Es hora de volver...

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El resto de la semana paso con naturalidad.

-Ally ya levántate- exclamó Elizabeth divertida mientras me arrojaba un cojín.

-Cinco minutos más- respondí adormilada.

-No, ya levántate- dijo dándome otro almohadazo en la cara pero esta vez más fuerte.

-Ya desperté- dije poniéndome de pie y alzando las manos pidiendo paz.

Elizabeth me analizo, hacía gestos y muecas. No paraba de reírse, pero ¿qué era tan divertido? Después de pensarlo unos segundos recordé que recién había despertado, yo seguía en pijama y mi cabello solía ser un desorden por las mañanas. Tomé algo de ropa de mis maletas. Unos jeans, una playera gris, una sudadera del mismo color y unos converse negros. Entre al baño, me di una ducha, me vestí, me cepille el cabello y salí. Elizabeth ya no se encontraba en la habitación, seguramente estaba en la cocina. Fui a buscarla, tal como lo había pensado estaba preparando el desayuno. Cereal, leche, tazón y cuchara... nada del otro mundo.

-Te esmeraste taaanto- dije sarcástica remarcando la letra "a" de tanto.

-Deja las bromas y come quieres- me respondió fingiendo estar molesta. Después de decir esto me dedico una tierna sonrisa y se sentó a comer su desayuno.

Comimos nuestro cereal en silencio. Elizabeth ni siquiera me volteaba a ver, estaba bastante perdida en sus pensamientos. ¿En qué tanto piensa? Bueno no creo que sea de mi incumbencia. Cuando termine mi cereal me levante, al hacerlo rompí el silencio con el chillido de la silla al arrastrarla. Deje los trastes en el lavadero y éstos volvieron a romper el ambiente pacífico al golpearse entre sí. Eso saco a Elizabeth del transe, me miro a los ojos, luego bajo la mirada a mi cuello. Frunció el ceño.

-¿Por qué traes eso?- preguntó.

-Quizás me sea útil algún día- le respondí con tranquilidad.

Me retire y empaque las cosas que estaban fuera de mi maleta. Mañana estaría en casa. No me sentía muy feliz, seguía deprimida por lo de mis padres, pero me alegraba ver a Javier, necesitaba su apoyo sobretodo en estos momentos.

Al terminar de empacar Elizabeth y Eliot me acompañaron al aeropuerto. Nos sentamos a esperar un rato. Obviamente aquel par de enamorados estaba en su mundo y yo en el mío. Trataba de aclarar tantas cosas que estaban revueltas en mi cabeza.

Mi vuelo estaba por salir, me despedí de mis amigos y subí al avión. Me senté y espere. Tenía muchísimo sueño, no había dormido bien estos días.

No recuerdo cuanto tiempo estuve viendo esas películas aburridas en mi computadora portátil, el avión ya había despegado desde hace bastante tiempo y la última película ya estaba por terminar. Cerré el computador y lo guarde en mi mochila. Tomé mi celular y puse algo de música, con mis audífonos por supuesto. No tarde en quedarme dormida.

Cuando desperté ya había oscurecido, mire por la ventana. No se veía mucho, solamente se podía apreciar el cielo azul marino. Los pasajeros en su mayoría se encontraban dormidos, los otros estaban con su celular o su computadora. La música de mi teléfono seguía sonando a través de los audífonos, me volví a acomodar en el asiento y trate de dormir nuevamente.

Abrí los ojos, seguía en el avión. Una voz bastante familiar se escuchaba muy cerca, mi hermano estaba sentado a mi lado.

-Hola Al- me dijo con tranquilidad.

-Hola Jav, como es que...- me interrumpió como si hubiese leído mis pensamientos.

-Es un sueño- dijo respondiendo a mi pregunta mientras acariciaba mi mejilla.

¿Típica adolescente? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora