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Los primeros rayos de sol que se asoman por la ventana me devuelven a la realidad. No había podido dormir sabiendo que Hyunjin estaba a mi lado. Cada vez que lo escuchaba suspirar o moverse, me recordaba que no estaba soñando. En verdad, tenía a Hyunjin en mi cama, durmiendo a solo unos centímetros de mí.

Me pasé buena parte de lo que quedaba de la noche observándolo —no de una manera extraña, sino fascinado. Verlo tan en paz me ayudó a quedarme dormido, pero no por mucho tiempo. El ruido de Hyunjin levantándose me arrancó de mi descanso.

Parpadeo varias veces, confundido al notar que ya está completamente vestido. No solo se ha puesto la camiseta, sino también la chaqueta y los zapatos. ¿Se va?

Siento un pinchazo en el pecho cuando ni siquiera se gira a verme. Está concentrado escribiendo en su teléfono, sentado en la orilla de mi cama.

¿A quién le envía mensajes a estas horas?

Me incorporo en la cama, frotándome los ojos para despejarme. Mi mente comienza a sobrepensarlo todo mientras lo observo moverse en silencio por la habitación.

Después de unos segundos, Hyunjin levanta la vista de su teléfono y me mira. Mi garganta se seca al instante, y por inercia empiezo a jugar nervioso con mis manos frente a mí.

Hyunjin se levanta, guarda su teléfono en el bolsillo trasero de los pantalones.

—Me voy.

Siento como mi corazón se hunde en mi pecho cuando noto que no voltea a verme a los ojos.

—Pensé que podrías quedarte un rato más —digo, pero él sigue evitándome, sin expresión en su rostro, y eso duele más de lo que debería.

—No, tengo cosas que hacer.

No entiendo qué está pasando. Llegó aquí, fue dulce, después todo se volvió más íntimo, y ahora... ¿frío? Si yo pensaba que era inestable, ya tengo competencia.

—¿Te pasa algo?

Hyunjin camina hacia la ventana.

—No.

Mi cabeza empieza a imaginar todo tipo de cosas, pero la sensación de haber sido usado me carcome. Esa idea es la que más encaja con lo que está ocurriendo. Duele demasiado.

Lo alcanzo y me paro frente a la ventana, bloqueando su salida.

—¿Y ahora qué te pasa?

—No me pasa nada.

—Sí te pasa algo. Tus cambios irrepentinos me están confundiendo.

—Y a mí tu drama me está molestando, por eso me voy.

—¿Drama?

Él señala entre los dos.

—Este drama.

—Yo ni siquiera te había dicho nada hasta que vi que te ibas.

—¿Por qué no puedo irme?

—No te estás yendo, estás huyendo.

Hyunjin suspira.

—No estoy huyendo, solo tengo que irme, eso es todo.

—Estás siendo un idiota, ¿lo sabías?

—Por esta misma razón es por la que me voy. —Lo miro, sorprendido—. Felix, quizá no entiendas cómo son las cosas, pero la gente suele asumir que les debemos algo solo porque hemos tenido un momento íntimo. Yo no te debo nada. No tengo que quedarme, ni hacer nada por ti.

No, no puede estar diciendo esto.

Hyunjin ve que no respondo y continúa.

—Mira, Felix, me gusta ser honesto con las chicas con las que...

NervousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora