Fuerza Desatada

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Narrado por Sunny Simmons

Los días transcurrirían con una rutina de entrenamientos intensos junto a Susana. Mi cuerpo estaba lleno de moretones, pero también de determinación. Sabía que cada golpe y caída me hacía más fuerte. No tenía loba, pero mi cuerpo y mi mente se enfocaban en un solo objetivo: nunca más ser débil.

Susana era mi compañera de batalla. Juntas nos fortalecíamos y, aunque todavía no había encontrado a su compañero, su espíritu de beta brillaba en cada combate. Sabía que me cubría las espaldas, y esa seguridad me impulsaba a seguir adelante.

Enfrentamiento en el Instituto

Esa mañana, al llegar al instituto, todo parecía normal. Sin embargo, al terminar la clase y dirigirme al comedor, escuché esa voz que tanto detestaba.

-Mira quién está aquí, la hija del gran Alfa... la que no tiene loba -dijo Claudia con una sonrisa burlona.

Respiré hondo y decidí ignorarla, sabiendo que no valía la pena enfrentarla. Pero justo cuando intentaba pasar a su lado, ella me bloqueó el camino.

-No puedes seguir escondiéndote, Sunny. ¿O es que ahora también tienes miedo de mí? -agregó, cruzando los brazos mientras sus secuaces, Verónica y Ailén, reían a su lado.

Mis manos temblaban de rabia contenida. Sabía que si dejaba que el miedo me controlara, estaría perdida. Entonces, grabé mis entrenamientos. No más debilidad , me repetí.

Justo cuando estaba a punto de responder, Susana llegó corriendo y se paró a mi lado. Sin perder un segundo, se enfrentó a Verónica y Ailén, su mirada era letal.

-¿Qué crees que estás haciendo, Claudia? -preguntó Susana, con voz firme-. Deberías respetar a Sunny. ¿Olvidaste que es hija del Alfa?

Claudia soltó una carcajada burlona.

- ¿Respetar a alguien que ni siquiera puede transformarse? No es digna de ser la hija del Alfa.

Sentí un fuego ardiente en mi pecho. No más huir, no más esconderme. Si alguien quería pelear, la tendría.

Me adelanté, encarando a Claudia de frente. Su sonrisa se desvaneció al ver mi determinación.

-No me importa lo que pienses de mí, Claudia. Pero no voy a permitir que sigas pisoteándome.

Claudia apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que lanzara mi primer golpe. La adrenalina corría por mis venas. Aunque no tenía mi loba, mi entrenamiento había rendido frutos. Cada movimiento era preciso y por primera vez me sentí en control.

Mientras yo me enfrentaba a Claudia, Susana luchaba contra Verónica y Ailén. Sus reflejos eran impresionantes; era rápida y fuerte, manteniéndolas a raya sin problema. El ruido de la pelea atrae la atención de varios estudiantes que formaron un círculo a nuestro alrededor, observando con asombro.

Claudia intentó devolverme los golpes, pero yo era más rápido. Logré derribarla, dejándola sin aliento en el suelo. Verónica y Ailén, al ver la situación de su líder, intentaron ayudarla, pero Susana no les dio oportunidad.

El aire estaba cargado de tensión. Nadie podía creer lo que estaba viendo. La chica que todos consideraban débil, sin loba, había derrotado a la temida Claudia.

La consecuencia

La pelea fue interrumpida por varios profesores que nos separaron a la fuerza. Claudia fue llevada a la enfermería, mientras que Susana y yo íbamos escoltadas a la dirección.

Mientras estábamos sentadas esperando, Susana me lanzó una mirada de complicidad y emoción.

-Vaya, Sunny, no pensé que fueras a dejarla tan mal. Esa Claudia no te volverá a molestar -me dijo en tono bajo.

La directora nos llamó a su oficina, y después de escuchar nuestra versión, nos dio una advertencia.

-Sunny, no fuiste tú quien inició la pelea, pero no puedo ignorar lo que pasó. Tengo que informarle a tus padres.

Mi corazón se hundió. Sabía que esto no terminaría aquí. Mis padres ya estaban preocupados por mí, y ahora tendrían otro motivo para preocuparse más.

Cuando salimos de la oficina, mis padres ya estaban afuera, esperando. Mi padre, el gran Alfa, me miró con una mezcla de preocupación y severidad. Sabía que esa noche tendríamos una larga conversación.

Pero no me arrepentía. Había tomado la decisión de no ser más la chica débil, y aunque el camino sería difícil, estaba lista para enfrentar lo que viniera.

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