Hoy me levanté con unas ganas extrañas de regresar a los escenarios. Llevo doce años alejada de la música y del medio artístico. Conocí a mi esposo, Manuel, en el 2011. Después de unos años de relación nos comprometimos y formamos una familia. Una familia hermosa. Tengo dos hijos preciosos; Manu y Emiliano, y un esposo que me apoya siempre.
Lo que les voy a contar es algo que casi nadie sabe, sólo mi familia cercana. Yo empecé con Manuel por costumbre y comodidad. Estaba saliendo de una relación emocionalmente fuerte y cargada. Mucha gente sabe con quién fue, pero nunca fue algo que confirmé. Mi relación con esa persona fue extremadamente intensa, pero extraña a la vez. Fueron muchos años que pasaron mientras éramos todo y nada. Teníamos reglas silenciosas. Estábamos claramente enamorados, pero en silencio. Siempre en silencio, por motivos personales. Por terceras personas que no quiero mencionar. Teníamos un ciclo vicioso del que no lográbamos salir. Nos amábamos, nos odiábamos, nos necesitábamos, nos rechazábamos. Era una mezcla de tantas cosas a la vez. No sé si me hizo bien o no, pero tratando de romper ese ciclo, fue que conocí a Manuel. Eventualmente, ¿me enamoré? Sí, creo que me enamoré. En él encontré estabilidad, seguridad y comodidad.
Un día estábamos sentados en la mesa de comer con toda mi familia. Era navidad. Estábamos en tiempo de pandemia. Tenía el corazón lleno porque tenía a toda la gente que amo conmigo después de tanto tiempo. Mis hijos y mis sobrinos jugaban mientras nosotros, los adultos, hablábamos entre copas de vino.- Marichelo: "Oye, Any. ¿No has considerado volver a los escenarios?" preguntó frente a todos.
-Any: "La verdad es que no lo había pensado, pero los otros días pensaba mucho en los chavos. Todo lo que vivimos con RBD fue tan lindo, pero tan intenso, que no sé si pueda volver."
La realidad es que sí he pensado mucho en RBD. En todo lo que compartimos juntos. Pero con ese mismo pensamiento recordé todo lo que viví con Alfonso. Era muy complicado. Al menos para ese tiempo. No sé absolútamente nada de él desde hace unos años atrás. Luego de que me casé con Manuel fuimos perdiendo comunicación. Para ese tiempo, una parte de mi siempre pensó que regresaría a él. Que sería él con el que me casaría y tuviera hijos. Hoy, todos esos recuerdos se ven tan y tan lejanos. Por más que extrañe a los chavos, no creo que Alfonso esté interesado en volverme a ver. No terminamos de la mejor manera y nunca tuvimos la oportunidad de hablar sobre el tema. Como dije anteriormente, nuestra comunicación fue disolviendo con el tiempo, pero siempre he sentido como que esa puerta se quedó entreabierta. Que nunca cerró.
Luego de una cena familiar llena de muchísimas emociones, mi familia se despidió dejándonos a mi y a Manuel solos.
- Manuel: "Mi amor. La semana que viene tengo que viajar dos semanas por motivos de trabajo. Me encantaría que vinieras conmigo, pero entendería si es muy complicado. Sé que los niños tienen su rutina."
- Any: "Me encantaría, pero sí, es un poco complicado sacar a los niños de su rutina por tanto tiempo. Además, en unas semanas ya regresan a la escuela y deben acostumbrarse a su horario de escuela de nuevo. Llevan mucho tiempo de vacaciones y les va a costar trabajo."
- Manuel: "Eres excelente madre, ¿sabías?" me dió un corto beso en los labios.
- Any: "Ya vamos a bañarnos y cambiarnos que estoy cansadísima."
Llevé a los niños a bañar. Luego de vestirlos los llevé a su cuarto para leerles un libro antes de dormir. Se quedaron dormidos casi immediatamente. Estaban agotados de tanto jugar con sus primos. Regresé a mi cuarto y ya Manuel se había quedado dormido.
Me puse a ver un poco de televisión y me quedé dormida luego de unos minutos.
A la mañana siguiente iba a desayunar con Marichelo. Los pequeños se quedaban con mi mamá porque ella los quería llevar al zoológico. Manuel me dijo que aprovecharía para trabajar un poco para así dejar todo listo antes de irse de viaje.Al otro día me levanto y me doy cuenta de que Manuel ya no está. Se había ido a trabajar temprano. Él está postulado para la gobernación de Chiapas y tiene mucha responsabilidad. Me dirijo hacia el cuarto de los niños para levantarlos y me llevo la linda sorpresa de que Manu, el grande, ya había levantado a Emiliano y lo había ayudado a verstirse y prepararse para el día. Me dió mucha alegría. Manu vive enamorado de su hermano. Son mejores amigos.