Tauro

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Tumbado sobre sábanas blancas y cubierto por las mismas, contemplo, de brazos cruzados, el triste panorama que me envuelve. Las ventanas que dan al pasillo del hospital están tapadas por persianas. En cambio, las que dan al exterior, están abiertas, dan luz a la sala, pero me las tapan unas cortinas. Mi hermano abre la puerta y entra rápidamente.

"¿Qué fue eso de la mariposa? Por curiosidad", me pregunta, desde una distancia.

"Da igual", me niego.

"Lorenzo, es necesario que me lo cuentes", insiste.

"No lo haré", vuelvo a decir, "no quiero revivir algo que no fue real".

"Como se nota que eres tauro", bromea, otra vez, creyéndose las tonterías del horóscopo, "Lorenzo, te obligaré".

"Bien", cedo. "Soy el novio de una mariposa convertida en ser humana, bueno, no novio, pero no sé. Catalina, se llama", no pienso decir nada de esto en pretérito perfecto, "era la persona más bonita del planeta Tierra. No te lo imaginas. Pero para nada. No podré vivir sin ella, Giorgio. Si un día me encuentras muerto en casa no te extrañes". Vale, eso ha estado mal.

"No permitiré que sueltes esa puta barbaridad, Enzo, ¿me estás escuchando?", me alza la voz, señalándome con el dedo índice. "Ni una puta barbaridad más". Me da pena de verdad cuando me mira con los ojos llorosos. Se contiene y decide seguir: "Me parece que eso de la mariposa habrá sido tu vida imaginaria dentro del coma. Siento decírtelo así, pero es verdad. ¿Aparecía alguien más dentro del coma?".

"Tú, los tíos... Y ya. Giorgio, lo que he vivido dentro del coma ha sido la continuación de mi vida después de caer en coma, como si no hubiera pasado, ¿me explico? Ha sido real, ha sido todo real, al menos se ha sentido muy real. Lo sentía todo, en presente, en primera persona, era todo la realidad. De hecho, sigo dudando si todo eso fue real o no. Y me sorprende que, con la depresión que me ha caído desde el segundo en el que desperté, esté hablando de ello".

Giorgio resopla. Asiente, comprendiendo mi situación.

"Han... sido los peores cuatro meses de mi vida, hermano", se expresa, intentando evitar un puchero.

"¿Sí?", cuestiono, "Pues han sido los mejores cuatro meses de mi vida".

El surrealismo de hablar con una mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora