Era una mañana tranquila y soleada, perfecta para disfrutar de una caminata por el parque, como solían hacerlo tú y Asahi. El suave aire de primavera se sentía cálido, y las flores comenzaban a brotar, creando una atmósfera relajante. Asahi caminaba a tu lado, con esa sonrisa amable que siempre te hacía sentir segura. A veces te preguntabas cómo alguien tan alto y fuerte podía ser tan dulce y reservado a la vez.
Habías estado pensando durante días en cómo contarle la noticia que cambiaría sus vidas para siempre: estabas embarazada. Sabías que Asahi, con su carácter reflexivo y calmado, lo tomaría bien, pero querías que fuera un momento especial, algo que jamás olvidara. Lo habías planeado en tu mente mil veces, pero ahora que estabas caminando junto a él, las palabras simplemente no salían.
Asahi parecía estar disfrutando del paseo, mirando los árboles y hablando suavemente sobre cómo había estado yendo su día en la tienda de ropa. Te escuchabas, pero tu mente seguía dándole vueltas a cómo comenzar la conversación. ¿Y si se ponía nervioso? ¿Y si no sabía qué decir? Tus manos sudaban un poco, y al notarlo, Asahi, siempre atento, te miró preocupado.
—¿Estás bien, _____? —preguntó con suavidad, deteniéndose para mirarte más de cerca. Siempre se preocupaba cuando notaba algo extraño en tu comportamiento.
—Sí, estoy bien —respondiste, tratando de calmarte—. Solo... hay algo que quiero decirte.
Asahi frunció ligeramente el ceño, pero no de una manera severa, sino más bien con esa expresión dulce y preocupada que siempre tenía cuando algo te inquietaba. Te tomó suavemente la mano, entrelazando sus dedos con los tuyos.
—Sabes que puedes contarme lo que sea —dijo con una sonrisa tierna.
Eso fue todo lo que necesitabas para sentirte segura. Respiraste profundamente y lo miraste a los ojos, esos ojos que siempre estaban llenos de bondad.
—Asahi... hay algo importante que debo decirte —comenzaste, sintiendo cómo los nervios empezaban a desaparecer poco a poco—. Y espero que estés listo para ello.
—¿Algo importante? —repitió, claramente preocupado por tu tono de voz.
Asentiste y, con un gesto tímido, tomaste su mano y la colocaste suavemente sobre tu vientre, aún plano pero ya especial.
—Vamos a ser padres, Asahi. Estoy embarazada.
Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Los ojos de Asahi se abrieron ampliamente, como si intentara procesar lo que acababas de decir. Su respiración se hizo un poco más lenta, y su rostro, normalmente tan tranquilo, se transformó en una mezcla de sorpresa, emoción y confusión. Se quedó completamente quieto, sin decir nada.
—¿Es... en serio? —preguntó en voz baja, como si temiera que fuera un sueño o una broma. Sus grandes manos temblaban ligeramente mientras las mantenía sobre tu vientre, sintiendo el calor de la vida que crecía dentro de ti.
Asentiste, con una sonrisa que no podías contener. Las lágrimas comenzaron a llenar tus ojos, pero no de tristeza, sino de pura felicidad. Asahi te miró de nuevo, esta vez con una sonrisa temblorosa en su rostro, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando.
—Vamos a ser papás... —repitió, casi como si hablara consigo mismo.
Y entonces, en un movimiento que reflejaba toda su emoción contenida, te rodeó con sus fuertes brazos y te abrazó con ternura, como si fueras lo más preciado del mundo. Sentiste cómo su cuerpo temblaba ligeramente, y cuando se apartó, pudiste ver que sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Gracias... —susurró, su voz quebrada por la emoción—. No sé qué decir, esto es... increíble. —Se llevó una mano al rostro, claramente abrumado por la noticia—. Prometo que voy a ser el mejor padre posible. No quiero que nuestro bebé tenga un papá que se asuste por todo, como yo —dijo riendo suavemente, mientras se limpiaba las lágrimas—. Pero haré todo lo que esté a mi alcance para cuidarlos a los dos.
Extras:
-Asahi comenzó a leer libros sobre paternidad y cuidado infantil casi de inmediato. Incluso compró uno sobre "cómo criar a un niño con calma", lo que te hizo reír.
-A menudo se quedaba despierto por las noches, preocupado por si sería un buen padre, y cada vez que lo notabas preocupado, lo consolabas recordándole que su amor y bondad serían lo más importante.
-Durante las consultas médicas, Asahi siempre estaba nervioso pero no dejaba de tomar tu mano, asegurándose de que te sintieras segura.
-Cuando sintió las primeras patadas del bebé, se emocionó tanto que comenzó a llorar de nuevo, diciendo que no podía creer que algo tan pequeño pudiera ser tan fuerte.
-Decorar la habitación del bebé fue uno de sus momentos favoritos. Se pasó horas asegurándose de que todo fuera perfecto, incluso construyó algunos muebles él mismo.
-Cuando nació su hijo, Asahi casi se desmayó de la emoción y el nerviosismo. Pero al sostenerlo por primera vez, se calmó y dijo: "Prometo que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase".
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Haikyuu X Tú
RomanceHistorias cortas sobre los personajes de Haikyuu ¿Cómo reaccionarían a una revelación de embarazo?