Perdóname

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Mi mente ha estado en todo lados, menos en el ensayo. No me puedo concentrar. Me he equivocado tantas veces. Algo que nunca me había pasado. He ensayado mi conversación con Manuel mil veces en mi cabeza y no encuentro la manera perfecta para decir algo tan pesado como lo es esto. También tengo muchísimo miedo de lastimar a mis hijos; lo más importante que tengo en esta vida. Tengo que agarrar valor. Recibo un mensaje de Manuel diciéndome que adelantó el vuelo para hoy en la noche porque los niños no tenían clase mañana jueves ni viernes. Me da mucha felicidad tener a los niños por más tiempo, pero eso significa ver a Manuel antes de lo esperado. Los nervios comienzan a adueñarse de mi. Decido escribirle a Poncho.
"Manuel adelantó su vuelo. Llega en la noche. Te llamo cuando salga del ensayo para hablar un rato antes de que llegue. Te amo." - Any
Cada vez que le hablo de Manuel a Poncho me pongo nerviosa. Sé cómo le hace sentir y lo menos que quiero es lastimarlo, pero necesito que estemos en la misma páginas y nos apoyemos mutuamente. Me quedo mirando el teléfono esperando una respuesta de Poncho.
"Me encantaría abrazarte. Eres fuerte. Nunca lo olvides. Te amo más." - Poncho
Me quedo mirando teléfono embobada sonriendo. Me hace sentir muy bien.
- Maite: "Oye Any, ¿estás bien?" Dice interrumpiendo mis pensamientos.
- Any: "Ay, Mai. Me asustaste. Sí, sí. Todo bien. ¿Por qué preguntas?"
- Maite: "Es que te noto distraída. ¿Te puedo ayudar en algo?"
Comienzo a rascarme el cuello nerviosa y a mirar a todos lados. Siento que me está leyendo.
- Any: "No, tranquila. Está todo bien. Gracias por preguntar. Te quiero, amiga." Y la abracé.
Siento que puedo confiar en ella. Que si le hablo de lo que me está pasando, no me va a juzgar. Quizás me puede ayudar.
-Maite: "Bueno, en la noche te veo, ¿si?" Se despide y se comienza a alejar.
- Any: "Mai..." le digo antes de que se marche.
- Maite: "¿Si?"
- Any: "¿Crees que podamos hablar más tarde? Antes de que Manuel llegue. El llega a las 7pm con los niños. Necesito un consejo de amiga."
- Maite: "Claro, Any. Para eso estoy. Te veo a las 5pm en el lobby del hotel y hablamos."
Nos despedimos y nos fuimos a recoger las cosas para dirigirnos al hotel. Subí a mi habitación para organizar mis cosas antes de que los niños lleguen. Me gusta que tengan su espacio completamente organizado para que se sientan lo más cómodos posible. Le marco a Poncho.
- Any: "Hola, mi amor. ¿Cómo estás?"
- Poncho: "Pues ahora mejor que te escucho. Recién llego de grabar. Fue un día muy pesado. Daría lo que fuera por haber llegado a casa y encontrarte aquí."
- Any: "Te entiendo. Me siento igual. Quería hablar contigo un rato porque Manuel llega esta noche con los niños. No podré hablar contigo hasta el domingo."
Pasan unos segundos en silencio. "¿Mi amor?"
- Poncho: "Aquí estoy." Dijo. "Any... ¿hay alguna posibilidad de que cambies de opinión y decidas no hablar con él?"
- Any: "No, Poncho. Te di mi palabra y la voy a cumplir. Estoy bien conciente de que será una conversación bien dolorosa, pero lo tengo que hacer. El no merece esto."
- Poncho: "Me da mucho miedo volver a perderte, Any."
- Any: "Créeme que yo siento el mismo miedo. No quiero que te preocupes, mi amor. Esta noche hablo con él. Voy a buscar la manera de comunicarme contigo en estos días para no dejar que pase tanto tiempo sin comunicarnos. ¿Está bien?"
- Poncho: "Gracias, Any. Me dará mucha tranquilidad saber que estarás bien."
- Any: "Te dejo. Quedé en encontrarme con Maite en unos minutos. Te amo, ¿sabes? Nunca lo dudes."
- Poncho: "Te amo más, princesa. Hablamos pronto."
Colgué con Poncho y mis nervios aumentaron. Mientras más lo hablaba, más me caía el veinte de lo que estaba por pasar. Mi vida iba a dar un giro de 180 grados.
Miré el reloj y ya casi eran las 5pm. Bajé al lobby y me senté a esperar a Maite.
- Maite: "Hola, Any. ¿Quieres hablar aquí o nos vamos al techo que tienen mesas y es un poco más privado?"
- Any: "Al techo mejor."
Subimos en el elevador y hablábamos del ensayo y todo lo que habíamos cuadrado del concierto del viernes. Ya arriba nos sentamos en una mesa. No había nadie así que estaba perfecto para hablar de este tema.
- Maite: "Entonces, ¿qué necesitas, Any?"
Me remuevo en la silla. No sé por donde empezar. Sé que ella no me va a juzgar, pero como quiera, me siento muy rara hablando de esto con alguien que no sea Poncho.
- Any: "Mai... es que tengo un problema. Y creo que bastante grande."
Maite abre los ojos y se remueve en su silla.
- Maite: "Pero Any, ¿tú estás bien?"
- Any: " Sí, sí. Yo estoy bien. Es que... hay una persona que regresó a mi vida hace poco y ... me ha puesto el mundo al revés."
Veo que Maite baja la mirada y sonríe. No entiendo.
- Maite: "Any, ya lo sabía. Estaba esperando a que me lo dijeras."
No puede ser.
- Any: "¿ que ya lo sabías? A qué te refieres?" Pregunté confundida.
- Maite: "La semana pasada en el ensayo, ¿recuerdas que tu teléfono estaba sonando y fui yo quien te lo entregó?" Asentí con un poco de vergüenza. "Vi claramente quien te llamaba. Te diría que me sorprendí, pero la realidad es que no. En algún momento ustedes tenían que volver a conectarse. Lo de ustedes es muy fuerte, Any. Por más fuertes que se hagan, es inevitable que se necesiten."
- Any: "Mai..." dije con vergüenza.
- Maite: "No tienes por qué sentir pena, Any. Soy yo. Sabes muy bien que en mi puedes confiar. Eres como mi hermana. Lo que sí me gustaría entender es, ¿por qué ahora?"
- Any: "Poncho se comunicó conmigo hace unas semanas. Desde ahí, todo ha sido demasiado intenso. Nos volvimos a ver; obviamente a escondidas. Manuel no sabe absolutamente nada. Estaba muy confundida porque volverlo a ver me hizo darme cuenta que nunca dejé de amarlo, Mai. Es bien raro, pero como bien dijiste, bien fuerte. Y no quiero luchar con eso. Ya fueron demasiados años de luchar contra el destino. No quiero hacerlo más."
- Maite: "Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a hablar con Manuel? Y los niños, ¿qué va a pasar?"
- Any: "Pienso hablar con Manuel hoy en la noche. Tengo mucho miedo por los niños, pero creo que las cosas pueden funcionar aunque no estemos juntos. Él es su papá después de todo y siempre ha estado presente. No creo que eso vaya a cambiar. Él los adora."
- Maite: "Ay, amiga. Lo que necesites de mi, porfavor pídemelo. Me gustaría apoyarte. ¿Quieres que cuide a los niños en la noche para que puedas hablar con calma con Manuel?"
- Any: "Eso me daría mucha tranquilidad, Mai." Sonreí tiernamente.
- Maite: "Me los llevare a tomar un helado."
- Any: "Gracias, Mai. Gracias por escucharme, pero sobretodo, no juzgarme. De verdad que te lo agradezco mucho. Por favor, nadie se puede enterar. No todavía."
- Maite: "No tienes que agradecerme nada. Cuenta conmigo, para eso estoy. Ahora, baja a tu habitación. Date un baño relajante y prepárate mentalmente para hablar con Manuel. Estaré en tu habitación a las 7:30pm para recoger a los niños. Te quiero, amiga." Me abrazó.
Sabía que hablar con ella me haría bien. Bajé a mi habitación, me bañé y me acosté un rato. En un ratito deben estar llegando los niños así que quiero tener toda la energía del mundo para recibirlos.
Me levanté con el sonido de la puerta. Ya llegaron mis bebés.
- Any: "Mis amores. !Cuanto los extrañé!" Corrieron a abrazarme y a besarme. Me enseñaron unos juguetes que Manuel les había comprado en el aeropuerto. Detrás entró Manuel.
- Manuel: "Hola, mi amor." Y se acerca para besarme. Me congelé por un momento y le respondí al beso. En lo único que podía pensar era en Poncho. En cómo se sentiría al verme besar a Manuel.
- Any: "Hola." Sonreí tímidamente. "Manuel, tenemos que hablar."
Manuel me miró confundido. Definitivamente le cogió por sorpresa.
- Manuel: ¿De qué? ¿Estás bien?"
- Any; " Sí, estoy bien. Es sobre nosotros." Vi en su cara preocupación y confusión. "A las 7:30pm Maite viene por los niños para llevarlos a comerse un helado. Así podremos hablar con calma." Asintió.
Jugué un ratito con los niños antes de que Maite llegara. Sonó la puerta y Manu corrió a abrirla.
- Manu: "Hola, tía Mai."
- Maite: "Hola, mi amor. Oye, para de crecer. Vas muy rápido." Rió. "¿Listos para irnos tomar un helado?"
Los niños brincaron de la emoción.
- Any: "Gracias, Mai" le dije susurrando y la abracé.
- Maite: "Suerte."
Los niños y Maite se retiran dejándonos a mi y a Manuel solos.
- Manuel : "Tú dirás..." con un tono de incomodidad.
Le agarro la mano y lo hago sentarse en el borde de la cama a mi lado.
- Any: "Manuel...lo que te voy a decir no es nada fácil para mi. He estado mucho tiempo pensándolo y buscando la manera de hacerlo y no lastimarte a ti ni a los niños."
- Manuel: "Anahí, no te estoy entendiendo. ¿Qué está pasando?"
Quiero vomitar. No puedo hacer esto.
-Any: "Manuel..." cerré los ojos. "Quiero el divorcio". Manuel no dijo absolutamente nada. Su cara reflejaba incredulidad.
- Manuel: "Any, ¿de dónde viene esto? Estábamos bien. Te di todo y más. No entiendo."
-Any: "No, no. Porfavor, no pienses que fue porque me fallaste. Para nada. Al contrario, me diste más de lo que necesité. Además, me diste a mi razón de vivir; Manu y Emi. Y solo por eso viviré agradecida contigo por el resto de mi vida. Lo que pasa es que me di cuenta de que hay una puerta que nunca cerré completamente y se volvió a abrir."
- Manuel: No tienes que seguir, ya sé por dónde vienes. ¿Desde cuándo, Anahí? ¿Desde cuando te comunicas con él?"
Bajé la cabeza y miré al piso.
- Any: "Desde hace unas semanas."
Escuché como Manuel suspiró , se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación.
- Manuel: "¿Qué se supone que vamos a hacer? ¿Los niños? ¿Mi trabajo? ¿Mi imagen? Son muchas cosas envueltas que pueden salir afectadas. Por favor, piensa las cosas bien."
- Any: "Manuel, no tengo nada más que pensar. Me duele mucho tomar esta decisión porque no quiero lastimarlos, pero estoy decidida. Quiero que lleguemos a un acuerdo para que nadie salga lastimado. Estoy dispuesta a conversar contigo y saber qué es lo que necesitas de mi durante este proceso."
- Manuel : "Any, un divorcio en este momento no se ve muy bien para mi carrera. Estamos en medio de elecciones y sería un escándalo que me afectaría muchísimo. Eres una mujer muy influyente en México y tienes a mucha gente de tu lado."
- Any: "Entiendo. Entonces, ¿qué sugieres?"
- Manuel: "Dame un tiempo. Permíteme acompañarte lo que queda del tour aunque sea como amigo; como el papá de tus hijos."
Las lagrimas empiezan a bajar por mis mejillas. Esto me duele mucho.
- Any: "Perdóname, Manuel. Perdón por fallarte. Por no darte lo que necesitas." Lloraba inconsolablemente. Siento como Manuel se acerca a mi y me agarra una mano.
- Manuel: "Perdóname tú a mi. Debí darme cuenta antes de insistirte tanto."
- Any: "Eres un buen hombre. Perdóname por no responderte." Bajé mi cara y las lagrimas no paraban de empaparme.
Manuel me abrazó. Fue más como un abrazo de despedida. De reconocer que la vida tiene otros planes para nosotros y que estar juntos, sería alargar lo que eventualmente iba a pasar.
- Manuel: "No es el fin del mundo, Any. Vamos a tratar de hacer el proceso lo menos complicado para los niños. No tenemos que decirles aún. Voy a seguir acompañándote y no creo que vean nada diferente. Ya con el tiempo sabremos qué hacer. Cuando acabes con el tour y yo con las elecciones, iniciaremos el divorcio. ¿Está bien?"
- Any: Asentí. "Gracias por todo, Manuel. Te deseo una vida llena de crecimiento y mucho éxito."
La vida es complicada porque así la queremos ver. Si dejáramos de tentar al destino, a pretender que lo sabemos todo y aprender a escuchar al corazón desde el principio, las cosas serían más fáciles. El corazón siempre tiene la razón y siempre va a regresar a los lugares que un día fue inmensamente feliz.

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