🌹Mundo fantasioso de Odio y Prejuicio🌹

👑Capitulo 40👑

👑Capítulo 40 : La Recuperación de Sarah Fairchild👑

La tarde en el Palacio Real se extendía sobre Sarah Fairchild, quien se recuperaba lentamente del envenenamiento sufrido en su debut como princesa. Ya había pasado una semana desde el terrible incidente, pero la incertidumbre y el miedo aún la acompañaban. Sabía que sus hermanos eran capaces de cosas terribles, que no la querían en su familia, que no la querían en el Palacio Real.

Vestida con un vestido rojo con blanco, Sarah se observó en el espejo antes de salir de su habitación en busca de un poco de aire fresco. La ansiedad la consumía, temía encontrarse con sus hermanos.

Mientras caminaba por los pasillos, con la mirada fija en el suelo, se encontró con Salomón Valerio, el acompañante de Daniel, su mano derecha y tutor de Cielo, Emma y Héctor.

"Señorita Sarah Fairchild, debe tener más cuidado," dijo Salomón, agachándose para hablar a su altura. "El pequeño Príncipe Heredero Cielo Servil Fairchild es un príncipe respetado y muy querido. Los sirvientes lo adoran, su padre el Rey Mayoko Servil y el Rey Daniel Fairchild lo adoran. Incluso sus hermanos, Emma y Héctor, lo quieren mucho. Lo mismo con sus abuelos, el Marqués Edward Fairchild y la Marquesa Rosario Fairchild. Su tía la Duquesa Isabella Fairchild Zac lo adora, y su tío Macz Zac lo quiere bastante, incluso su primo Fénlin Fairchild Zac y Mía Fairchild Zac. Su tío Derek Jeremías Fairchild, su tía Brittany Fairchild y su prima Miranda Fairchild también lo quieren bastante. Lo único que puedes hacer es llevarte bien con ellos, incluso aunque no hayan tenido un buen comienzo."

"Tengo que volver al trabajo," continuó Salomón, "pero espero que se encuentre mucho mejor. Me retiro."

Sarah se sorprendió por las palabras de Salomón. Él le había confirmado lo que ya sospechaba: en la familia real, la supervivencia dependía de la lealtad y del cariño. Tenía que ganarse la confianza de los demás, especialmente de sus hermanos.

Mientras caminaba por el jardín, buscando un poco de paz, pudo ver a Cielo conversando con un niño de cabello marrón y ojos casi rojizos.

"Eres tú la princesa que se desmayó en el debut de hace una semana en el Palacio Real," dijo el niño, mirando a Sarah con sorpresa.

Sarah, avergonzada, se sonrojó. Su debut había sido un desastre, y ahora todos lo sabían.

"No le prestes atención a Sarah," dijo Cielo, con una sonrisa burlona, acercándose al niño y agarrándolo del brazo. "Estás hablando conmigo."

Sarah se sintió confundida. Cielo parecía estar celoso de la atención que el niño le prestaba a ella.

"Me llamo Arturo Zac," dijo el niño, presentándose. "Mis padres son la Duquesa Zafiro Zac y el Duque Hobby Zac."

Sarah se sorprendió al escuchar el apellido Zac. Arturo era hijo de Zafiro, la hermana mayor de Macz Zac, el esposo de su tía Isabella.

"Volvamos a la biblioteca para leer libros," dijo Cielo, con una voz autoritaria. "Sarah solo tiene que volver a su habitación, aún está mal de salud."

Arturo, siguiendo las órdenes de Cielo, se alejó del jardín.

Sarah se quedó sola, con la mente llena de preguntas. ¿Por qué Cielo había reaccionado así? ¿Estaba celoso? ¿Había algo más en su comportamiento?

Sarah se preguntó si acaso Cielo estaba interesado en Arturo Zac, un chico de su edad.

Decidió volver a su habitación. Tenía mucho que pensar, muchas preguntas que resolver. Sabía que la vida en el Palacio Real era peligrosa, llena de intrigas y de secretos. Y ella aún no tenía el control de su propio destino.