Capitulo 19

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Me subí al primer vuelo disponible de Nueva York a Dubái, sin pensar. No sabía mucho sobre el atentado, solo que debía estar allí y me sentí estúpida por qué mi cabeza no razonaba como mi cuerpo. Fue un impulso desesperado, y las 12 horas y 55 minutos en el aire me hicieron sentir al borde de la locura. Los segundo se extendían como en una eternidad resistiéndose a avanzar. Despegamos a las 12:00 del mediodía, y cuando aterrizamos, eran ya las 11:00 de la noche. Mientras caminaba por el aeropuerto y me dirigía a la salida, el reloj marcó la medianoche.

Busqué una señal de wifi en cuanto pude. Necesitaba hablar con Beatriz, Oxia o Danna, alguna que me diera razón. Y  cuando marqué, respondió al instante, como si me hubiera estado esperando.

—¿Alicia? —se escucha aliviada.— ¡Dios mío! Te estuve llamando todo el día y no contestabas — me dijo tratando de contener la respiración.

—Perdón, con todo lo que sucedió, tuve que salir corriendo — conteste mostrando cansancio.— Estoy aquí... en Dubái — solté, sin preámbulos.

—¿Qué? ¿Qué haces aquí? ¡Estás completamente loca! — ahora era pura incredulidad.

Cerré los ojos, respirando profundo.

—Tal vez sí, perdí la cordura en cuanto me di cuenta ya estaba volando aquí, vi lo que dijeron las noticias, y... — Las palabras se me enredaron en la lengua.

—Tranquila, tranquila... Yo también estoy aquí, en Dubái. — Su respuesta me tranquilizó.

—¿Y él? ¿Está bien? — pregunté, a pesar de que el miedo me hacía dudar si realmente quería saber la respuesta, de todas formas eso era la razón principal que me había traído dejando mi trabajo tirado y a Eric con el.

—Está... bueno, consciente, pero ha pasado por cosas mucho peores. Aunque su padre... su situación es crítica.— hace una pausa pesada.— Pero te juro que me alegra que hayas venido, de verdad. Me preocupaba que no atendieras mis llamadas. Estoy a 30 minutos del aeropuerto, espérame en la salida A ¿vale?.

— Okay.— respondo atenta antes de que la llamada se cortara.

Mi corazón, que no había dejado de latir desbocado desde que había tomado la decisión de viajar, empezó a calmarse. Pero otra sensación, más incómoda, comenzó a surgir. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Esto era lo correcto? Después de lo que ocurrió el sábado, ¿cómo iba a enfrentarme a él? Sin embargo, no podía evitarlo. Una parte mi necesitaba confirmar su bienestar. Y, aunque me costara admitirlo, tal vez todo esto no era más que una excusa para volver a verlo ahora ¿cómo haré para enfrentarme a Eva?

Exactamente treinta minutos habían pasado cuando una BMW X6 deportiva se detuvo frente a mí. Siempre me había preguntado qué sentido tenía una camioneta sport en una ciudad como Dubai, pero en cuanto vi a Beatriz al volante, dejé de cuestionarlo. La desesperación de verla me impulsó a lanzarme hacia su vehículo antes de tiempo y sin pensarlo. No traía más que mi pequeña cartera de mano, así que subí de inmediato, sin el menor esfuerzo. En cuanto me senté y antes de poder decir nada, sentí la necesidad de abrazarla.

Beatriz, con su típico aire cansado, me envolvió con fuerza, reposando su mentón sobre mi hombro, como lo había hecho tantas veces antes, respiré.

—Qué bueno verte de nuevo—, murmuró agotada en mi oído, cierro los ojos devolviéndole el afecto. —Todo ha sido una locura desde que volvimos.— Asentí sin poder emitir palabra alguna. Un nudo se formaba en mi garganta. Temía que, si intentaba hablar, no sería capaz de contener el torrente de emociones y pensamientos.

—¿cómo sigue Oxia?— no habíamos tenido tiempo de hablar pero en cuanto las palabras logran salir de mi, hablo tan bajo que parece un susurro.

— Mejor que nunca, aunque el atentado de hoy... fue una sorpresa para todos.— responde afligida.

Árabe Encadenada A Ti [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora