basado en una historia de fantasía y ficción del siglo XIX.
creado por mí.
El aroma a flores y velas perfumadas impregnaba el aire mientras la elegante mansión se iluminaba con la luz de las antorchas. Daniel Fairchild, con su mirada penetrante y su...
👑Capítulo 41: Una Invitación a una Fiesta de Cumpleaños👑
La luz de la mañana se colaba por las ventanas de la habitación privada, iluminando el rostro sereno de Mayoko, quien dormía profundamente, aún envuelto en los sueños de la noche anterior.
Daniel, con una sonrisa levemente irónica en los labios, se levantó de la cama y se sentó, observando a su esposo por un momento. Le dio un beso en la frente y suspiró.
Sabía que Mayoko era complaciente en la intimidad, así como en la conducción del reino. Pero Daniel empezaba a aburrirse de su matrimonio. Anhelaba algo más, una chispa que ya no encontraba en Mayoko.
La noche anterior había dejado marcas en el cuerpo de Mayoko, una prueba tangible de su deseo y posesividad. Pero Daniel se sentía cada vez más vacío, buscando un reemplazo para su esposo.
Se levantó de la cama y se dirigió al baño para prepararse. Se vistió con su atuendo real y se dirigió a su oficina, donde una reunión con los consejeros reales lo esperaba.
Mientras salía de la habitación, dejó a Mayoko durmiendo plácidamente, aún en un estado de satisfacción por la noche que habían compartido.
Dos horas más tarde, Mayoko se levantó apresuradamente de la cama. La reunión con los consejeros reales estaba a punto de comenzar, y él se había quedado dormido, una costumbre que se había vuelto común después de las noches apasionadas con Daniel.
Mientras caminaba por los pasillos del palacio, su rostro reflejaba una mezcla de satisfacción y apuro.
Las sirvientas, que se encontraban llevando víveres a la cocina, lo vieron pasar y no pudieron evitar susurrar entre ellas:
"¡Ay, mira al Rey! ¡Qué feliz se ve! Seguro que pasó una noche agradable con Daniel."
"¿Tú crees? ¡Qué envidia! Me encantaría pasar una noche así con un hombre tan apuesto," dijo otra sirvienta, con una mirada soñadora.
"Ya sabes, ellos se quieren mucho, llevan cinco años casados y siempre están tan cariñosos," dijo una tercera sirvienta, con una sonrisa cómplice.
"¡Sí, pero yo preferiría un rey más joven, con más energía," bromeó la primera sirvienta, guiñando un ojo.
Mayoko no escuchó las risas de las sirvientas, su mente estaba puesta en la reunión.
La noticia de que el cumpleaños del rey de un país vecino se acercaba y que se les había enviado una invitación a una gran fiesta lo había dejado pensativo.
"Deberíamos ir, Daniel. Sería una buena oportunidad para fortalecer las relaciones entre ambos reinos," pensó, sin saber que Daniel ya tenía otros planes para esa fecha.
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