Ep 32: Fiesta

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Ya habíamos llegado a los ángeles en la mañana, nos quedamos en mi casa de ahi, ya que tenía mucho de no visitarla desde Londres.

- Que les parece si vamos al club en la noche? me estoy muriendo aquí encerradaaa – Dijo zendaya tirada en el sofá
- Sii, hasta que alguien quiere salir! – Dijo Charles y Shawn.

Ya era de noche y me estaba arreglando para ir, así que me puse un vestido negro pegado al cuerpo para que llamara la atención, pero tampoco para sentirme tan incómoda.

El ambiente del club era justo lo que necesitábamos. Desde que Zendaya sugirió salir, olvidamos quedarnos en casa. La música, las luces y la vibra de Los Ángeles nos atraparon desde el momento en que entramos. Charles, Shawn, Emma, Timothée y yo estábamos listos para una noche épica.

– Esta noche va a ser una locura – me dijo Emma mientras nos dirigíamos a la barra. Al principio no estaba muy convencida de salir, pero ahora estaba disfrutando tanto como yo.

Las bebidas comenzaron a fluir y la música nos hizo perder la noción del tiempo. Estábamos bailando, riendo, disfrutando de la compañía. Me sentía ligera, como si el peso de las últimas semanas se hubiera desvanecido. La energía en el club era contagiosa, y todos a nuestro alrededor parecían pasándola genial.

Todo iba perfecto hasta que la vi.

Kendall.

Al principio, no le presté mucha atención. No era raro encontrarla en estos lugares, pero sentí una extraña tensión en el aire. Estaba al otro lado del club, hablando con sus amigos, y cuando nuestras miradas se cruzaron, noté algo en su expresión. Decidí ignorarlo y seguí bailando con Emma.

– ¡Otra ronda! – gritó Charles desde la barra, levantando un par de vasos.

– ¡Claro! – le respondí entre risas.

Pero de repente, Kendall apareció de la nada. Sentí su mano en mi brazo antes de darme cuenta de que estaba a mi lado. Me giré, sorprendida, y ahí estaba, mirándome con esa intensidad que solo ella tiene.

– ¿Qué haces aquí? – me preguntó, y sonaba más a acusación que a pregunta.

– Kendall, estamos en Los Ángeles. No es raro que nos encontremos. – le contesté, tratando de mantener la calma.

Ella entrecerró los ojos, y su mano se aferró más a mi brazo. Pude oler el alcohol en su aliento, y me di cuenta de que estaba más ebria de lo que pensé.

– ¿Por qué siempre tienes que estar con ellos? – dijo, casi en un murmullo.

– Son mis amigos. Siempre he estado con ellos – respondí, sintiéndome un poco frustrada.

– Siempre te ves tan feliz con ellos. ¿Qué hay de mí? – me lanzó, y la tensión en el aire se volvió palpable.

– No puedo estar pegada a ti todo el tiempo, Kendall. A veces me haces sentir que no puedo tener mi propio espacio – le dije, tratando de no elevar la voz, pero el enojo comenzaba a surgir.

Ella me miró, sus ojos ardiendo. – ¿Y qué? ¿Acaso piensas que no tengo derecho a estar contigo? Tú eres mía tn – Su tono se volvió desafiante, y su actitud me sacó de quicio.

– No se trata de eso. Simplemente no entiendo por qué siempre tienes que hacer un drama de todo – respondí, sintiendo que esto se estaba saliendo de control.

En ese momento, Kendall se acercó aún más. La tensión entre nosotras era innegable. Sin previo aviso, me agarró del cuello y me besó. El beso era todo menos sutil. Era caliente, como si estuviera descargando toda su confusión, su enojo y su deseo en mí.

Me dejé llevar, sintiendo cómo el mundo a nuestro alrededor desaparecía. Sus labios se movían con una urgencia que encendía algo dentro de mí. Mis manos buscaron su cintura hermosa , atrayéndola más cerca, y en ese momento no podía pensar en nada más que en el sabor de su boca.

Pero de repente, me acordé de la situación. Abrí los ojos y me separé, empujándola suavemente. Sentí su respiración agitada, y las luces del club regresaron a la realidad.

– Esto no está bien – murmuré, intentando calmarme.

– ¿Por qué no? – preguntó, ofendida.

– Porque estás ebria, y esto no puede ser solo un momento de locura, no tenemos 15 años – le respondí, sintiendo que la diversión se convertía rápidamente en tensión.

Ella se pasó una mano por el cabello, frustrada. – ¿Siempre tienes que pensar tanto? Solo quiero pasar un buen rato.

– Y yo también, pero no así – le dije, tratando de mantener la calma.

Kendall me miró con desdén. – Genial. Entonces ve y diviértete con tus amigos. Yo no te necesito.

– ¿Tú crees que esto es divertido? – le respondí, sintiendo que me salía de mis casillas. – Solo estás creando un drama que no necesito.

– ¡Tal vez tú seas la que está creando el drama aquí! – me gritó, y su tono desafiante me hizo sentir aún más frustrada.

El ambiente entre nosotras era tenso. Pero de alguna manera, sabía que esto no podía terminar aquí.

– ¡Tú solo no entiendes nada! – le grité, sintiendo que mi paciencia se agotaba.

– ¡Y tú eres la que se aleja cuando las cosas se complican! – respondió, elevando la voz.

En un impulso, decidí interrumpirla. Me acerqué rápidamente y, antes de que pudiera decir algo más, la besé de nuevo. Este beso era más intenso, cargado de la frustración y la adrenalina del momento. La apreté contra mí, sintiendo la chispa que siempre había estado ahí.

Cuando finalmente nos separamos, le miré a los ojos y, con un tono desafiante, le dije:

– Adiós.

Con eso, me di la vuelta y me perdí entre la multitud, dejando atrás una Kendall confundida y con ganas.







Les pido porfa que me den ideas, me comenten de los episodios y todo, no quiero lectores fantasmas, si no dejaré la historia. 🥲

GLAMOUR Y DESEO.                     KENDALL JENNER X T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora