Era de público conocimiento que la baterista de "The last life", y el capitan del equipo de fútbol se odiaban, después de todo se los podía ver molestandose en cualquier parte.
Pero un mal novio, un grupo de amigos en común y un viaje cambiarán todo...
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–Gracias por las cuerdas, