Silencio

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Abrí los ojos de golpe, había estado llorando aun dormida, mi respiración era agitada, mi pecho ascendía y descendía con rapidez, inhalaba y exhalaba sin poder controlarlo mientras las lagrimas me empapaban el rostro y parte del cuello. La mano de Skylar tomó la mía, lo supe por su voz inconfundible con la que intentaba tranquilizarme, misma voz que se encontraba quebrada aunque sabía que se esforzaba por ocultarlo. Se me hizo un nudo en la garganta, mi sonrisa se convertía en una mueca cada vez que intentaba exponerla sobre mi rostro. Un dolor inmenso me tenía tirada en la cama, era tan fuerte que se simulaba a un elefante aplastando mis pulmones, dejándome sin aire. Mi mano se aferraba a la de la chica, el apoyo mutuo era lo único que nos quedaba en este momento.

Me ayudó a reincorporarme a su lado y luego me abrazó tan fuerte que... que sentía que sería la última vez que la vería, eso llevó a mi cabeza a divagar un poco, cuando éramos niñas, ese último día, fue exactamente el mismo abrazo, ella sabía que ese era, posiblemente, la despedida, lo sabía en ese entonces y lo sabía ahora.

Su rostro se había tornado rojo, en especial sus mejillas y su nariz y, gran parte de éste, lleno de lágrimas. Entre algunos sollozos la escuché nombrar a su hermano, aunque no terminaba de entenderla ya que estaba llorando a mares. Me encontraba un tanto desconcertada, despertar y enterarte de malas noticias casi de la nada sin recordar lo que pasó cuando estabas despierta. Tenía la mente en blanco, eso era lo peor de todo, solo sabía que había estado llorando dormida pero no recuerdo que ha ocasionado aquel ataque de pánico. Y entonces me eché a llorar con ella, no sabía si por miedo o por empatía, quizá un poco de ambas cosas era lo que atormentaba mi cabeza y mi respiración que seguía sin conseguir regularse.

Entre murmuros y balbuceos escuché también el nombre de mi mejor amiga, Elizabeth, su grito ahogado se repetía dentro de mi cabeza, aturdiéndome más y más, esos alaridos perdidos en medio del bosque, justo antes de que mis ojos se cerraran por completo, dejándome inconsciente tirada en el suelo.

Blake entró en la habitación, sus pisadas resonantes hicieron que Skylar y yo nos soltáramos. Se obligó a sonreír, no podía dejar que su novia lo viera así de roto a él también. Torció la mandíbula, ocultando un sinfín de emociones encontradas, el dolor de lo que sea que haya pasado, y lo difícil que era ver a la chica tan destrozada y no poder hacer nada por ella. Él solo quería que ella fuera feliz. Skylar se puso de pie y se lanzó a sus brazos en espera de tener algo que la reconfortara un poco.

Seguido de él venía Javier, a paso lento, con movimientos inciertos. Su rostro sin ningún rastro del esplendoroso brillo que lo caracterizaba, toda esa ilusión, todo había desaparecido. Caminaba ocultando su rostro al bajar la cabeza. Cruzamos miradas y entonces ya no había más dudas, mi labio inferior comenzó a temblar, al igual que el resto de mi cuerpo. Me estrechó contra su pecho, permitiéndome reposar mi cabeza sobre éste mientras sus manos se perdían entre mis mechones de cabello que caían por mis hombros, partí en llanto nuevamente, aun más intenso que la primera vez.

-Ella...- balbuceaba mi hermano.

Tuve una reacción similar la noche que murieron mis padres, como si lo supiera aun antes de que me lo contaran, como si pudiera sentir su muerte. Al final de todo, podía sentir el dolor de perder a alguien como si fuera mi propia muerte, solo que no lo había entendido en ese entonces, no sabía que pasaba conmigo y mis ataques de pánico de la nada, claramente ahora me doy cuenta.

Seguí a Javier afuera de la habitación, en el camino él intentaba recuperar el aliento y dejar las lágrimas de lado para ponerme al tanto de todo. Aun así yo ya lo sabía. Escucharlo salir de entre sus labios, con su voz grave siendo casi un hilo, tan irreconocible y lejana de la usual, eso me partió aún más.

