Capitulo 15

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Un mes después.

Dicen que por amor nadie muere, pero lo que no te dicen es que el corazón puede apagarse lentamente. No porque falte vida, sino porque falta lo único que lo mantiene latiendo.

No es a la muerte a lo que le temes, sino a quedarte atrapado en un cuerpo que respira, pero que ya no siente nada.

Así me sentía después de dejarlo, pensé que el dolor sanaría poco a poco, con el tiempo. Pero la verdad es que duele mucho más con el pasar de los días, mucho más de lo que imaginé. Es volver a tu vida, pero sin que nada encaje.

Ríes, pero no tienes ganas. Sonríes, pero no sientes emoción. Miras, pero no ves. Respiras, pero ya no sientes que vives. Había retomado mi rutina habitual pero me sentía completamente diferente.

Ese martes después acompañé a mamá al aeropuerto para que tomara su vuelo de regreso a Florida. La despedida fue más difícil de lo que había previsto. Aunque la distancia siempre nos había mantenido aún más cerca, esa sensación de vacío siempre me invadía al verla cruzar las puertas de embarque. Después de todo, era la única familia cercana que tenía aquí, mamá había sido adoptada y papá había muerto... no habían hermanos, sobrinos, tíos, nada.

Hassem parecía haber quedado en segundo plano, pero era una cruel mentira, incluso en mis sueños aparecía para atormentar mis mañanas y... aliviar.

Sin embargo, me distraje mucho volviendo a ver a las chicas antes de que regresaran junto con el. Ellas también habían vuelto a Abu Dhabi, su hogar junto a él. Nuestro grupo de chat ya no era tan activo como antes, la distancia física parecía haberse transformado en una verdadera barrera. Era extraño, pero inevitable. El fin de semana anterior, logré reunirme con Sofía y Claudia para tomar un café. Fue un respiro en medio de la rutina, aunque la charla no fue la misma de siempre. Algo había cambiado, pero no quise pensar demasiado en ello.

El resto de los días se deslizaron entre el trabajo y las largas vueltas a casa. Pero lo que realmente me sorprendió fue lo mucho que había avanzado mi relación con Eric.

Un amigo indiscutible en cuanto a las primeras noches que cabe decir que fueron las peores, me brindó todo su apoyo,  últimamente se sentía más presente que nunca, como si hubiera estado ahí sin que yo lo notara todo este tiempo. Su cercanía era algo que me hacía sentir segura, más tranquila y no había cambiado nada en absoluto, seguíamos siendo jefe y empleada en el trabajo y apenas salíamos de la empresa volvíamos a ser los amigos de siempre.

Hoy era sábado en la tarde de la cuarta semana viviendo en casa de Eric, estaba en la habitación con Gertrudis fingiendo leer un libro mientras me hundía en mis pensamientos más retorcidos, de esos que no quería tener cuando el toca mi puerta, estaba abierta así que solo levanté la vista para verlo allí parado con un aspecto relajado, recuesta su hombro del umbral mientras se rasca la nuca, bajo el libro y lo observó.

— ¿Recuerdas la invitación de último minuto? — fruncí el ceño, no muy segura de qué hablaba. Me enderecé en la cama, tratando de concentrarme mientras lo miraba confusa . Al notar mi expresión, Eric suspiró y continuó, explicando con más detalle. — El auto, Alicia. Te mencioné que mi madre haría una fiesta por el lanzamiento... — dice  relajado, como si lo hubiera explicado mil veces pero con la misma paciencia de siempre. Cerré los ojos por un segundo, intentando hacer memoria.

— Claro, es que... con todo lo que ha pasado, lo había olvidado. — Me excusé, y aunque no era mentira, tampoco era del todo cierto. Las últimas semanas habían sido un remolino, tantas cosas ocurrieron tan rápido que la reunión por el nuevo auto de Nova Interprises Inc. era solo una migaja, el Nova30E Sport, lo más prometedor del mercado, solo con su pre lanzamiento ya habían más de un millones de autos en todo el mundo reservados, todos esperando para su entrega.

Árabe Encadenada A Ti [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora