Capítulo 89: 03:00

235 33 1
                                    

Los sollozos de Sunoo llenaban los pasillos vacíos de la mansión, resonando en cada rincón, como si las paredes mismas pudieran sentir el dolor desgarrador que lo consumía. Su respiración era irregular, entrecortada por la desesperación, y su cuerpo temblaba como si estuviera al borde del colapso. Cada lágrima que caía de sus ojos llevaba consigo un pedazo de su alma, una chispa más de su esperanza que se apagaba, consumida por el abismo de la impotencia.
Niki lo miraba, arrodillado a su lado, su mano descansaba sobre el hombro tembloroso de Sunoo, sintiendo cómo todo el peso de la tragedia recaía sobre ellos. Sabía que Sunoo estaba destrozado por dentro, que cada sollozo era un grito silencioso, y sin embargo, no había nada que pudiera decir o hacer para aliviar su dolor.
Él también lo sentía, esa agonía que venía de saber que te habían perdido, que todo lo que habían hecho había sido en vano.
El aire alrededor de ellos era pesado, denso, como si la tristeza misma hubiera impregnado cada rincón de la mansión. Niki trataba de encontrar las palabras adecuadas, pero cada vez que abría la boca, solo sentía que cualquier cosa que dijera sería inútil.
Ahora Sunoo estaba más allá de cualquier realidad, atrapado en un torbellino de emociones que lo desgarraba desde dentro.

—Niki… —murmuró Sunoo, su voz apenas un susurro entre sollozos — no puedo dejarla ahí… No puedo abandonarla. Tiene que haber algo que podamos hacer, no puedo rendirme.

El tono en su voz era bajo y desesperado, cargado de una súplica tan profunda que Niki sintió su propio corazón romperse un poco más. Quería creer en lo que Sunoo decía, quería aferrarse a esa pequeña esperanza, pero la realidad lo aplastaba con una fuerza abrumadora.
Ya te habían perdido y, por más que Sunoo se negara a aceptarlo, Niki sabía que no había vuelta atrás.
El dolor en sus ojos era insufrible. Sunoo había estado a tu lado desde el principio, te había protegido, te había amado con cada fibra de su ser, y ahora, esa misma persona a la que amaba más que nada en el mundo ya no lo veía cómo antes.
Aquel pensamiento lo estaba destruyendo, como si algo dentro de él se estuviera desmoronando, cayendo en un abismo del que no sabía si podría salir.

—Sunoo… —Niki finalmente habló, su voz era baja, cargada de tristeza y resignación — ___ ya no es la misma… No es la persona que conocíamos. Ella no te reconoce.
—No... No es verdad... —negó con la cabeza.
—Sunoo... Lo que Jungwon y Heesung le hayan hecho… Han plantado algo en su mente.

Las palabras de Niki eran como cuchillas, cada una cortando un poco más profundo, haciendo que el alma de Sunoo se desgarrara más y más. Lo sabía, en el fondo siempre lo había sabido, pero escucharlo en voz alta era devastador, como si la realidad lo golpeara de repente, sin misericordia, arrancándole la última pizca de esperanza que quedaba en su corazón.
El dolor en su pecho se volvió insoportable, no podía respirar, como si el peso de esa verdad lo estuviera aplastando, robándole el aire, la fuerza, todo. Sunoo apretó los puños, sintiendo cómo sus uñas se clavaban en la piel de sus palmas, tratando de aferrarse a algo, a cualquier cosa, para no desmoronarse por completo... Pero no había nada a lo que aferrarse, solo un vacío implacable que lo consumía.

—Pero... —intentó hablar, su voz temblaba, rota, demencial — tiene que haber algo que podamos hacer. Niki… Yo puedo traerla de vuelta, ella sabe que jamás le haría daño... Lo sabe. Solo necesito una oportunidad, solo una.

Niki lo miró, su propio corazón se apretaba en el pecho al ver a su amigo tan destrozado, tan aferrado a una esperanza que él mismo sabía que era inútil. Quería creer en Sunoo, quería creer que, de alguna manera, había una forma de salvarte, pero la realidad era que no podían hacer nada.

—Sunoo entiéndelo… —Niki tomó aire, su voz era suave pero firme, llena de una tristeza aplastante — no podemos hacer nada. Ya no es tan simple, no puedes acercarte a ella sin que te odie. Han hecho algo en su mente, algo que la hace verte como un enemigo… Y no podemos cambiar eso.

𝕸𝖔𝖔𝖓𝖘𝖙𝖗𝖚𝖈𝖐 - 𝕰𝖓𝖍𝖞𝖕𝖊𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora