Entre Lágrimas y Sombras

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Narrado por Sunny

—No entiendo por qué quieres hacer esto, Sunny —Zander dice, su voz baja pero cargada de autoridad.

Susana y yo estamos en su oficina, y puedo sentir la tensión en el aire, casi tangible. Pero no me importa. Necesito verla. Tengo que enfrentarla. Zander no lo entiende, nadie lo entiende. Las lágrimas me arden en los ojos, pero no me detengo.

—No sabes lo que es —digo, intentando mantener la calma, pero mi voz ya está temblando—. No tienes idea de lo que pasé, Zander.

Lo veo fruncir el ceño, y su mandíbula se tensa. Sé que no quiere pelear conmigo, pero no puede entender lo que necesito.

—Lo que necesitas es sanar, no enfrentarla. Claudia es peligrosa, Sunny. ¡No puedes verla! —me dice, levantando la voz.

Y ahí estalla algo en mi interior.

—¡No tienes ni idea de lo que hablas! —grito, sintiendo cómo mi rabia burbujea hasta la superficie. Lo veo retroceder un paso, sorprendido, pero no me detengo—. ¿Sabes lo aterrada que estuve? ¿Sabes lo que fue sentir cada golpe, cada humillación? ¡Mi cuerpo lleno de marcas, mi mente rota! ¿Te imaginas lo que sentirías si tu pareja destinada pasara por lo que yo pasé? ¡No puedes siquiera imaginar el dolor!

Las lágrimas están cayendo por mi rostro, pero no me importa. Grito tan fuerte que mi garganta arde.

—¡¿Cómo puedes protegerme si ni siquiera puedes entender por lo que he pasado?! —susurro con furia contenida, dando un paso hacia él

—. ¿Estabas ahí? ¡No, joder, porque no lo entienden! No sabes lo que es ser golpeada hasta quedar inconsciente, despertar sola, atrapada en una oscuridad que nunca parece acabar. Me torturaron, me tocaron en partes que ni se imaginan, y todo porque ella se lo ordenó. Lo único que pido es zanjar este maldito tema de una vez por todas, sin ayuda de nadie. ¡Por mí misma!

Mi voz se quiebra, pero no me detengo.

— Tuve que matar para poder sobrevir! ¿Tú crees que iban a llegar a tiempo antes de que él me matara? ¡Dímelo! —grito con más fuerza, mi voz resonando en la habitación.

—¡Todo por ser una inútil que no tiene loba ni poder! —mi voz se quiebra—. ¡No sabes lo que es que todo el mundo te mire con desprecio, que seas rechazada por lo que no puedes controlar!

—Sí, es cierto, tal vez soy débil... pero eso ya no más. Y recuerda bien que no siempre estarán ahí para salvarme. Esto es algo que voy a hacer, con o sin tu permiso.

El silencio cae de golpe. Los veo a todos quedarse callados. Nunca antes me han visto así, nunca me han oído decir estas cosas. El aire en la habitación se vuelve pesado, y justo en ese momento la puerta del estudio se abre de golpe. Mis padres entran, claramente alertados por el griterío.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunta mi madre, pero no puedo quedarme. No quiero seguir aquí, no puedo. El dolor es demasiado, y siento que si me quedo un segundo más, me romperé por completo.

Salgo corriendo antes de que alguien pueda detenerme, subo las escaleras lo más rápido que puedo y me encierro en mi habitación. Quiero ir al bosque, pero el miedo me retiene. Mi cuerpo aún no está listo. Me encierro en el baño y enciendo la ducha, metiéndome con toda la ropa puesta. Las lágrimas siguen cayendo, mezclándose con el agua fría. Un sollozo desgarrador escapa de mis labios, y no puedo contenerlo más.

Narrado por Zander

Me quedo paralizado. Las palabras de Sunny siguen resonando en mi cabeza. Nunca pensé que llegaría a oír algo así de su boca, nunca pensé que su dolor fuera tan profundo. Mis padres siguen preguntándome qué pasó, pero no puedo moverme ni responder. Mi pequeña y dulce hermana acaba de gritarme, destrozada, diciendo cosas que no puedo ni procesar.

El nudo en mi pecho se aprieta tanto que apenas puedo respirar. La rabia me consume, el dolor me está aplastando. ¿Cómo pude dejar que esto pasara? ¿Cómo pude no ver lo destrozada que estaba? No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que mi madre, con su rostro lleno de preocupación, limpia las lágrimas de mis mejillas.

Miro a Susana. Ella también está llorando, y me doy cuenta de que ver a Sunny así ha sido demasiado para todos.

—No puedo creerlo —susurro, finalmente—. Mi pequeña...

He estado torturando a Claudia día y noche, sin dejar que muera, porque su muerte debe ser lenta, dolorosa. No puede salir impune de lo que le hizo a Sunny. Pero mi hermana no sabe nada de esto. Ninguno de ellos sabe que la odio con cada fibra de mi ser.

Los miembros del consejo están divididos. Algunos quieren expulsar a toda su familia, otros creen que sería demasiado fácil para ellos. Estoy de acuerdo. Claudia merece pagar, no escapar.

—Ella está rota, Zander —dice Susana de repente, su voz temblorosa pero firme—. Lo mejor que podemos hacer es dejar que Sunny cierre este ciclo por sí misma. Eso la ayudará a sanar.

Mis padres la escuchan atentamente, mi madre suelta un sollozo suave y murmura: "Mi pequeño rayo de sol..." mientras se aferra a mi padre. Susana sigue hablando.

—Necesita ver a Claudia. Sola. Sin supervisión —continúa—. Si los padres de Claudia sabían lo que estaba haciendo y no dijeron nada, merecen la muerte tanto como ella. Estaban planeando escapar.

Sus palabras parecen resonar en la habitación. Todos están de acuerdo. Y no puedo hacer otra cosa más que aceptar.

—Está bien —digo al fin—. La dejaré ver a Claudia, pero no será hoy. Esperaremos a que se calme. Mañana hablaré con ella sobre esto.

Narrado por Sunny

El agua fría sigue cayendo sobre mí, y mi sollozo no parece cesar. Me siento rota, vacía. Pero sé que tengo que enfrentar esto. Claudia no va a escapar de lo que me hizo. No puedo dejar que se vaya sin que pague por cada marca, cada golpe, cada momento de terror que me hizo pasar.

Mañana será un nuevo día. Un día en el que finalmente tomaré el control.

Lunas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora