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Felix dejó su teléfono después de ver la hora

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Felix dejó su teléfono después de ver la hora. Eran casi la una y media de la madrugada cuando un ruido desconocido lo despertó. Dio varias vueltas en la cama, cubriéndose la cabeza con la almohada en un intento desesperado de ignorarlo. Frustrado, lanzó la almohada a un lado y se sentó, maldiciendo en voz baja.

—¿De dónde diablos viene ese sonido? —murmuró, con la voz rasposa por el sueño interrumpido.

Se levantó molesto, caminando como un zombi hacia la ventana. La brisa fresca que se colaba entre las cortinas le dio un escalofrío, recordándole que dormía con la ventana abierta ya que nunca había tenido problemas con ruidos nocturnos... hasta hoy. Rascándose la cabeza, abrió las cortinas para buscar el origen de aquel sonido que le había robado el sueño.

En el segundo en que lo vio, se quedó congelado.

Ahí, en el patio de los Hwang, una figura jugaba tranquilamente con una pelota. El corazón de Felix se aceleró en su pecho al reconocer quién era. Nada más y nada menos que Hyunjin. El chico que desde pequeño le robaba el aliento con tan solo verlo, ahora estaba ahí, bajo la luz tenue de la luna, como si nada.

Por un momento, Felix no pudo hacer otra cosa más que observarlo, hipnotizado por la forma en que Hyunjin se movía, despreocupado, completamente ajeno a que lo estaban mirando. Bajo la luz tenue de la luna, su rostro parecía esculpido por los mismos dioses. Esos ojos que podían quitarle el aliento a cualquiera, su nariz perfectamente definida y, por supuesto, esos labios carnosos que siempre parecían ligeramente mojados.

Felix recordó el día que Hyunjin apareció con un piercing en la ceja. Maldita sea, había sido la mejor decisión que pudo haber tomado. Le daba ese aire de misterio y peligro que Felix sabía que debía evitar, pero, en vez de eso, lo atraía como un imán. 

De repente, mientras Felix seguía observando embobado, su mano golpeó accidentalmente una maceta en la ventana, haciéndola caer

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De repente, mientras Felix seguía observando embobado, su mano golpeó accidentalmente una maceta en la ventana, haciéndola caer. El ruido fue suficiente para hacer que Hyunjin levantara la vista directamente hacia él. Sus miradas se cruzaron, y por primera vez compartieron un contacto visual tan directo.

Hyunjin, levanto su pelota y se acercó lentamente a la ventana de Felix. La imagen hizo que las mejillas del menor se encendieran al instante, ocasionando no poder apartar la mirada.

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