-Mason está inconsciente desde hace días, al igual que tu lo estabas... casi te pierdo a ti también.- dice envolviéndome en sus brazos nuevamente, perdido en lagrimas. Solo que está vez, por algún motivo yo no podía ponerme a llorar, ahora sabía la verdad y estaba segura de ella... pero me había vuelto totalmente insensible. No lo entiendo.

***

Recostada sobre mi cama mirando al techo dejé que mi cabeza divagara. Mi respiración era agitada, recién acababa de salir a correr, necesitaba estar lejos de todos por un momento, el verlos así de rotos no me ayudaba a sentirme mejor, por el contrario, las lagrimas no brotaban y no entendía por qué, con quería estar con el resto y excusarme al no poder llorar. Tomo una bocanada de aire, no hay nada que hacer, envuelta un mentiras, todo ha sido una farsa. Recordando cada parte de aquel recorrido que me llevó toda la tarde y parte de la noche, para cuando llegué a casa, Skylar ya estaba dormida en el sofá. Se había quedado viendo una película para esperarme, me lo dijo antes de salir "te espero despierta", al parecer estaba agotada, y no la culpo.

Corría por el bosque, entre los árboles, hasta que mi forma humana se perdía por completo, siendo reemplazada por cuatro patas, un hocico y una piel llena de pelaje blanco. Incrementaba mi velocidad, me sentía imparable, como si de verdad pudiera escapar de mi espantosa realidad. Y lo hice. Todo dejó de tener el sentido que tenía antes, o quizá era porque carecía delo mismo. La observo a la distancia, con su cabellera rubia frente a mis ojos y su estilo peculiar de usar faldas incluso cuando hay lluvia. Solté un aullido de manera inconsciente, aunque paré al caer en cuenta que eso solo atraería al resto, cosa que llevaba un buen rato evitando.

La luna estaba en su máximo punto, aunque el cielo carecía de estrellas, solo pude ver un par de ellas. Tomo aire con la lengua de fuera, pareciera tan normal por más raro que me resulte a mi al pensar en el hecho.

-Ally.

Me detuve en seco cuando estaba por darme la vuelta. Sonaba tan real, y eso conseguía asustarme. ¿Y si se tratara de una farsa? Su voz era de incredibilidad, aunque era raro viniendo de Elizabeth... se suponía que la que había muerto era ella. Y ahora parecía que yo era el fantasma. La miré con desconcierto, solo por un segundo. Cruzó sus ojos con los míos, entonces supe que era verdad.

Tragué saliva con nerviosismo, aunque una ligera pizca de alegría recorriendo mi cuerpo. Principalmente era cansancio, pero el resto no terminaba de tomar su lugar. Corre hasta mí, tan rápido que no la veo venir, como una brisa que va en mi dirección. Y la calidez de su cuerpo toma su lugar sobre el mío, no había nada que temer. Ella se apartó un poco, volví a mi forma humana y me abalancé sobre ella con una gran sonrisa sobre mi rostro.

Cada palabra que no decía me consumía por dentro y cada segundo de silencio se convertía en martilleos constantes a mi cabeza, uno tras otro, torturándola con intensidad. Yo sabía la verdad, ahora lo hacía y no se lo había dicho a nadie por seguridad, claro que esto estaba sacándome de quicio. Miraba por la ventana de mi habitación, frustrada, intentando encontrarle sentido a todo dentro de mi cabeza.

-Volveré pronto, cuando termine con lo que empecé. Nadie puede saber que estoy viva, prométeme que no se los dirás.- había dicho ella.

-No puedo prometerte eso.- respondí con cierto sentimiento de culpa remordiéndome la consciencia al recordar a mi hermano en un mar de lágrimas.

-Tienes que hacerlo o todos estarán en peligro.- dijo antes de desaparecer de mi vista entre la oscuridad de la noche.

N/A: Hola de nuevo!!! Aquí con los últimos capítulos de ¿típica adolescente? Falta muy poco para que esta historia termine y ni yo esperaba todo lo que pasó este capitulo, solo de me ocurrió sobre la marcha. Espero disfruten la lectura! Dejen sus votos y comentarios, me animan a seguir con esto!!!

Nos leemos el próximo martes,

Mariana :D


¿Típica adolescente? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora