CAPITULO 19

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|No es un regalo|

ALEXANDRA

En la profundidad de mi sueño logro sentir la presencia de otra persona ajena a mí en la habitación, la curiosidad me sobrepasa por lo que decido abrir mis ojos y descubrir quien es esa persona que me espía mientras duermo. Me llevo una sorpresa cuando al encender las luces reconozco la figura de Barrett a los pies de mi cama.

Froto mis ojos buscando despertar de alucinación que es lo mas probable que en estos momentos estoy sufriendo, pero cuando lo veo acercarse el pánico se apodera de mi y más cuando siento como su peso abolla mi cama a su paso.

—¿Barrett? —pregunto en un hilo de voz. Busco a Lily, pero ella no se encuentra en su lugar—mi hermana.

—No te preocupes esta con la empleada—habla con calma mientras gateando se acerca a mí.

La forma deseosa en la que sus ojos me miran y la posición en la que se acerca provocan que un bochorno provenga de todo mi cuerpo. ¿Ahora cuáles son sus intenciones? pero por la forma en la que me mira puedo decir que no son buenas. Finalmente llega hasta mí, su aliento fuerte por el alcohol golpea mi rostro invadiendo mis sentidos. Su mano se dirige hacia mi mandíbula, aquí la toma con algo de rudeza y después recorre mi cuerpo con su mirada.

Me encuentro con tan solo un short algo corto y mi blusa de tiras finas que llega hasta mas debajo de mi ombligo, todo esto es por el calor que por las noches comienza a hacer y creo que soy la única ya que Lily duerme cobijada de pies a cabeza. Barrett llega hasta mis ojos y aquí sonríe de una manera tan pervertida, coqueta y seductora.

Como me encanta.

Minutos después este me lleva hasta sus labios y me besa, lo hace tan profesional y esto me enloquece. Sus manos por mi cuerpo me provocan mil sensaciones fatales que arrebatan mi tranquilidad y avivan mi deseo por él. Sus manos llegan a mis nalgas, me levanta con tanta facilidad sentándome encima de él.

Logro sentir su miembro ya endurecido y erecto, gemidos brotan de mis labios al sentir el placer apoderarse de mí. Por inercia comienzo a moverme de atrás hacia delante frotándome en su pene y dándome placer con este, estos movimientos estimulan mi clítoris provocándome vibraciones que me recorren completa erizando mi piel.

Echo mi cabeza hacia atrás gimiendo fuerte y ruidoso, lo siento no puedo ser silenciosa. Barrett por su lado se encuentra con los labios semi abiertos permitiendo que de estos broten jadeos, me toma de la cintura fuerte y me jala hasta la calidez de su cuerpo esto hace que ahogue un jadeó ante su repentina acción.

—Alexandra...como le enloqueces—habla entre hilos de placer. De nuevo me jala hasta su cuerpo de forma ruda—mía.

Después me recuesta sobre la cama, me comienza a quitar mi short con desespero y yo colaboro facilitándole su trabajo, después pasa a mis bragas las cuales arranca de un tirón provocándome un leve ardor cuando lo hace cosa que rápido olvido. Acto seguido se quita la única prenda que traía en este caso unos pantalones, sus labios vuelven a los míos y esta vez su lengua es incluida.

Barrett deja mi boca para sentarse de nuevo y con una sonrisa en sus labios, abre mis piernas; el pudor y la vergüenza son unas de las cosas que he perdido también con este hombre. Su vista me recorre de norte a sur, sostiene su pene y lo pasea por la entrada de mi vagina, clítoris y más.

Me retuerzo permitiendo que mi cuerpo exprese su satisfacción, estoy siendo torturada, pero de una manera deliciosa y satisfactoria, mi cuerpo lo desea, lo añora como nunca antes lo había hecho y la forma en la que lo toma es increíble. En cuestión de segundos siento como me penetra, primero lo hace de forma sutil y suave hasta que poco a poco comienza a arremeter contra mí, sus penetraciones se convierten en embestidas.

POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora