17. Mis pasos.

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Edward Walton

Cuando eres un niño sueñas con crecer, ser ese adulto que a tu parecer anda sin reglas, que es grande y fuerte, exitoso y alegre, que no tiene limitaciones de ningún tipo porque todo lo puede, todo lo tiene resuelto, para todo tiene un sabio consejo, en todo tiene una buena decisión, no hay reto que no sepa afrontar y siempre está progresando, como adquiriendo un nuevo súper poder en cada nivel… Cuando eres un niño, cuando eres un niño no sabes cuál es la verdad, tienes un superior que se encarga de crear un mundo a tu alrededor, ese mayor decide que es adecuado para ti y que no lo es, conoces solo lo que se te permite ver, te programa según lo que él piensa que es necesario, lo que es correcto, y te priva de todo lo que para su criterio puede hacerte daño. Un cuidador te protege, pero, ¿Quién te protege del cuidador? O peor aún, ¿Quién te protege fuera de la realidad para la que fuiste programado?. Te forman para obedecer, para ser correctos, sin ser groseros, sin debilidad, todo esto bajo el mando de alguien, pero, ¿Quién te prepara para la soledad infinita que se siente después de los veinte?, porque resulta que ahora estás solo, creciste y debes defenderte solo, eso ya lo sabía, pero el mundo real no estaba en mi programación, mis conocimientos se limitan a un mando, ¿Ahora pretendes que me defienda solo, en un sistema tan grande como la vida real?, es que nadie me preparó para la transición tan abrupta que hay entre la adolescencia y la adultez, pero aun así todos esperan que me adapte, sin dudas ni incertidumbres, es así y debo aceptarlo.

Tengo cuatro años sobre los veinte, cuatro años sin ser un adulto, cuatro años permaneciendo como un títere, cuatro años sin entrenamiento necesario, cuatro años de retraso aún con un título universitario, pero sin nada. Con tanta programación negativa y nula vida real, ¿Cómo esperas que defienda la integridad de mi hermana? Cuando lo único que se defender es un proyecto frente a un público, por una nota numerada en un papel. Nunca fui capaz de defender mi opinión, ni mis ideas frente a mis progenitores, pero resulta que ahora debo defender a mi hermana, porque soy adulto, porque ella cuenta conmigo y no puedo ser la decepción de la única persona que creé en mí, porque debo ser fuerte y ser ejemplo, porque ahora tengo todos esos superpoderes que yo decía que tienen los adultos a mi edad. Soy grande y fuerte, exitoso y alegre, sin limitaciones porque todo lo puedo, todo lo tengo resuelto, y todo esto sin un manual, todo esto a ciegas.

Para construir mi propia estabilidad económica y mi independencia, usaré un factor que me dejó la universidad, a parte de mi título, el cuál tomará tiempo usarlo porque como un prisionero recién liberado, a cualquier recién graduado le es casi imposible encontrar empleo por la poca confiabilidad que la experiencia ofrece en su currículum, pero mi buen desempeño en la universidad me permitió obtener uno que otro auto de colección, que permanecen en las instalaciones de la galería de la casa de estudio de la cual soy egresado, quienes me otorgaron estos modelos cada que mis estudios representaron un avance o aporte a la industria automotriz, pero que permanecen bajo su poder hasta que yo decida. El plan será ir hasta allá y reclamar algún auto para venderlo y poder estabilizarme un poco, con la buena cifra que estoy seguro que tendrá, quizás compré la casa del lago, quizás pague por la custodia de mi hermana, quizás me vaya lejos de aquí. Porque juró, que está será la última vez, que mi capacidad es cuestionada. Seré todo lo contrario a lo que una vez intentaron que fuera. El bosque donde se encuentra el inmenso lago, dejó de ser tranquilo como siempre y fue inquietado por una serie de disparos, perdidos entre la vista de la vegetación, provocando que me regresará al auto para emprender mi plan, sin darle importancia al peligro que representa.

Las instalaciones de este centro universitario, son impecables y majestuosas en toda su extensión, dando la impresión de una estructura avanzada a la arquitectura actual. Todo lo que se imagina cuando piensas en la universidad, lo representa este lugar, desde clases de calidad hasta dinero que paga cualquier cosa que quieras. Me dirijo a la dirección, pidiendo acceso a la información requerida para reclamar uno de los autos que se me otorgó, sin darme oportunidad de sentimentalismos al recorrer el interior de las instalaciones.

Uno De TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora