Capítulo 4

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Las campanas de la puerta de la cafetería tintinearon al entrar, anunciando la llegada de Kylie, Malia y Lily.  El aroma a café recién hecho se mezclaba con el dulce olor a repostería, creando una atmósfera acogedora y reconfortante.

Lily, miró a su alrededor con curiosidad. La cafetería estaba llena de gente, charlas animadas y el sonido de las tazas al chocar, el bullicio que siempre hay en un lugar social.

-Lily, ¿que quieres para tomar?- preguntó Malia, con una sonrisa cálida.

-No sé, quiero leche con chocolate-  respondió Lily, con un gesto que a Malia le dio ternura.

-Está bien- dijo Malia, acariciando la cabeza de Lily. -¿Qué te parece si vamos a pedir ese chocolate caliente?-

Lily asintió con entusiasmo. -¡Sí, me encanta el chocolate caliente!-

Kylie se sentó frente a Malia, con Lily en medio de ellas. La niña observaba a las dos mujeres con una mezcla de fascinación e incertidumbre. Nunca había visto a su madre relacionarse con otra persona de esta manera.

-Lily, ¿te has portado bien en el jardin?- preguntó Kylie, con una sonrisa.

-Sí, mamá. He aprendido a pintar un elefante-  respondió Lily, con orgullo.

-Eso es estupendo- dijo Malia, con una mirada tierna. -¿Puedes enseñarme a pintar elefantes algún día?-

Lily asintió con entusiasmo. -¡Sí!  Me encantaría enseñarte-

Kylie no podía evitar sentir una punzada de celos.  La conexión que había surgido entre Malia y Lily era tan natural y espontánea que le parecía casi mágica. Kylie sintió una mezcla de afecto y recelo.

-Malia, ¿has contado alguna anécdota divertida de tu infancia?- preguntó Kylie, con un tono divertido.

Malia rió, recordando un momento de su niñez. -Bueno, una vez intenté hacer una torta de chocolate para mi cumpleaños.  Pero se me olvidó poner el azúcar. ¡Imagina la cara de mis amigos al probarla!  Estaba tan salada que no se podía comer-

Kylie y Lily se rieron juntas. -¡Qué divertido!-dijo Lily -Sabes Maliaa, mamá es muy buena cocinando-

-¿En serio?- pregunto Malia.

-Siiii, algún día ven a nuestra casa y que nos cocine- dijo Lily, Kylie estaba atónita, su hija había invitado a Malia a su casa para que le cocine.

Malia vio el pánico que se le generó a la mujer que tenía enfrente y decidió cambiar el tema, le hubiera encanto que Kylie apoyara la idea de su hija y la invitara a cenar.

-Y tú, Kylie, ¿tienes alguna anécdota divertida de tu infancia?-  preguntó Malia, con una sonrisa.

Kylie se quedó pensando un momento.  -Bueno, una vez fui a un concurso de talentos con mi grupo de danza. Pero me tropecé con el escenario y me caí.  ¡Me dio mucha vergüenza!-

Lily se rió a carcajadas. -¡Qué gracioso, mamá!-

Kylie sonrió, recordando ese momento.  Era una anécdota que siempre le recordaba lo importante que era la danza para ella y el como disfrutaba bailar. Se relajaba bailando tanto que soltaba su cuerpo y aveces se caía. Pero nada que con una buena concentración no pudiera arreglar.

En ese instante, Kylie sintió que sus labios se movían de forma automática, como si tuvieran vida propia.  Sintió un pequeño sabor dulce en sus labios.  Malia la miró, con una sonrisa tierna.

-Kylie, tienes un poco de espuma en la boca- dijo Malia, con una sonrisa.

Kylie se sonrojó, sintiendo que sus mejillas ardían. Malia tomó una servilleta y con delicadeza le limpió la espuma.

-Gracias- dijo Kylie, sintiendo un calorcito en su cuerpo.

Malia le sonrió tímidamente, Kylie la intimidada más de lo que ella podría creer.

La cafetería, con sus aromas y sus sonidos, se convirtió en un espacio íntimo para Kylie, Malia y Lily.  La conexión entre ellas era cada vez más fuerte, y la posibilidad de ser cada vez más cercana más posible con cada palabra y anécdota que compartían entre ellas y Lily que también aportaba sus momentos en la charla.

Malia observó a Kylie, sintiendo una ternura invadirla. La forma en que se reía, la forma en que se sonrojaba, la forma en que trataba a su hija. Todo en ella la fascinaba.

Lily, sin darse cuenta de la complicidad entre las dos adultas, se entretenía jugando con su vaso de chocolate caliente, dibujando figuras en la espuma con un popote.  Kylie sonrió al ver la concentración de su hija.

Malia observó la escena, sintiendo una punzada de envidia por la conexión tan fuerte que había entre madre e hija.  Kylie era una madre excepcional, dedicada y cariñosa. Un pequeño suspiro escapó de sus labios.

-Lily, ¿te gustaría ir a jugar al parque después?- preguntó Malia, tratando de romper el silencio que se había instalado en la mesa.

Los ojos de Lily brillaron con alegría.  -Síiii, me encanta el parque. ¿Podemos ir al columpio?-

Kylie asintió con una sonrisa. -Claro, mi amor. Podemos ir a jugar al parque.  Pero primero tenemos que terminar nuestras bebidas-

Malia sintió una leve punzada de tristeza. Ella también quería jugar en el parque, pero no con Lily. Quería estar sola con Kylie, compartir un momento con ella.

-Kylie, ¿qué te parece si nos vamos un poco antes?  Tengo que preparar algunas cosas para la clase de mañana-   dijo Malia, con un poco de timidez.

Kylie asintió, sintiendo que su corazón se hundía un poco.  Ella también quería pasar más tiempo con Malia,  pero entendía que tenía que trabajar.

-Está bien, Malia. Te agradezco la invitación. Ha sido un placer compartir este momento juntas.

Malia sonrió. 

Kylie sintió un calorcito en el pecho.  Malia era una mujer muy hermosa en serio, con una personalidad que atraía a todo el mundo.

Al salir de la cafetería, Lily se despidió de Malia con un abrazo.

-Adiós, Malia. ¡Me ha gustado mucho estar contigo!-

Malia le devolvió el abrazo, sintiendo una ternura invadirla. -Adiós, Lily.  ¡Nos vemos pronto!-

Kylie observó la escena con una mezcla de emociones. La interacción de palabras de las dos personas enfrente de ella, le había parecido muy tierna.

-Lily, ¿te ha gustado pasar el tiempo con Malia?- preguntó Kylie, con una sonrisa.

-Sí, mamá. Malia es muy divertida- respondió Lily, con una sonrisa.

Mientras caminaban hacia el coche,  Kylie no pudo evitar pensar en la conexión que había surgido entre ella y Malia. Era un sentimiento nuevo,  inusual, nunca se había sentido así.

-Kylie, ¿te parece que nos vemos mañana en la oficina?- preguntó Malia, con un tono suave.

Kylie asintió, sintiendo un poco de  nervios. -Claro, Malia. Te veo mañana.  Y gracias por todo-

Malia le sonrió, sintiendo una mezcla de emoción y anticipación. -De nada, Kylie.  Nos vemos mañana-

Malia observó cómo Kylie se subía al coche con Lily. Su corazón latía con fuerza en su pecho. Kylie se estaba convirtiendo en algo especial para ella, pensó en su mente ojalá que pudieran ser grandes amigas conforme pase el tiempo.

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Aprendiendo Inglés | Kylia (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora