Capítulo 2

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Helianthus Saera Potter era huérfana, un triste acontecimiento que la llevó a vivir diez miserables años con sus tíos maternos que no la veían más allá de una simple criada.

—¿¡Como que huérfana!? — grito James poniéndose de pie, sus ojos reflejan dolor y confusión.

—Usted Heredero potter y su prometida murieron a manos de Voldemort al proteger a su hija.— dijo la Diosa con una sonrisa triste.

Euphemia soltó un grito de dolor, su hijo y nuera muertos por culpa de Voldemort, Fleamont abrazo a su esposa mientras el negaba, James y Lily estaban siendo consolados por su círculo íntimo.

—¿¡Por qué esta con mi hermana!?, ¡esa maldita me odia y todo lo que tenga que ver con la magia! —grito Lily con enojo y dolor.

—Eso es verdad, por que no se quedo conmigo o con Alice.—dijo Sirius con lágrimas en los ojos.

La diosa miro con lastima el Black, lo cuál no pasó desapercibida por Walburga quién apretó la mano de Orión.

—Tu fuiste injustamente encarcelado por la muerte de James y Lily, mientras que Alice junto a Frack fueron torturados hasta la locura por Bellatrix y los hermanos Lestrange.— contó la Diosa.

El grito de Walburga y Agusta, no se hicieron esperar uno era de enojo y el otro de dolor, Madame Longbottom se coloco rápidamente de pie con varita en mano, y sin más comenzó a maldecir a los Lestrange y a Bellatrix, los cuales por los rápidos movimientos de la mayor no llegaron a poder defenderse.

Mientras que Walburga le exigía a la Diosa que le cuente quien fue el verdadero culpable de que su hijo fuera injustamente encarcelado, Los Targaryen estaban en shock, al igual que los Velaryon, Helianthus al fin de cuentas era su familia también.

—¡Mataré a Petunia y a su maldito cerdo! — grito Lily hecha una furia, en verdad los mataría muy lenta y dolorosamente.

La Diosa pidio orden y que todos se tranquilicen, pero nade le hacia caso, Los Potter estaban furiosos y dolidos, al igual que los Black por la injusticia qué tuvo Sirius.

Helianthus tenía una fascinación particular por los dragones.

Muchas veces soñaba que volaba por los bosques en un dragón majestuosamente plateado y con ojos azules hielo. Eran sueños tan vívidos que casi podía sentir el frío en su rostro, pero los dragones no existían, así que solo quedaron como simples sueños.

— Esa es la sangre del dragón.— dijo Rhaenyra con una pequeña sonrisa, hacia los padres de su futura nuera.

Hasta que una carta llegó.

Y un gigante interrumpió su vida diciéndole que era una bruja.

Si la magia existía, los dragones igual.

—¡Si, la cachorra por fin irá a Hogwarts! — soltó con alegría Sirius, sus ojos aún rojos por el llanto, pero el siempre fue alguien positivo.

—¿Tienen dragones aquí? — preguntó Laenor, curioso, si hermana esta igual que el.

—Si, pero creo que son diferente a los suyos — respondió Remus, mientras comía chocolate para quitar lo amargo del momento anterior.

Lady junto a Lord Potter intercambiaron miradas de desconcierto.

ㅡ ¿Por qué no fue un profesor a buscar a mi nieta? Acaso no es su trabajo?.- pregunto Lady Euphemia

Pero solo lo que obtuvo fue el silencio por respuesta, lo que hizo que los familiares de la niña enfurezca.

Con la revelación de su identidad, supo de cosas. Era la dama de una casa mágica muy antigua, obtuvo un anillo con la silueta de un dragón (¡Su emblema familiar!), un cepillo con un rubio y enredaderas tejidas, y por último un diamante de sangre.

𝑳𝑬𝒀𝑬𝑵𝑫𝑶 𝙏𝙃𝙀 𝙒𝙄𝙏𝘾𝙃 𝘼𝙉𝘿 𝙏𝙃𝙀 𝘿𝙍𝘼𝙂𝙊𝙉 𝙍𝙄𝘿𝙀𝙍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora