Al otro día quería salir corriendo. Los niños y Manuel se fueron temprano en la mañana y yo regresé al hotel ya que era temprano aún. Al llegar me encontré con los chavos en la cafetería desayunando. Todo se sentía muy raro e incómodo. Todos estaban sentados en una mesa, pero la única que me saludó fue Maite. Los otros solo levantaron la mirada y forzaron una sonrisa.
¿Qué está pasando?
Miré a Maite confundida y me sonrió delicadamente, me abrazó y me dijo al oido:
- Maite: "Orita te explico." Asentí en silencio y me fui a mi habitación. Se me quitaron las ganas de comer.
Tan pronto llegué a la habitación me tiré a la cama y las lágrimas comenzaron a salir. Siento que el mundo se me viene abajo. Esto se está saliendo de mi control y siento muchísimo dolor.
Necesito salir esta misma tarde a México para estar con Poncho antes de irnos a Brasil. Necesito su apoyo. Me meto en la computadora y reservo el vuelo para las 4pm. Son las 11am así que tengo tiempo suficiente para recoger mis cosas y hablar con Maite. Luego de reservar mi vuelo decido llamar a Poncho.
- Poncho: "Hola, mi amor. ¿Estás bien?"
- Any: "Te necesito. Llego hoy a las 6pm de México." dije mientras limpiaba mis lágrimas.
- Poncho: "Any, ¿estás bien? ¿estabas llorando?"
Las lágrimas volvieron a salir. Lloraba sin consuelo.
- Poncho: "Princesa, ¿qué pasa?"
- Any: "Prefiero contarte cuando llegue, pero estoy bien. No te preocupes."
- Poncho: "¿Es sobre Manuel y el fraude?"
- Any: "Sí...todo es muy raro, Poncho."
- Poncho: "Prométeme que vas a estar tranquila. No me gusta que estés así y no poder consolarte."
- Any: "Te amo, mi amor. Gracias por siempre querer cuidarme."
Hablamos unos minutos más, le pasé los datos del vuelo y colgué porque escuché que tocaron la puerta.
- Any: "Hola, Mai."
- Maite: "Any...ven..." me agarra el brazo y nos sentamos en la cama. "Quiero ser completamente honesta contigo. Los chavos sospechan de Manuel. No te han querido decir nada porque es incómodo, pero..."
- Any: "...¿Piensan que yo estoy involucrada?"
Maite bajó la mirada. Este ha sido el dolor más grande que he sentido en mi vida. He tenido mil altos y bajos, pero que mis hermanos duden de mi, me destroza el corazón en pedacitos.
- Any: "Mai...tú sabes que yo jamás sería capaz de algo así, ¿verdad?"
- Maite: "Lo sé, Any. Realmente no
piensan que estás involucrada, pero que lo sabías y callaste. Al verte tan cerca de Manuel todo el tiempo, los chavos rápido pensaron que has estado al tanto. Aparte las veces que has ido a ver a Poncho, ellos han preguntado que por qué no estás con nosotros. Yo traté de cubrirte y defenderte, pero tampoco puedo darles toda la información porque eventualmente se van a dar cuenta."
Rompí a llorar. Sentía el pecho apretado y casi no podía respirar. Luego de un rato hablando con Maite, le dije que iba a viajar a México para ver a Poncho antes de irnos a Brasil y necesitaba que me cubriera.
Me dirigí hacia el aeropuerto y le escribí a Poncho que estaba de camino. El vuelo se me hizo eterno porque no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con Maite. Esperaba cualquier cosa, menos que los chavos dudaran de mi. De mi amor por RBD.
Llegué a México y Poncho me esperaba en la parte trasera del aeropuerto para evitar ser vistos. Entré al carro lo más rápido que pude.
- Poncho: "Mi amor..."
Lo abracé y lloré como niña pequeña llena de sentimiento. Poncho solo me abrazó y besó mi cabeza.
- Poncho: "Todo va a estar bien. Te lo prometo."
No quise hablar aún. Dormí todo el camino abrazando su brazo derecho mientras él manejaba hacia su apartamento.
- Poncho: "Mi amor, despierta. Llegamos."
Subimos al apartamento de Poncho en silencio mientras él rodeaba mis hombros con su brazo. Ya al estar con él siento alivio. Poncho abrió la puerta de su apartamento y fuimos directo al sofá de la sala.
- Poncho: "¿Quieres un té o un café?"
- Any: "No, estoy bien. Ven." le agarré la mano y le pedí que se sentara junto a mi. "No sabes el alivio que siento aquí contigo. Me estaba desesperando en el hotel. Me sentía muy sola."
- Poncho: "Me alegra mucho escuchar eso. Me hace feliz tenerte conmigo. ¿Quieres hablar?" Asentí.
- Any: "Poncho... antes de irme al aeropuerto Mai fue a mi habitación para hablar conmigo. Los chavos piensan que soy cómplice de Manuel. Ellos piensan que Manuel es el culpable y que yo lo he sabido todo este tiempo, pero he escogido callarme. Tú sabes mejor que nadie que yo ja.."
- Poncho: "Mi amor, no tienes que buscar la manera de convencerme. Tonto el que piense que tú, de todos, harías algo así. Todos sabemos que eres el alma de RBD y que RBD es tu alma. Yo no tengo ninguna duda de eso. Quizás ellos estén pensando desde el dolor y la frustración. ¿Has pensado hablar con ellos?"
