Abalanzado sobre su cuerpo, inmovilizando a Hunter con ambas manos y una agresividad impresionante, estaba Mason, a media transformación, con sus ojos amarillentos y la pupila en forma de rombo justo al centro de ellos, sus dientes comenzaban a afilarse, al igual que las uñas de sus manos. Alzó el rostro al escucharme salir y luego el estruendo que hice con la puerta al cerrarla, precisamente esa era la intención, llamar su atención. Gruñó cuando el otro chico intentó aprovechar la misma distracción para tomar ventaja, molestándolo aún más, y ahora, amenazándolo con una de sus garras a milímetros de su cuello que no paraban de acercarse.
Nunca había visto nada similar más que en sueños y películas, con efectos especiales bastante ridículos he de admitir, pero nada me había resultado tan escalofriante como esto. Me quedé perpleja sin saber realmente que hacer o si iba a atacarme y olvidarse de mí una vez que la transformación diera por concluida. Hunter se quejó debajo de las patas del hombre lobo, haciéndome volver a la realidad.
-¡Vas a matarlo!- exclamé horrorizada soltando un chillido, cual niña pequeña, cuando las garras empezaron a ocasionarle un ligero sangrado en el cuello. -¡Suéltalo Ryan!
Mi voz hizo que parara, me dedico una mirada rápida, como si quisiera asegurarse de que me encuentro bien. Sus ojos volvieron a la normalidad tras hacerlo, sus rasgos se fueron suavizando hasta volver a ser cien por ciento humanos. Y así, las garras desaparecieron, siendo reemplazadas por sus manos; sus ojos color miel volvieron y sus pupilas redondas junto con ellos, de nuevo con aquella mirada que me cautivaba en segundos. Lentamente se puso de pie y se dirigió hacia donde yo estaba, aunque el terror seguía presente y yo no podía hacer otra cosa que no fuera alejarme de él. Alzó las manos a la altura de su pecho al ser consciente de ello, como diciendo <<no voy a hacerte daño>>. Me resultó increíblemente extraño escuchar su voz dentro de mi cabeza, pero ciertamente fue mucho más tranquilizador. Dejé de apartarme, pero mis ojos seguían en Hunter, quien yacía en el suelo intentando recuperar el aliento.
Me estrechó contra sí. Escuchar sus latidos con semejante claridad y saber que estaba nuevamente aquí conmigo era... simplemente hermoso, como si una cosa entre tantas más tuviera algún sentido. Ese sentido que tiene todo de repente cuando caes en cuenta de lo mucho que te importa alguien y lo conectado que puedes llegar a estar con esa persona. Cuando terminas de unir los puntos y obtienes respuestas, aunque posiblemente no aquellas que esperabas, poniendo tu mundo de cabeza aun más. Una pequeña lágrima se resbaló por mi mejilla, cayendo lentamente, seguida por otra más, mi respiración, tan irregular y alterada como pocas veces, caía sobre su cuello. Su mano se perdió entre mis mechones de cabello, humedecido por el agua de la regadera, su barbilla reposaba sobre mi cabeza.
-Ally, debemos irnos.- habló Hunter desde su lugar, a espaldas de Mason, ya se había reincorporado en dos pies y tenía la mirada fija en ambos.
El castaño me pasó detrás de él, en un abrazo protector, de un solo movimiento. Observó y analizó, con desprecio, pero mayor detenimiento que la primera vez, a mi compañero de viaje.
-No irá a ningún lado contigo.
Su tono había sido autoritario, todo un macho alfa, a veces odiaba tanto esa faceta de él. Sonaba tan firme a su decisión que dudaba mucho poder convencerlo de lo contrario. Intenté llamándolo unas cuantas veces por su nombre, aunque no parecía estar escuchando. La escaza iluminación del cuarto lo hacía lucir sombrío y, hasta cierto punto, aterrador. Mis ojos curiosamente no tenían mucho problema con ello, podían ajustarse y distinguir a ambos chicos a la perfección.
-Mase, me ayudó a escapar. Dylan quiere matarnos.- dije entre titubeos, con voz suave, casi susurrándole al oído, en una especie de suplica que se supone salvaría la vida de Hunter.
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¿Típica adolescente? [COMPLETA]
WerewolfAlison Taylor cree ser una típica adolescente normal. Ella esta de intercambio en Londres y desconoce sus orígenes y su historia. Algunos sucesos un tanto extraños obligan a Ally a ir a casa. Al cumplir los 17 años toda su vida Me vas a contar la hi...