Quédate

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No puedo creer lo que acabo de hacer. Le acabo de ser infiel a Manuel. No una vez, si no múltiples veces. Quiero gritar y salir corriendo. Llorar hasta que se me quite el sentido de culpa que tengo encima. Me siento tan y tan confundida.
Nos habíamos quedado dormidos luego de hacer el amor. Ni siquiera intercambiamos palabras después de entregarnos. Solo me abrazó y sentí calma. Me quedé dormida en su pecho.
Son las 3:26 de la mañana. Él duerme a mi lado como lo hacíamos en el pasado. Trato de levantarme sigilosamente para ir al baño, pero lo despierto sin querer.
- Alfonso: "¿A dónde vas?"
- Any: "Al baño. Vuelve a dormir. Lo siento."
Alfonso vuelve a arroparse y cierra sus ojos.
Me meto al baño a ducharme con agua caliente. Necesito relajarme y pensar. Estando en la cama al lado de Alfonso no iba a poder. Estuve unos 10 minutos bajo el agua caliente mientras me caía por la cabeza. Cerré mis ojos y me desconecté por un momento.
Pensé en todo lo que tenía y en todo lo que podía perder. Manuel es un gran hombre. Me ha cuidado todo el tiempo sin yo tener que pedir nada. Es muy atento. Ahora mismo siento un cariño inmenso por él. Llevo 14 años con él ya así que es inevitable que lo ame. El problema es que no sé si lo amo como debería. No sé si el amor que pienso que siento por él, sigue siendo costumbre y comodidad. Lo que estoy sintiendo con Alfonso me hace sentir viva de nuevo. Me despierta todos los sentidos cada vez que me toca; cada vez que me besa. Me hace sentir que no hay nada más en este mundo que sea mejor que estar conmigo. Eso es un sentimiento incomparable. Me llena como mujer.
Regreso a la cama ya vestida con mi pijama e intento acostarme sin volver a despertarlo.
- Alfonso: "¿Estás bien?"
- Any: "Pensé que dormías. Sí, estoy bien. ¿Y tú?"
Alfonso se levantó un poco y recostó su cabeza en su brazo. Podía ver su cara un poco por la luz tenue de la luna; la habitación estaba oscura.
- Alfonso: "¿Te soy sincero?" asentí. "Hace exactamente 14 años que no me sentía así. Desde la última vez que estuvimos juntos."
Eso me hizo recordar el día de mi cumpleaños en el 2011. Ya casi al final de nuestra relación. Ese día, tenía mi fiesta de cumpleaños con todos mis amigos y él. Tenía mucha ilusión porque hubiese sido la primera vez que nos vieran juntos en público. No nos esconderíamos más. El problema fue que Alfonso nunca llegó. Él escogió irse a un concierto con sus amigos. Siento coraje en este momento. Vuelvo a recordar lo mucho que lloré y sufrí.
- Any: "Alfonso, creo que es mejor que te vayas."
Estoy enojada. Con él por todo lo que me hizo en el pasado y conmigo misma porque aún así quise entregarme a él de nuevo.
- Alfonso: "Any, por favor, no me hagas eso."
Cerré los ojos y comencé a llorar. Tiene razón. No es justo que después de lo que acaba de pasar lo saque de mi vida así porque sí. Alfonso me abraza y me atrae a cuerpo mientras lloro.
"Any, mi amor, ¿por qué lloras?" preguntó.
Escuchar "mi amor" de nuevo me hizo sentir segura. Me abracé más a él.
- Any: "Poncho, estoy muy confundida. Todo lo que aún me haces sentir me confunde. Se supone que yo amo a Manuel. Se supone que yo me casé para estar con él toda la vida. Entonces llegas tú y revuelcas mi mundo otra vez. ¿Qué se supone que haga?"
- Alfonso: "Yo no puedo decirte lo que tienes que hacer, pero sí puedo decirte que daría el mundo entero porque te quedaras a mi lado. Por tenerte así todos los días por el resto de mi vida. Anahí, eres la mujer que más me ha hecho sentir. Nos conocemos desde hace 20 años y desde el día 1 fuiste importante para mi. Han sido muchos años de batallar, amar, negar, esconder, sufrir, lastimar. Yo quiero sanar junto a ti, Any. Cometí demasiados errores, pero necesito recuperarte. Recuperar tu amor."
La cabeza me da vueltas. Yo quiero hacer lo mismo, pero no puedo. No es tan fácil. No sé cómo contestarle así que pongo mis manos en sus mejillas y me acerco lentamente para besarlo. Sus labios y los míos fueron hechos el uno para el otro. Se conocen a la perfección. Comienzo a saborear sus labios. Cerrar los ojos mientras nos besamos me hace viajar hasta la luna. No tengo manera de describir lo que sus besos me hacen sentir. Seguimos jugando con nuestros labios y él abre su boca para darle paso a mi lengua. Aún en la cama, mientras nos besábamos, me carga y me sienta en su abdomen, con mis piernas a sus lados.
Seguimos besándonos y rosándonos en lugares que gritaban ser tocados.
Siento como levanta mi camisa y me acaricia la espalda. Estoy empezando a necesitar más.
Me quita la camisa y admira mis senos. Comienza con un masaje para luego llevárselos a la boca. DIOS MÍO.
Cinco segundos después estábamos completamente desnudos los dos. De nuevo. Pasamos un largo rato besándonos y acariciándonos. Queriendo grabar cada rincón de nuestros cuerpos. Entró en mi y tomó total control de la situación. Me llevó hasta el cielo como siempre ha sabido hacer.

Nos volvimos a quedar dormidos. Al otro día estaba libre también así que no tenía que madrugar ni tenía ningún compromiso.
En la mañana me levanto con el sonido de la puerta.  "Any, soy yo, Dul. ¿me puedes abrir?"
Maldita sea. No puede ser.Poncho sigue en mi cama.
Levanto a Poncho a la fuerza y le explico susurrando lo que está pasando. Le pido que se esconda en el baño unos minutos. Me pongo la bata y sonrío al recordar la noche anterior. Recojo la habitación un poco y guardo en el closet todo lo que le pertenecía y me dirijo a abrir la puerta.
- Any: "Buenos días, Dul. ¿Cómo estás?"
le digo parada en la puerta rezando que no me pida entrar.
- Dulce: "Todo bien. ¿Y tú? ¿Ya te sientes mejor?"
¿Mejor? No me digas que se enteró que Alf.. Ah, ya. Le había dicho que no me sentía bien.
- Any: "Sí. Un poco mejor."
- Dulce: "Entonces, ¿vienes a desayunar con nosotros?"
Mierda.
- Any: "No, no. Vayan ustedes. Tengo que llamar a Manuel y a los niños y me voy a tardar un poco. Al rato los veo."
Cerré la puerta y respiré hondo. Le avisé a Poncho que podía salir.
- Any: "Poncho, tengo que llamar a Manuel. Va a empezar a cuestionar si paso mucho tiempo sin llamar. Aparte, extraño mucho a los niños y quiero verlos."
Alfonso asintió con una sonrisa débil, se vistió y se fue al balcón para que yo pudiera hacer mi llamada.

- Manuel: "Hola, mi amor. ¿Cómo estás?"
"Mi amor". No me nace en este momento. No sé qué me pasa.
- Any: "¡Hola! Todo bien; tranquilo. ¿Cómo están Manu y Emi?"
- Manuel: "Muy bien. Hoy vamos a ir al cine. Ahora te los paso."
Me dio mucha tristeza. Yo debería estar ahí con ellos. Hablé con los niños por unos minutos. Ya en 2 días regresarían para Houston así que estaban muy emocionados. Manu le regresa el teléfono a Manuel.
- Manuel: "Me haces mucha falta, mi amor."
- Any: "Y tú a mi." no sé si dije la verdad o si mentí. "Oye, ya me tengo que ir que los chavos me están esperando para ir a desayunar."
- Manuel: "Está bien. Un beso, mi amor. Te veo pronto."
- Any: "Adiós."
Colgué y quería vomitar. Me siento como toda una hipócrita. Necesito aclarar mi mente y mi corazón. Me acerco al balcón y a través del cristal veo que Alfonso está en el celular mensajeando con alguien. No logro ver quién es. Toco al cristal y le hago señas de que entre.
- Alfonso: "¿Todo bien?"
- Any: "Sí, todo bien."
- Alfonso: "Diana me acaba de escribir. Me comentó que la semana que viene Daniel tiene un evento en la escuela y le gustaría que fuera."
Ahh. Era Diana.
Lo miré y sonreí débilmente. Desvié la mirada al piso y jugué con mis dedos.
- Alfonso: "Debemos hablar, ¿no crees?"
Claro. Si anoche lo intentamos y nos distraímos haciendo otra cosa.
- Any: "Sí, claro. Ven." Lo agarro por la mano y caminamos hacia la cama para sentarnos.
"¿Puedo empezar yo?" Asintió.
"Poncho, yo... yo estoy muy confundida. Desde que me escribiste, no he dejado de pensar en ti. Se me hace muy difícil ignorar todo lo que me haces sentir y seguir mi vida normal con Manuel como si no pasara nada. No quiero ser injusta contigo, pero tampoco puedo prometerte que las cosas volverán a ser como antes. Cometimos muchísimos errores que me llevaron a mucho sufrimiento. En este momento no puedo oftecerte más de lo que te estoy dando. No puedes pretender que cambie mi vida de la noche a la mañana nada más porque tú decidiste aparecer. No es justo."
Alfonso miraba el suelo. Le levanto la cara con delicadeza y le digo: "Oye, pero te quiero en mi vida. No quiero perderte de nuevo. No quiero que te vayas." le dije mientras ponía mi mano en su mejilla. "¿Será que podemos ser amigos en lo que las cosas se organizan?"
- Alfonso: "Any, yo no puedo ser tu amigo. Lo sabes muy bien. Nunca he podido ser solo tu amigo. De la misma manera que tú jamás me viste como tu amigo."
- Any: "Lo sé, Poncho, pero no quiero que te vayas de mi vida." le agarré una mano. "Mira... ¿qué tal si mantenemos comunicación a escondidas por un tiempo? Solo dame tiempo, porfavor. Dame tiempo para pensar y decidir qué es lo que tengo que hacer. Suena injusto y egoista, lo sé, pero es lo único que se me ocurre para convencerte de que te quedes."
Alfonso agarra mi mano y la besa con mucha ternura.
Alfonso: "Any, hace muchos años fuiste tú quien tuvo que esperar por mi. Tantas conversaciones y discusiones que tuvimos y aún así no te rendiste, pero yo te fallé. Como te dije anoche, necesito recuperarte. Haré todo lo que tenga que hacer por tenerte conmigo."
Lo abracé tan fuertemente. No quiero separarme de él, pero necesito organizar mi vida. Mi mente y mi corazón. Tengo muchas piezas que necesitan encajar antes de tomar una decisión.

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