El Hotel Hazbin había estado tranquilo, al menos superficialmente. Sin embargo, los residentes empezaban a notar pequeños cambios en su comportamiento, casi imperceptibles al principio, pero cada vez más evidentes. Ninguno lo sabía, pero algo en el aire estaba cambiando, afectando a cada uno de ellos de maneras sutiles y extrañas.
Angel Dust había empezado a moverse de manera diferente, con saltos ágiles y repentinos, inquieto, como si sus movimientos estuvieran más coordinados para desplazarse rápidamente de un lugar a otro. Husk, por su parte, se encontraba tomando siestas más largas y en posiciones extrañamente felinas, mientras comenzaba a estirarse perezosamente. Su desinterés general ahora venía acompañado de un ronroneo bajo, casi imperceptible.
Alastor, por otro lado, había desarrollado una molestia que no podía ignorar: el picor en sus astas. Empezó a rascarse con más frecuencia, frotando su cabeza contra paredes, marcos de puertas y muebles cuando pensaba que nadie lo veía. Sus movimientos, aunque siempre elegantes, parecían más inquietos, como si algo estuviera a punto de suceder. Y lo más extraño: había comenzado a confundir los colores en los alrededores. Más de una vez había mencionado equivocadamente el color de algo cercano, aunque disimulaba su sorpresa con su habitual sonrisa.
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Hotel Hazbin, Comedor Principal
Charlie y Vaggie estaban sentadas discutiendo detalles sobre la administración del hotel, mientras Husk y Angel Dust observaban desde un rincón. Angel, inquieto como siempre, no podía evitar moverse, saltando de una silla a otra, mientras Husk lo observaba con un ronroneo leve, casi entretenido por el comportamiento hiperactivo de su compañero.
—¿Te has dado cuenta de que todos estamos actuando... un poco más raros? —preguntó Angel, sacudiendo una pata de su abrigo mientras miraba a Husk.
—No me digas. —respondió Husk, con el tono seco que siempre lo caracterizaba—. Tú siempre has sido raro.
—No hablo de eso, imbécil. —replicó Angel—. Me refiero a... esto. —Hizo un salto ágil hacia la mesa, apoyando sus manos en la superficie y luego saltando de nuevo sin esfuerzo—. Esto no es normal ni siquiera para mí.
Antes de que Husk pudiera contestar, Niffty, siempre atenta, apareció en el comedor, observando a los dos con una sonrisa amplia.
—¡Yo también lo he notado! ¡Nos estamos comportando como...! —dijo, sin terminar la frase, como si quisiera que alguien más lo completara.
Husk, sin dejar de mirar a Alastor, que en ese momento se rascaba distraídamente la cabeza contra el marco de una puerta, resopló.
—Sí, bueno, no soy un experto, pero parece que algunos de nosotros tenemos ciertos... rasgos que están empezando a mostrarse más.
Justo en ese momento, Charlie iba a decir algo, cuando una figura familiar apareció en el umbral de la puerta. Lucifer, el rey del Infierno, había llegado con su sonrisa característica, que nunca parecía revelar del todo sus verdaderas intenciones.
—¿Qué tal, queridos? —dijo con un tono ligero, pero con una presencia que hacía que todos lo miraran con atención—. Veo que algunos de ustedes están... digamos, mostrando un poco más de sus verdaderos "colores".
Alastor se detuvo un momento en su rascado, sus astas crujiendo ligeramente bajo la presión. Sus ojos se entrecerraron, pero su sonrisa permanecía inmutable.
—¿A qué te refieres, Lucifer? —preguntó con esa voz aterciopelada que siempre utilizaba cuando algo lo intrigaba.
Lucifer dio un paso adelante, mirando a cada uno de los presentes con una sonrisa juguetona.
—Digamos que algunos de ustedes están empezando a comportarse como... los animales que llevan dentro. No se preocupen, queridos, es solo un pequeño experimento mío. —Hizo una pausa mientras miraba a Alastor directamente—. Y parece que está funcionando bastante bien.
Antes de que nadie pudiera decir algo más, un crujido fuerte resonó en la habitación. Todos se giraron hacia Alastor, cuyas astas comenzaron a soltarse, cayendo al suelo con un ruido sordo. Un momento de silencio siguió al evento, y todos los ojos en la sala estaban fijos en él.
Alastor, aunque siempre controlado, no pudo evitar una pequeña expresión de sorpresa. Nadie lo notaría, pero la caída de sus astas era inesperada incluso para él. Sin embargo, mantuvo su calma, enderezándose y mirando los restos de sus astas en el suelo con una ligera risa.
—Vaya, parece que estoy mudando de estilo. —bromeó, aunque en su mente, la situación comenzaba a preocuparle.
Husk y Angel Dust lo observaban con desconcierto. Niffty se acercó rápidamente, mirando los restos de las astas con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—¡Esto es tan emocionante! —dijo, aunque claramente nadie compartía su entusiasmo.
Lucifer, disfrutando del caos que había causado, solo sonrió más ampliamente.
—Oh, esto es solo el comienzo, queridos. Lo mejor está por venir.
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Torre Vee
Mientras tanto, en la torre de los Vee's, Vox había estado trabajando incansablemente, obsesionado con encontrar una manera de superar las barreras mágicas que Alastor había levantado alrededor del hotel. Su tecnología seguía siendo distorsionada, pero finalmente había conseguido algo que consideraba un avance.
—¡Lo tengo! —exclamó con satisfacción mientras miraba la pantalla frente a él, su rostro iluminado por el resplandor de los monitores.
Valentino, distraído con su cigarro, levantó una ceja.
—¿Qué es lo que tienes, Vox?
Vox giró hacia él, con una mezcla de orgullo y resentimiento en su expresión.
—Alastor. He descubierto que su comportamiento ha empezado a cambiar... —explicó mientras mostraba los datos que había logrado extraer—. Está adoptando más características animales de lo que pensábamos. Y no es el único. Si seguimos observando, podremos encontrar una manera de usar eso en su contra.
Valentino soltó una risa burlona.
—¿Así que nuestra querido Radio Demon está volviéndose más... salvaje?
—Exactamente. Y con eso, sus instintos se están volviendo más primarios. Está empezando a cometer errores. Si seguimos presionando, eventualmente su magia lo traicionará.
Velvett, siempre entretenida por los juegos de poder, se inclinó hacia la pantalla.
—Oh, esto va a ser divertido.
Vox asintió, con una sonrisa oscura y calculadora.
—No será fácil, pero lo atraparemos. Y esta vez, no se escapará.
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Hola 😊 Aquí la Autora, les quería preguntar en ideas para el próximo Capítulo, pueden comentar ideas o tramas que les gustaría ver 👀. Sin más me despido y espero que hayan disfrutado esta lectura hasta ahora. Bye
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Instintos Salvajes
FanfictionEn el infierno, donde los pecadores toman formas que reflejan su verdadera naturaleza, las diferencias entre Alastor, el "Radio Demon", y Vox, el maestro de la tecnología, han creado un abismo entre ellos. Lo que antes fue una amistad cercana se des...