Nunca fui de las que cree que huir es la mejor opción pero en este caso había hecho una excepción, si nuestras vidas corrían peligro ¿no era esa opción la mas correcta? En caso de que no lo fuese dudaba encontrar rápido alguna otra que me pueda garantizar terminar con vida. Además, con Hunter a mi lado me sentía un tanto más segura que estando sola, de ser así probablemente no hubiera ni pensado en salir de la casa.
Los ojos oscuros del chico me miraban en cuanto me pare a la mitad del bosque a tomar un respiro. Y era que últimamente me mareaba con mucha frecuencia y mi vista se nublaba sin razón aparente. Mi cabeza al igual que mi estomago me daban vueltas, probablemente por el hambre y el cansancio tras haber estado corriendo dos horas continuas. En cambio Hunter se veía intacto, parecía poder seguir así durante semanas. Unas cuantas gotas de sudor caían de sus mechones de cabello terminando en su frente, en cambio, yo tenía el rostro completamente empapado con éste.
Mire hacia arriba, parecía estar a punto de llover a cantaros y a mi parecer eso no era del todo bueno si considerábamos que posiblemente dormiríamos en medio del bosque. Y no era que el clima ayudase mucho, estaba helando, y yo había olvidado mi chaqueta. Que novedad. Ironizo mi voz interna a la que por cierto ignore cuando mi cabeza comenzó a arder y tome asiento en el suelo.
-¿Está todo bien?- hablo el chico por primera vez desde que habíamos salido de la casa. Negué con la cabeza y él se agacho hasta quedar a mi altura.
Pude ver como abría su mochila y sacaba un paquete de galletas integrales y lo abría para mí junto con una botella de agua. Tome ambas cosas al instante pero solo comí una galleta y tome un poco de agua.
-Gracias- comente secamente titubeando y abrazándome a mi misma para evitar congelarme. Hunter lo noto, saco una sudadera de mi mochila y me la coloco sobre los hombros. Levante mi cabeza para observarlo y le dedique una sonrisa genuina en señal de agradecimiento.
-¿Mejor?- cuestiono y yo asentí. El frio disminuyo, el hambre se aplaco pero el dolor de cabeza y los mareos seguían ahí. –No te noto muy convencida, ¿seguimos ya o esperamos un poco más?-
-Sigue tu, no creo poder dar un paso más sin caer- exclame cerrando los ojos ante la jaqueca.
Hunter tomo mis muñecas entre sus manos y me cuestiono sobre lo que acababa de decir, únicamente repetí las mismas palabras con tono más decidido. En ese momento él se puso de pie prácticamente sin dirigirme la mirada, seguramente pensándoselo.
-Dame tu mochila- exclamo pasándose la mano detrás de la nuca pero aun así sonaba tranquilo. Serio, pero tranquilo. Hice lo que él me pidió.
Tomo ambas mochilas y las colgó de sus hombros. Abrí la boca pero la volví a cerrar a falta de palabras, debía dejarlo marcharse y no ser un estorbo para él.
-¿Estas lista?- su pregunta me desconcertó. Más cuando él ya me había dado la espalda y solo miraba hacia el camino que faltaba por recorrer.
-Hunter yo...- comencé a decir pero éste me interrumpió.
-Alison, entiéndeme no voy a dejarte aquí- volvió a dirigirme la mirada manteniéndola contra la mía. Claramente sus palabras iban enserio y eso me halagaba pero al mismo tiempo me asustaba, no podía simplemente ponernos en peligro a los dos con estos continuos mareos apareciendo sin aviso alguno.
Tomó mi mano, creí que me ayudaría a reincorporarme peor en lugar de eso solo se quedo observando mi brazalete. Aquel que Jayson me había regalado hace poco tiempo. Con su otra mano retiro sus lentes de sol de sus ojos y los tiro al suelo dejándolos a mi alcance.
-¿Quien te dio esto?- hablo por fin retirando mi atención de las gafas de sol a lasque estaba intentando quitarles la tierra.
-Jayson Alexander Ross- resople más para mí misma. Recordando que aquel chico me había especificado que no debía quitármelo en ningún momento.
ESTÁS LEYENDO
¿Típica adolescente? [COMPLETA]
WerewolfAlison Taylor cree ser una típica adolescente normal. Ella esta de intercambio en Londres y desconoce sus orígenes y su historia. Algunos sucesos un tanto extraños obligan a Ally a ir a casa. Al cumplir los 17 años toda su vida Me vas a contar la hi...