La tarde había empezado animada y relajada, con todos sentados en la sala de Lev, riendo y recordando anécdotas. Habías querido reunirlos a todos porque hacía tiempo que no coincidían; Lev, en su típico entusiasmo, había ayudado a planear cada detalle para que nadie faltara. Kenma estaba más silencioso, como siempre, aunque se veía cómodo sentado cerca de Alisa, quien no paraba de compartir historias divertidas. Kuroo y Yaku no dejaban de lanzarse bromas entre ellos, cada uno intentando contar alguna hazaña graciosa de cuando Lev apenas estaba en la preparatoria y empezaba a despuntar en voleibol.
Todo parecía fluir con la naturalidad de las buenas amistades. Mientras los veías disfrutar de su compañía, tus ojos buscaban a Lev. Él estaba a tu lado, sosteniendo tu mano y sonriéndote con esa expresión que te hacía sentir única, y aunque no sabía aún lo que llevabas dentro, ese pequeño secreto, pronto lo descubriría. Querías que el anuncio fuera especial, que pudiera guardar en la memoria cada detalle de este momento como un recuerdo íntimo.
De pronto, en una charla sin importancia, Alisa mencionó algo que le hizo reír con nostalgia, pero también con cariño y un toque de emoción que se le escapó antes de poder controlarlo.
"Lev ni siquiera se imagina que va a ser papá, ¿verdad?"
Las palabras resonaron en la habitación, y de inmediato, todos se quedaron en silencio, mirándola. Alisa, completamente congelada, abrió los ojos con sorpresa mientras se tapaba la boca con las manos, dándose cuenta de lo que había dicho.
Lev te miró fijamente, sus ojos llenos de una mezcla de asombro, incredulidad y una felicidad que no podía disimular. Por un momento, el mundo pareció detenerse. Sin aliento, Lev murmuró: "¿Voy a ser papá?" en un tono suave, casi reverente.
No habías planeado que fuera así, pero verlo tan asombrado, como si todavía no creyera lo que estaba escuchando, te hizo sentir una calidez en el pecho. Respiraste hondo, tomando su mano para reconfirmarle la noticia con una sonrisa suave.
"Sí, Lev. Vas a ser papá," dijiste en un susurro que hizo que una sonrisa gigante iluminara su rostro.
Lev te abrazó de inmediato, con tanta ternura y cuidado que sentiste que nunca habías sido más importante para él. Te rodeó con sus brazos, susurrando palabras de asombro y cariño mientras todos los demás miraban la escena, llenos de felicidad y sonriendo en silencio. Sin poder resistirse, él te miró a los ojos y te besó con dulzura, mientras sus manos tocaban tu vientre, ese lugar donde crecía un sueño compartido.
Kuroo rompió el silencio con una carcajada. "Bueno, Alisa, creo que le acabas de hacer el trabajo a tu cuñada."
Yaku se sumó a la broma, dándole una palmada en la espalda a Lev. "¿Qué piensas, papá Lev? ¿Estás listo para esta aventura?"
Kenma observaba la escena con una sonrisa enigmática, como si también estuviera disfrutando de la revelación y de la manera tan especial en que Lev, con todo su corazón, estaba viviendo el momento.
Con su entusiasmo típico, Lev miró a sus amigos con una sonrisa enorme y los ojos llenos de lágrimas de emoción. "¡Estoy listo! Aunque, bueno... voy a necesitar ayuda de los mejores tíos del mundo, ¿no?"
Las risas y bromas continuaron, aliviando la tensión, mientras Alisa se disculpaba contigo entre risas nerviosas, asegurando que no había sido su intención revelar el secreto. Aun así, no te molestaba; al ver la felicidad de Lev, te dabas cuenta de que, aunque no fue como lo habías planeado, fue un momento perfecto para ustedes.
Esa noche, cuando todos se marcharon y tú y Lev finalmente tuvieron un momento a solas, te acurrucaste a su lado en el sofá. Él aún no podía apartar la mirada de ti, sus manos acariciando suavemente tu abdomen.
"¿Te imaginas cómo será?" murmuró, con un brillo de emoción en los ojos. "Voy a ser papá... Nunca pensé que algo así me haría tan feliz." Lev sonrió, con los ojos llenos de lágrimas que intentaba disimular. "Gracias. No sé cómo decirte lo mucho que significa para mí..."
Desde esa noche, la emoción de Lev no disminuyó ni un poco. Con el tiempo, se convirtió en el esposo más atento y cariñoso que podías imaginar. Era él quien insistía en ayudarte con las tareas más sencillas, incluso cuando intentabas convencerlo de que podías hacerlo sola. Siempre encontraba alguna manera de consentirte: desde traerte algo rico para comer hasta asegurarse de que tu almohada estuviera perfectamente acomodada cada noche.
Cuando llegó el día de la primera ecografía, Lev no podía contener su emoción. Apretaba tu mano con cariño, y cuando en la pantalla apareció la pequeña figura en desarrollo, su rostro se iluminó de una manera que nunca habías visto. "¡Ese... ese es nuestro bebé!" murmuró con los ojos llenos de lágrimas, su voz temblando. Te miró, conmovido, y te susurró con ternura: "Vamos a ser los mejores papás, ¿verdad?"
Su determinación y cariño se reflejaban en cada gesto, y durante las siguientes semanas, Lev parecía soñar constantemente en voz alta sobre su futuro como padre. Te hacía reír cuando hablaba sobre enseñarle a jugar voleibol desde pequeño, y en otras ocasiones se ponía serio, asegurándote que daría lo mejor de sí para que ese pequeño ser fuera tan feliz como ustedes.
Finalmente, en la intimidad de su hogar, Lev te rodeó con sus brazos una noche, besándote la frente y acariciándote suavemente. "Gracias," susurró, con una sonrisa llena de amor. "Gracias por hacerme el hombre más feliz. Ya no puedo esperar para ver a nuestro bebé y vivir esta nueva vida contigo."
La ternura de su abrazo y el calor de sus palabras fueron la promesa silenciosa de una nueva etapa juntos. Una etapa en la que ambos, con cada paso y cada sueño compartido, formarían la familia que siempre soñaron tener.
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Haikyuu X Tú
RomanceHistorias cortas sobre los personajes de Haikyuu ¿Cómo reaccionarían a una revelación de embarazo?