Capítulo Diecisiete

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—¡Malnacido!

Fluke se sentó con su padre en el coche y vio que el sacerdote les hacía una señal para que se dieran la vuelta. ¡Ohm iba a llegar tarde a su propia boda! Quizá por eso lo hubiese llamado, pensó él mientras intentaba contener las lágrimas. Lo habría
llamado para cancelarlo todo.
Tomó una bocanada de aire mientras el coche subía lentamente la colina y no supo qué hizo que se quedara boquiabierto, si la opresión que sintió en el abdomen o ver que un novio muy
desaliñado corría hacia la iglesia acompañado por su enemigo ancestral.

El sacerdote ya era todo sonrisas porque el novio había llegado, pero él sintió otro dolor cuando se quedó parado delante de la
puerta de la iglesia.

Afortunadamente, su padre y el sacerdote pensaron que eran los nervios y que estaba serenándose. Él solo podía ver que la iglesia estaba llena y que él estaba de parto. Si
Ohm había podido llegar tarde a su boda, estaría encantado de cancelarlo todo si se enteraba... y él quería casarse en ese momento, antes de que el bebé naciera.

Eso significaba que tenía
que aguantarse con la mejor de sus sonrisas.

Los dolores no eran excesivos y estaban muy distanciados.

Además, el médico le había dicho que los primeros hijos tardaban muchísimo.

Recorrió el pasillo y tuvo que parpadear cuando una actriz muy famosa y un cantante de rap le sonrieron para darle ánimo. ¿Qué estaba pasando? Además, ahí estaban Plan y Mean. El corazón se le derritió mientras caminaba hacia el hombre al que amaba y amaría siempre.

Fluke era como el sol, decidió Ohm mientras se acercaba a
él. Esa iglesia, donde había habido tanta oscuridad y dolor, estaba rebosante de color y sonrisas. Era un poco tarde para ir de blanco.

El traje era color crema rematado de verde, como las rosas diminutas que llevaba en el pelo. Fluke había elegido el traje y las
flores como si él lo hubiese amado y cortejado todo ese tiempo, y lo amaba con locura.

Ohm dijo los votos de corazón y supo que nunca habría
podido hacerlo con un esposo florero porque ya habrían terminado a esas alturas.

–Te amaré todos los días de mi vida –le dijo él mirándolo a los ojos, aunque Fluke los tenía un poco entrecerrados con recelo–. Te amo de verdad –susurró Ohm mientras le ponía el anillo.

Fluke le pidió en silencio que no mintiera, que parecía que lo decía sinceramente y que no podría soportar esa fantasía el día de su boda. Él dijo lo mismo, aunque tuvo que pararse un instante
porque sintió un dolor y él le agarró la mano con fuerza. Ohm lo sabía. Lo había visto pararse en la entrada y había captado el dolor detrás de su sonrisa. Instintivamente, había querido cancelar la
boda, pero sabía lo importante que era para él.

–A lo mejor podemos emplear la fórmula más corta... –le pidió al sacerdote.

Fue una ceremonia breve y las campanas echaron a volar en Casta mientras los novios salían de la iglesia. Ohm supo
que el pasado había quedado atrás.

Casi.

Miró al cementerio, donde estaba su madre, y quiso salir del valle en ese momento y montarse en el helicóptero que estaba esperándolos. No habría tarta para los novios.

–¡Mirad! –Plan estaba levantando un anillo–. ¡Mirad lo que he encontrado en el suelo!

¿Era una señal? ¿Era la bendición de su madre? Fluke pareció creerlo porque se lo puso en el dedo. Él, aunque sonrió y estrechó las manos de los invitados, se sentía como si lo hubiesen
sumergido en hielo.

03- Deshonra y adoración Donde viven las historias. Descúbrelo ahora