cuervo comenzó a moverse y graznar cada vez más fuerte, el sonido de huesos tronando y rompiéndose en la fauce cerrada y brotada de sangre provocaba malestar en Vidhar, cerró los ojos apartando el rostro sin poder espectar más de aquel desagradable acontecimiento.

Cuando el silencio se esparció, de a poco tomó coraje y regresó su vista al frente. El Lobo descansaba recostado en el suelo a una corta distancia de él, por otra parte el cuervo estaba parado sobre la cabeza de este y lo miraba moviendo su cabeza de forma tétrica sabiendo que segundos antes estaba siendo devorado.

No sabía qué hacer a continuación, temía moverse del lugar y despertar a esa bestia, pero fue un grave error bajar la guardia y sentir alivio por unos cortos segundos que el graznar del ave retumbó enojada en su dirección y levantó vuelo saltando sobre él atacando e introduciendo el puntiagudo pico para arrancar de su cuenca el ojo derecho.

Los gritos de horror lo despertaron a él mismo y su mano cubría su lado derecho al despertar, no se había cobrado conciencia que estaba nuevamente en su dormitorio ya que la habitación estaba completamente oscura, no lograba ver nada en la profunda noche y aquello lo desesperaba aún más ¿Sus ojos habían sido devorados realmente? Sintió el caliente y húmedo líquido caer sobre sus mejillas empapando su rostro.

Un fuerte olor a nuez cortó su respiración y llenó sus fosas nasales, absorbió por completo aquellas feromonas sin poder oxigenar su pecho de otra cosa más que esencia. Recordó el panecillo de almendra por la sutileza con aquel, pero esta vez era mucho más fuerte, era diferente y al mismo tiempo conservaba similitud con el dulce.

-Mis ojos. -Susurró congelado deteniendo todo grito y volviendo a sus sentidos. -¿Quién está ahí? -Su voz sonó temerosa y aquello lo avergonzó, pero aun no estaba en sus correctos sentidos y había sido víctima del peor de los sueños hasta el momento.

-Llamen a el Maestro, que atienda sus heridas ...

-¿Heridas? Mis ojos... -Vidhar continuaba cegado y estaba cernido en oscuridad sin obtener respuestas, no sabía si continuaba soñando o estaba en su habitación, si las voces eran reales o imaginario suyo. -¡¡AZRIEL!! -Gritó furioso y extendió sus manos al frente intentando palpar su camino. -¿De qué heridas hablas? ¡¡¿Qué le pasó a mis ojos?!!

***

La Familia Takeda esperaba dentro de la tienda del Jefe del Clan. El interior era muy espacioso y el suelo estaba alfombrado por tapices coloridos y de alta calidad, todo el interior esta bien ornamentado para no padecer ninguna incomodidad aunque estuvieran en medio de la nada. 

 Las risillas de los niños que asomaban su cabeza por las telas de la carpa distraían al menor de los Takeda y se movía impaciente por todo lo tardío de las ceremonias. 

-El día está particularmente bello hoy. -Comenzó el menor. 

-No vas a salir de la tienda, Kenji. -Espetó contundente su padre. 

BALADA DEL LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora