Ep: 16 Dudas vagando

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Después de esa noche en Miami, no podía dejar de pensar en las fotos. Intentaba convencerme de que debían tener una explicación lógica, pero la imagen de Kendall con otro hombre seguía repitiéndose en mi mente. Me debatía entre escribirle o esperar a verla en persona, pero una parte de mí no estaba lista para enfrentar lo que fuera que pudiera estar sucediendo.

Al día siguiente, mientras desayunábamos en el hotel, las chicas notaron mi silencio.

— ¿T/n, todo bien? — preguntó Dixie, dejando de lado su café.

— Sí, solo no dormí muy bien, nada grave — mentí, mirando hacia mi plato.

Kylie, sin embargo, me conocía mejor que eso. Con una mirada fija en mí, decidió que tendríamos que hablar. Sabía que no me libraría fácilmente.

— T/n, ¿qué pasó anoche? Porque claramente algo está mal — dijo Kylie en un tono firme mientras nos levantábamos de la mesa.

Después del desayuno, Kylie y yo caminamos por la playa. El sonido de las olas era tranquilizador, pero no lo suficiente como para calmar lo que sentía.

— Vi algo anoche — le dije finalmente, deteniéndome para enfrentarla.

— ¿Qué viste? — preguntó, frunciendo el ceño.

— Fotos de Kendall con un hombre... Parecían estar en una cita — solté sin rodeos, el dolor en mi voz era evidente.

Kylie me miró por unos segundos, su expresión cambiando de sorpresa a preocupación.

— ¿Estás segura? ¿Dónde las viste? — preguntó, cruzando los brazos.

— En Twitter. Eran fotos filtradas, no parecen fotos casuales — respondí, sacando mi celular para mostrárselas.

Kylie tomó el teléfono, inspeccionando las imágenes con detenimiento.

— Esto no se ve bien, t/n — admitió. — Pero... hay que hablar con Kendall antes de sacar conclusiones. Tú la conoces mejor que nadie. Sabes que los paparazzi suelen tomar fotos que no muestran el contexto real.

— Lo sé, pero no puedo evitar sentir que algo está mal. Además, ella casi no me ha dado atención últimamente. Parece más distante — confesé, sintiendo un nudo en la garganta.

Kylie suspiró, pensando por un momento.

— Vamos a hacer una cosa: llama a Kendall. Si hay algo que no esté bien, lo sabrás. Pero no puedes quedarte con estas dudas — me aconsejó, dándome un ligero empujón en el brazo.

Tomé aire, aunque algo dentro de mí me decía que no estaba lista para escuchar lo que Kendall pudiera decir. Sin embargo, tenía razón. Tenía que enfrentar esto de una vez por todas.

Regresé a la habitación del hotel y me senté en la cama, mirando mi teléfono por unos minutos antes de finalmente llamarla. Después de un par de timbrazos, Kendall contestó.

— Hey, t/n, ¿cómo estás? — su voz sonaba tranquila, como si nada estuviera mal.

— Bien... Bueno, en realidad, no tanto — respondí, tratando de mantener la calma.

— ¿Qué pasa? — preguntó, de repente más alerta.

— Vi unas fotos, Kendall. Fotos tuyas con otro hombre en lo que parece ser una cita — solté, sin rodeos.

Hubo un silencio al otro lado de la línea.

— Ah... ya entiendo de qué hablas — su tono cambió, y pude sentir la incomodidad en su voz.

— ¿Vas a decirme qué es lo que pasa? Porque sinceramente, me siento como una tonta — dije, sintiendo que mi corazón latía más rápido.

— T/n, no es lo que parece. Ese hombre es un compañero de trabajo, estábamos hablando de negocios. Sé que las fotos pueden dar una impresión equivocada, pero te juro que no es nada más que eso — explicó rápidamente.

— Entonces, ¿por qué no me lo dijiste antes? — pregunté, levantando la voz sin poder evitarlo.

— Porque no pensé que fuera importante, no fue nada fuera de lo común. Solo una reunión — respondió, intentando sonar calmada.

— ¿Y cómo esperas que me sienta cuando veo esto después de días sin recibir casi atención de tu parte? — dije, sintiendo cómo la frustración se desbordaba.

— T/n, sé que he estado distante, pero es por el trabajo. Estoy tratando de manejar todo lo mejor que puedo, y a veces siento que no tengo suficiente tiempo para nada. Pero eso no significa que no me importes — su tono era sincero, pero yo seguía molesta.

— Solo necesito saber si realmente estás comprometida con esto. Porque no puedo seguir sintiendo que estoy compitiendo con todo lo demás en tu vida — dije con franqueza.

Kendall suspiró al otro lado del teléfono.

— Lo estoy, t/n. Te amo, y estoy dispuesta a hacer lo que sea para que esto funcione. Solo necesito que confíes en mí. Sé que no he sido la mejor en demostrarlo, pero estoy trabajando en ello — su voz sonaba más suave ahora, casi vulnerable.

Me quedé en silencio, procesando sus palabras. Quería creerle, quería confiar en ella. Pero las dudas seguían ahí, presentes en mi mente.

— Está bien — respondí finalmente. — Pero espero que las cosas cambien, Kendall. Porque no puedo seguir así.

— Lo harán, te lo prometo — dijo ella.

Nos quedamos en silencio por unos segundos antes de despedirnos. Colgué el teléfono y me recosté en la cama, sintiendo una mezcla de emociones. Sabía que Kendall me amaba, pero algo en mí seguía inquieto.

Más tarde esa noche, después de la cena, las chicas y yo regresamos al hotel. Kyls se acercó a mí mientras nos preparábamos para dormir.

— ¿Hablaste con ella? — me preguntó.

— Sí, hablamos. Me dijo que era solo trabajo, pero no puedo evitar sentir que algo no está bien — admití, dejando escapar un suspiro.

Kylie asintió, comprendiendo.

— Solo ten paciencia. Si Kendall dice que está comprometida, entonces debes darle una oportunidad para demostrarlo. Pero también cuida de ti misma, mi niña. No te pierdas en esto — dijo con sabiduría.

Asentí, sabiendo que tenía razón. Tendría que esperar y ver si Kendall realmente estaba dispuesta a hacer los cambios que prometía. Pero por ahora, la incertidumbre seguía vagando en mi mente, dejando un montón de dudas sobre lo que vendría después.

GLAMOUR Y DESEO.                     KENDALL JENNER X T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora