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T/N BELTRÁN.

DÍAS DESPUÉS...

Estoy feliz, todo está saliéndome de maravilla. Mi padre le dieron el alta médica ayer, y hoy hemos regresado a Phoenix.

- Con cuidado, señor Beltrán - le dice Cesar, a mi padre cuando sale del auto.

- Estoy bien, T/n. Debiste ir a dejarme a mi casa - se queja mi padre.

- No seas terco por favor - le digo.

Hemos llegado a mi departamento. Cesar, nos había ofrecido su casa, pero ni mi padre ni yo aceptamos.

- Adelante, papá - le digo a mi padre cuando abro la puerta.

- Este lugar está igual que la última vez que lo visité - comenta mi padre y Cesar asiente.

Pongo los ojos en blancos, obvio que está igual si hace como un mes lo visitaron.

- ¿Acabas de poner los ojos en blanco, señorita Beltrán? - susurra Cesar, solo para que yo escuche.

- Sí, ¿Por qué? - respondo.

- Te mereces un castigo.

- Te recuerdo que no soy tu sumisa - respondo un poco molesta.

- Buen punto, pero aun así puedo castigarte - antes de confrontarlo mi padre nos interrumpe.

- ¿Qué cuchichean ustedes dos? - nos pregunta.

- Estaba diciéndole a su hija, que está todo listo para que mañana nos casemos - ¿Qué mierda ha dicho? Me quedo en shock.

- ¡¿Mañana?! - grita Antonio en pánico.

- Señor Beltrán, no se ponga histérico, le dije a su hija, que nos casaríamos lo antes posible - maldición, es cierto lo dijo, pero no creí que fuese tan pronto. ¡¿Por qué no me preguntó antes de tomar la decisión?! Se supone que el matrimonio es de dos, no que solo él tome las decisiones.

- Cesar, mi padre está cansado por el viaje, qué tal si lo hablamos más tarde - maldito, obsceno del control.

- Señor Beltrán, yo le dije que mis intenciones eran convertir a su hija en mi esposa, ella dijo que sí, y creí que usted apoyaba todo esto - en estos momentos estoy odiando a alguien, y no es mi papi.

- Yo quiero que mi niña sea feliz...pero no imaginé que usted estaba tan apresurado por casarse ¿Qué se trae entre manos, señor Parra? - le pregunta mi padre a mi "Prometido"

- No me traigo nada entre manos, señor Beltrán. Solo que no quiero pasar un momento más separado de su hija - ¡Qué lindo! Aun así, estoy furiosa con él.

- Entiendo eso, señor Parra. Yo también pasé por esa etapa, y sé lo que está sintiendo - Cesar, mira a mi padre como si no entendiera lo que él dice.

- No tengo vestido de novia - le digo fingiendo tranquilidad.

- Tú no te preocupes por nada - me responde Cesar. Este hombre es exasperante e insistente.

- ¿Y el anillo de compromiso? - encara mi padre a Cesar.

- T/n, no tiene nada de preocuparse, solo de estar mañana al mediodía en mi casa.

- ¡¿Qué?! - grito histérica. ¡¿Cómo que mañana al mediodía? - ¡¿Estás loco?!

- Sí, pero loco por ti - sonrío como boba, ¿Qué más puedo hacer, cuando me dice algo lindo y romántico?

- Supongo que no tengo derecho interferir - mi padre se acerca a mí - Solo te pido que la cuides y la hagas feliz - le dice Antonio, a Cesar.

- No se preocupe, señor Beltrán. Cuidaré a T/n, con mi vida y procuraré hacerla feliz - Cesar, toma mi mano y se lo lleva a los labios para besar mis nudillos - ¿Acepta entonces? - me mira con sus hermosos e intensos ojos cafés, brillante de amor por mí. ¿Cuándo será el día que oiré de sus labios decir que me ama? Tal vez debería decírselo yo, pero no sé si él está preparado para oírlo.

- Ok...tú ganas - le regalo una tímida sonrisa.

Cesar me abraza y beso mi cabeza. Lo amo tanto, por el rabillo del ojo logro ver a un emocionado Antonio, observándonos.

No pude dormir en toda la noche. Anoche a regañadientes envié a Cesar, a su casa. Él quería quedarse, pero no me pareció oportuno, ya que seguramente no hubiéramos dormido nada, y con mi papá durmiendo en el cuarto del frente, hubiera sido muy vergonzoso que Cesar, hubiera estado cogiéndome y yo gritaría como loca de placer, y mi padre hubiera tenido que oírnos. Me levanto de mi cama y me voy al baño.

Una vez que hecho mis necesidades, me quedo en el baño mirándome en el espejo. Debo darme una buena ducha, mi pelo está hecho un desastre, y mis mejillas necesitan un poco de color, estoy muy pálida.

- ¡T/n, estás ahí! - grita mi padre desde el otro lado de la puerta.

- Sí, estoy dándome una ducha.

- ¡Todavía no te has duchado! ¡Por dios, T/n. Son las once de la mañana! - me grita.

Mierda, no pensé que era tan tarde, se supone que ya debería ir en camino rumbo a la casa de Cesar.

- De inmediato salgo - le digo mientras cierro el grifo.

- Apúrate que el señor Taylor, está aquí - mierda.

- Ok, dígale que espere un momento.

Me seco un poco y salgo a mi dormitorio con una toalla, envuelta en mi pelo. Minutos después mi padre entra nuevamente a mi dormitorio.

- ¡Por dios, T/n. No te has vestido! ¡¿Qué te sucede?!

- Eh...si - estoy sentada en la orilla de mi cama - Yo - entrelazos mis dedos.

- T/n, dime la verdad, por favor ¿Realmente te quieres casar con el señor Parra? Sé honesta y no hagas esperar al señor Taylor, ni mucho menos al señor Parra.

- Estoy asustada - confieso - Sé que amo a Cesar, pero me asusta pensar que tal vez esté cometiendo el error más grande de mi vida.

- Hay, hija, y porque no le dijiste eso ayer - pero si no tuve posibilidad.

- Me quiero casar para toda la vida, y no por un par de años o peor aún unos cuantos meses.

- Entonces llama al señor Parra, y dile que no te espere, que no irás a su casa para casarte con él.

- No...yo no tengo valor para hacerlo.

- Pero yo puedo decirle - dice la voz de un hombre. Mi padre y yo nos volteamos. Taylor, está parado en la entrada de mi habitación.

- ¡¿Usted no le enseñaron tocar?! Estoy envuelta en una toalla - le regaño.

- Señorita Beltrán, no se haga la tonta y respóndame lo siguiente - su voz dura me intimida - ¿Irá conmigo a casa del señor Parra, o lo llamamos por teléfono para cancelar todo? - me tiende su celular de última generación.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora