Edward Walton
Iba por la carretera que se abría camino entre las montañas y vegetación, siguiendo la ubicación del GPS que papá me había compartido. En ese momento mientras miraba el camino, una extraña tristeza asaltó mi pecho ¿Esto es lo que realmente quiero?. Siempre he tenido esa sensación cuando de una decisión se trata, y creó que tiene que ver mucho con mis padres porqué a pesar de que siempre me apoyan, es muy habitual de ellos poner en duda todo lo que yo hago, quiero o decido, con un sutil intento de manipularme. Piensan que no lo noto, pero si, mi querida hermana y yo siempre lo hemos notado. Me entristece tener que aceptar situaciones sin desearlo, someterme a cosas que no son parte de mi vida, que no están hechas para encajar con mis gustos y deseos. No quiero ser esclavo del sistema, sólo quiero ser feliz diseñando autos, pero ¿Papá me ha preguntado que me hace feliz? No, sin embargo, era como si ya se hubieran encargado de escribir un futuro para mí, sin preguntarme y teniendo que aceptarlo. Me he graduado de una profesión que me encanta y tristeza es lo que siento en mi pecho, como si la alegría y emoción hubieran sido arrebatadas por una implacable supremacía.
No es para menos, porque frente a mí esta uno de los enormes edificios donde papá trabajaba, donde hace sus negocios y algo me dice que su regalo tiene que ver con ellos. Suspiré y volteé a ver a mi hermana, quien me dio una sonrisa a modo de aliento, ella ha sido mi único apoyo durante toda mi vida, así como yo lo soy para ella, porque en una familia donde eres controlado por tus padres, necesitas un amigo y un cómplice para la doble vida que estas destinado a llevar. Cuando era niño fui convencido con la idea de que mis padres solo intentaban protegerme, que sólo me estaban cuidando de las maldades del mundo, pero no fue hasta mi adolescencia que noté que esto no era así. Mis padres habían llevado sus intenciones de cuidarme a otro nivel, pasaron de eso a la sobre protección, lo que termino en manipulación. Todo estaba bien cuando evitaban que saliera en un día lluvioso para que no me enfermara, pero las cosas se distorsionaron cuando empezaron a impedir que incluso jugara con otros niños, y aún más cuando no permitieron que mis abuelos paternos conocieran a mi hermana cuando nació, si no hasta dos años después.
Ahora tengo 25 años, sin embargo, siento que sigo encerrado en el Edward de 13 años cuando se dio cuenta de lo que pasaba, porque cometieron un error muy grande, y fue no dejarme crecer, no dejar que aprendiera de mis tropiezos. Entonces aquí me encuentro, con un título universitario y sin saber si soy capaz de enfrentar el mundo, indefenso ante las críticas y comentarios, a las responsabilidades que conlleva la vida adulta, porque pude ser protegido de muchas cosas, pero ¿Quién me protegió de los miedos que desarrollé? Nadie, porque solo se encargaron de crearlos. Tengo 24 años, y no sé lo que significa tomar decisiones solo, porque necesito la constante aprobación de alguien, siempre me parece insuficiente todo lo que hago, aunque he logrado ocultar todo bajo mis sonrisas y chistes… Por dentro, solo soy un niño asustado, con miedo a que su padre entre a la habitación y descubra los dibujos que tiene en un cuaderno bajo su cama, o la historieta de súper héroes que le había regalado un niño de la escuela o incluso con miedo a que lo viera llorar, porque según mis padres, debía ser fuerte y nunca mostrar debilidad. Tenían el habito de quitarme todo lo que para ellos no contribuía con mi educación, aunque eso significara quitarme la infancia. Tengo 24 años, y tengo miedo de no ser capaz de defenderme ante mis padres, porque ni siquiera sé cómo hacer mi propia vida.
—Espero que te sea útil mi regalo, hijo.
Cuando bajamos del auto deje que papá me guiara mientras yo intento dominar mis sentimientos y lenguaje corporal. Mi hermana tomo mi mano y caminamos juntos dentro del enorme edificio de cristal.
—Edward, tienes que encontrar la manera de salir de los brazos de ellos, encuentra un incentivo… Por favor, no lo hagas solo por ti, sino también por mi —. Sofía se aferrado a mi brazo mientras nos dirigimos al ascensor, su voz es una súplica innegable— Necesito que seas fuerte y me ayudes a salir a mí también—, mis padres se habían distraído hablando con otras personas— Edward, sabemos que mamá y papá no están bien, por favor no me dejes sola con ellos—. Su voz se volvió un hilo mientras aplicaba más fuerza en el agarre de mi brazo.
![](https://img.wattpad.com/cover/359733346-288-k185668.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Uno De Tres
Teen FictionSinopsis Me encuentro atrapada entre dos mundos, oprimida por una supremacía y perdiendo a causa del orgullo. Dentro de una ciudad, entre mundos diferentes formados por narcotráfico, moda, carrera de autos y una entidad policial, el habitual sistema...