Una decisión

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Mi respiración es un desastre y mi corazón late tan fuerte que creo que Gael lo puede escuchar. Su mirada está fija en mí sus pupilas están dilatadas y su respiración es un desastre como la mía. Sus brazos todavía están alrededor de mi cintura y me pega más hacia él.

La puerta se abre y somos sorprendidos por lo que parece ser el jardinero.

—Disculpen..... regreso luego — dice el jardinero tartamudeando.

Yo aprovecho el momento y salgo a toda velocidad a mi habitación. En medio de mi trayectoria le paso por al lado a Galilea y escucho que me llama o eso creo. Mi cabeza es un lío en estos momentos.

Llego a mi habitación y me dejo caer en la cama. Estoy loca, como pude hacer eso después de escuchar toda su historia, como pude dejarme dominar por mis deseos. Siento una furia que recorre mi cuerpo. Esto no saldrá nada bien necesito aclararme.

—Jessy podemos hablar un momento — siento su voz a través de la puerta.

Meto mi cabeza en la almohada intento no escucharlo.

—No te podrás esconder todo el tiempo en tu habitación, tarde o temprano tendrás que salir.

—Elijo tarde — le respondo y escucho como él se ríe.

¿Cómo se puede reír en un momento así? Lo odio, odio que me haga sentir esto por él, odio que mi cuerpo reaccione así a su cercanía y odio que una parte de mí sienta esa atracción por él.

—Por favor no pases el día ahí encerrada, si no me quieres ver, te daré tu espacio.

Escucho sus pasos alejarse, me levanto de la cama y me asomo por la ventana la hermosa vista logra relajarme un poco y se me ocurre una idea. Me cambio de ropa me pongo un top negro, un short azul y me suelto el pelo. Me miro en el espejo y mi reflejo m

Abro la puerta de mi habitación lentamente y saco de primero mi cabeza no hay nadie así que salgo por completo . Intentando salir de la mansión sin que Gael y Galilea me vean . Llego al jardín y me encuentro con el jardinero nuevamente.

—Busca al señorito Gael.

—!No! Solo necesito ir a la playa.

—Entiendo, puede ir por este jardín recto por el camino de piedras al final encontrarás una puerta donde hay una escalera que te llevan a la playa.

Le agradezco y me dispongo a seguir sus indicaciones. Llego al final del camino y me encuentro con una reja enorme de hierro y tiene una puerta, la abro y me encuentro con el hermoso paisaje. Bajo las escaleras de piedras con cuidado. Al llegar a la arena me quito las sandalias y al sentir el contacto de la arena con mis pies me siento libre. Comienzo a caminar hasta llegar a unas inmensas rocas en la orilla de la playa. Me siento abajo aprovechando la sombra de esta. Siento la brisa del mar refrescar mi rostro y me relaja por completo. Cierro mis ojos mientras aspiro el aire del mar y su sonido calma mi tormenta interior. Todo es silencio solo el ruido de las olas y las gaviotas. Hasta que mi teléfono rompe el silencio. Es una videollamada con mis amigas. Contesto.

—Hola, chicas como están — la saludo mostrando una sonrisa falsa.

—¡Hola ! — dice Claudia súper entusiasmada.

—Hola — dice Lauren limpiando sus espejuelos en su top.

—Cuéntanos todo, ¿Cómo es el lugar? ¿Qué has comido? ¿Cómo te fue en la boda? No te olvides de ningún detalle— habla Claudia tan rápido que no logro entender bien lo que dice.

—Clau,  que a ti tampoco se te olvide respira, apenas entendimos, además creo que hay algo más importante. Conozco esa cara y no es de felicidad. ¿Sucedió algo malo Jessy?— me pregunta Lauren.

El encanto del chico maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora