Era un día tranquilo en el local de Ukai, el aroma a café recién molido y productos horneados flotaba en el aire, mientras Keishin limpiaba el mostrador distraídamente. No solías interrumpirlo en su trabajo, pero hoy era diferente. Tenías que hablar con él sobre algo importante, algo que cambiaría sus vidas para siempre.
Cuando llegaste al local, lo encontraste detrás del mostrador, con su típica gorra ajustada y esa mirada concentrada que ponía cuando se sumergía en el trabajo. Te vio entrar y sonrió, saludándote con un gesto relajado.
—Hey, ¿qué tal? —te preguntó, siempre casual, pero con ese tono cálido que te hacía sentir bienvenida.
Caminaste hasta él, sintiendo cómo los nervios se acumulaban en tu estómago. Ukai no era el tipo de persona que se alteraba fácilmente, pero esto... esto iba a ser grande.
—Keishin, necesito hablar contigo de algo importante —dijiste, tratando de mantener la calma en tu voz.
Ukai alzó una ceja, dándose cuenta de inmediato que esto no era una visita casual. Dejando lo que estaba haciendo, salió de detrás del mostrador y se acercó a ti, con esa postura relajada que siempre parecía tener, pero con una leve preocupación en su expresión.
—¿Todo bien? —preguntó, sin perder su tono despreocupado, aunque sabías que en el fondo estaba atento a cualquier señal.
Tomaste una respiración profunda antes de soltar las palabras que habían estado en tu mente todo el día.
—Estoy embarazada, Keishin.
Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Ukai se quedó en silencio, parpadeando un par de veces mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Sus ojos, que siempre parecían llenos de energía y vida, se abrieron un poco más, como si no estuviera seguro de si había oído bien.
—¿Eh...? —murmuró al principio, casi como si no pudiera creerlo.
La sorpresa en su rostro era palpable, algo raro en alguien que solía manejar situaciones tensas con una facilidad envidiable. Pero después de ese primer instante de desconcierto, lentamente una sonrisa empezó a formarse en su rostro.
—¿De verdad...? —preguntó nuevamente, pero esta vez con una mezcla de emoción y asombro. Cuando asentiste, confirmando la noticia, Ukai soltó una risa suave, de esas que salen cuando no sabes si reír o llorar por la sorpresa—. ¡Demonios, no lo esperaba!
Ukai, aunque siempre fue algo despreocupado, nunca había imaginado que esto llegaría tan pronto. Sin embargo, la sonrisa en su rostro se hizo más amplia, y te tomó de la mano con una calidez que pocas veces mostraba abiertamente.
—Esto es... increíble —dijo, y podías notar la sinceridad en sus palabras. Aunque la sorpresa todavía brillaba en sus ojos, podías ver cómo lentamente se transformaba en alegría—. ¡Vamos a tener un bebé!
En su clásico estilo relajado, Ukai se llevó la mano a la nuca, como si todavía no pudiera creerlo del todo, pero estaba claro que la idea le emocionaba.
—Bueno, supongo que tendré que empezar a dejar de lado la cerveza en las noches, ¿eh? —bromeó, con una risa, aunque había verdad en sus palabras. Siempre tenía un sentido de la responsabilidad que sabía cuándo debía activarse.
—No solo eso —dijiste, jugando con la broma mientras lo veías sonreír—. También tendremos que empezar a preparar la habitación, pensar en nombres, en cómo vamos a hacer todo...
Ukai dejó escapar un suspiro, no de agotamiento, sino más bien como si estuviera asimilando el peso de la responsabilidad que venía con la paternidad. A pesar de su actitud relajada, sabías que tomaba todo esto muy en serio.
—Sabes que no soy el tipo más organizado del mundo, pero lo vamos a lograr —dijo, y aunque su tono era despreocupado, sus ojos te mostraban que estaba comprometido—. No sé cómo, pero lo vamos a hacer bien. Tienes a tu lado al mejor entrenador para esto.
Te reíste, sintiendo un alivio recorrer tu cuerpo al verlo tan positivo. Ukai era el tipo de persona que siempre veía las cosas de manera práctica, y aunque no era el más emotivo, sabías que pondría todo de sí para ser un buen padre.
—Gracias, Keishin —dijiste suavemente, y él te respondió con una sonrisa, envolviéndote en un abrazo cálido y reconfortante.
Desde ese momento, aunque las cosas iban a cambiar radicalmente, estabas segura de que Ukai estaría a tu lado, adaptándose a su nuevo rol de padre, con su característico humor, pero también con el corazón lleno de dedicación para enfrentar lo que se avecinaba.
Extras:
-Ukai, aunque no lo parece, se vuelve un padre protector. A veces, más de lo que él mismo admitiría, siempre asegurándose de que el bebé esté bien alimentado y cómodo, incluso dejo de fumar y tomar durante todo el proceso de tu embarazo.
-Le toma un tiempo adaptarse a los cambios, como cambiar pañales o las noches sin dormir, pero siempre encuentra la manera de hacerlo todo con su estilo relajado y práctico.
-A pesar de su falta de experiencia inicial, Ukai se esfuerza en aprender todo lo que puede sobre ser un buen padre. Incluso se sorprende a sí mismo al ver lo mucho que disfruta pasar tiempo con su hijo.
-A medida que su hijo crece, Ukai se convierte en el "papá cool", siempre dispuesto a enseñar algo divertido o contar historias de sus días como entrenador de voleibol.
-Y aunque no lo admite en voz alta, siempre te hace sentir apoyada, asegurándote de que están en esto juntos, sin importar cuán difícil pueda ser el camino.
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Haikyuu X Tú
RomansaHistorias cortas sobre los personajes de Haikyuu ¿Cómo reaccionarían a una revelación de embarazo?