- Any: "Lo pensé, pero necesitaba verte primero. Quería que me ayudaras a ver las cosas con claridad. No sé qué hacer."
Poncho se acercó más a mi y me agarró la mano.
- Poncho: "Pienso que debes sentarte a hablar con ellos. Más por ti que por ellos. Sé que dejar las cosas claras te dará paz mental. Por otro lado, deberías hablar con Manuel. Dejarle saber que has notado su cambio de comportamiento, sus llamadas escondidas y su indiferencia con los chavos."
- Any: "Tengo mucho miedo, Poncho. Manuel tiene mucho poder en estos momentos. No quiero que nos pase nada; a mi, a mis hijos... y... a ti."
Poncho se acercó más, sonrió y acarició mi cara con su mano.
- Poncho: "Te entiendo, mi amor, pero si quieres que te sea honesto, no creo que sea tan poca cosa como para ponerte una mano encima o lastimar a los niños. Independientemente de nosotros y de RBD, él ama a Emi y a Manu."
- Any: "Pues sí, tienes razón, pero no me deja de dar miedo." Lo abracé.
- Poncho: "Ya verás que todo va a estar bien., princesa. ¿Estás más tranquila?" Nos despegamos para mirarnos de frente.
- Any: "Sí. Mucho mejor." Sonreí.
Poncho se acomoda para quedar mejor frente a mi y me agarra la cara con ambas manos.
- Poncho: "¿Te puedo besar?"
- Any: "¿Qué pregunta es esa, mi amor? Siempre que quieras."
- Poncho: "Es que no quería que sintieras como si no me importaba como te estás sintiendo, pero es que muero por besarte."
Me acerco a él y lo beso. Fue un beso corto, pero lleno de sentimientos. Estoy tan agradecida con él.
- Any: "¿Mejor?"
Poncho asintió y me dio otro beso. Esta vez duró un poco más. Las lenguas peleaban por tener el control. Sentía mis labios hinchados, pero no quería parar. Terminé el beso mordiendo su labio inferior. Quería más, pero estaba muriéndome del hambre. Eran las 7pm y yo no había ni desayunado.
- Any: "Tengo hambre. ¿Pedimos comida?"
- Poncho: "Lupita dejó comida hecha. Creo que es pescado con vegetales. ¿Quieres eso o prefieres ordenar"
- Any: "No, eso suena delicioso."
Comimos y vimos un poco de televisión mientras tomábamos vino. Me sentía muchísimo mejor.
- Poncho: "Mi amor... ¿Quieres helado?" escucho que me pregunta desde la cocina.
- Any: "Ay, sí."
Al ratito Poncho regresa al sofá con dos vasitos de helado de vainilla con crema batida.
- Any: "Gracias, mi amor." Poncho me da un corto beso en los labios al sentarse. "Espera, creo que hay algo mal en mi crema batida." dije pretendiendo estar confundida.
- Poncho: "¿Sabe mala?"
- Any: "No, es que prefiero comerla de tus labios." Con mis dedos tomo la crema batida y se la pongo en los labios a Poncho para luego besarlo. Voy a separar el beso, pero él me agarra la cara y mirando mis labios dice:
- Poncho: "Creo que todavía tengo... y necesito que me la quites."
Sonreí coquetamente, puse mi helado y el de Poncho en la mesa y me senté en su regazo con las piernas en ambos lados. Enredo mis brazos al rededor de su cuello y mirándolo a los ojos le digo:
- Any: "Necesito más de ti." me acerco lentamente a él y nos besamos con toda la calma del mundo mientras nos rozábamos. Siento cosquillas en mi cuerpo entero. Mientras nos besamos acaricio su pelo y él aprieta mis gluteos.
¡Maldita sea! Me hago gelatina.
Gemidos comienzan a escapar de nuestras bocas mientras más nos besamos y nos rozamos. Siento como si la ropa comienza a sobrar.
- Poncho: "Mi amor, ¿vamos a la habitación o quieres quedarte aquí?" preguntó rompiendo el beso.
- Any: "Vamos a la habitación. Quiero sentirte completo."
Poncho me cargó y nos dirigimos hacia la habitación. Besaba mi cuello y yo sentía que no podía aguantar más.
- Any: "Poncho...te necesito." dije con un hilo de voz.
- Poncho: "Yo también, pero quiero jugar un ratito contigo. ¿Está bien?"
- Any: "Oye, ¿pero y el helado?" reí.
- Poncho: "Ya no lo quiero. Te quiero a ti."
Dijo mientras me acostaba en la cama y besaba mi cuello. No pude contestar. El nivel de placer que siento en este momento es fuera de este mundo. Me quitó la camisa y el pantalón e hizo lo mismo con su ropa. Estábamos ambos en ropa interior. Él estaba encima de mi besándome y yo aruñaba su espalda con desesperación. Lo empujé para cambiar de posición. Yo quería tener el control un ratito. Seguimos besándonos en ropa interior. Siento como su excitación está a punto de reventar así que continúo rozándonos y sonrío entre besos.
- Poncho: "Any... porfavor..."
- Any: "¿Qué necesitas, mi amor?" pregunté con el corazón agitado. Ya no puedo más.
Poncho no dijo nada y movió mi ropa interior y se introdujo. Ambos cerramos los ojos de placer.
- Poncho: "Muévete, mi amor."
Estuvimos así unos minutos hasta que llegamos a la misma vez. Me derrumbé en su pecho y nos quedamos dormidos. Él no tiene idea de la falta que me hacía esto.