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| Wednesday's Pov |

–¿Qué piensas?– susurró en mi oído.

El murmullo de Enid en mi oído me generó miles de reacciones inesperadas, sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral mientras su pregunta rondaba por mi mente. ¿Qué pensaba? claro que Enid parecía verlo bien, al igual que yo, que deseaba a la licántropo con todo mi ser y eso ya lo tenía más que asimilado. No conocía el deseo, nunca lo había sentido en carne propia. Pero en aquel momento, con la chica que me volvía loca sentada en mis piernas, supe de inmediato lo que estaba sintiendo y no iba a reprimirme.

–Pienso que te deseo... y pienso que no puedo seguir conteniéndome– admití con honestidad, era vergonzoso, pero a tal punto de mi vida no me importaba la vergüenza.

–¿Segura que quieres dar ese paso, Wends?— Enid preguntó buscando un destello de inseguridad en mi mirada, pero pareció no encontrarlo —yo también te deseo, más de lo que te imaginas–

Las palabras de Enid resonaron en mi cabeza unos segundos, en los cuales me preparé mentalmente para lo que iba a pasar a continuación, a sabiendas de que lo había imaginado antes, pero quizá no pensaba recibirlo aún.

—¿Entonces...?— Enid agregó al notar que otra vez me perdía en mis pensamientos.

No respondí verbalmente esta vez, una acción fue suficiente para demostrarle lo mucho que anhelaba dar aquel paso; besarla. Mis labios se encontraron con los suyos una vez más, deseosos por la otra y sin intenciones de disimularlo. Profundicé el beso cuando mi lengua entró en su boca, esta fue recibida por la húmeda y caliente cavidad bucal de la licántropo haciéndome gemir de placer.

–Wednesday...– Enid se apartó con la respiración entrecortada –¿eso ha...?–

–Sí, Enid– interrumpí antes de que mis mejillas se sonrojaran –ha sido lo que tú piensas, y lo has causado con facilidad–

Enid sonrió satisfecha –Me gustó más de lo que puedo admitir.

La acomodé un poco en mi regazo para mas comodidad, nuestros labios se volvieron a encontrar mientras que mi corazón palpitaba por más, no era el único lugar de mi cuerpo que estaba palpitando por más contacto, pero mi orgullo no me dejaría ser capaz de admitirlo ahora mismo.

Me aparté de su boca con un hilo de saliva, mis labios siguieron su camino por el mentón de Enid la cual jadeó de sorpresa por el contacto, pero no hizo nada para apartarse, incluso tiró de su cabeza hacia atrás dándome una gran vista y espacio para que mis besos recorrieran su cuello, blanco y apetecible para mis labios, que lo buscaron con urgencia para besarla con más pasión.

Mis labios dieron paso a mis dientes, juntos dejaron que succionara un parche de piel en su cuello mostrando una pequeña marca rojiza que pronto sería más notable, pero era un problema para la Enid de futuro, no para la que se mecía contra mi pierna buscando más contacto con su intimidad y dejaba más espacio en su cuello para que siguiese.

Mi boca bajó hasta que se encontró con una tela estorbando mi camino, era la de su uniforme, me deshice de su chaqueta morada la cual cayó al suelo sin problemas, luego de su suéter del mismo color. Aún no estaba satisfecha, su pecho cubierto por una camisa blanca perfectamente planchada y su corbata.

–¿Puedo?– pregunté al posar mi mano en uno de los botones de la camisa.

–Puedes... y te ruego que lo hagas– Enid dijo luego de un suspiro deseoso.

Anonymous Texts | Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora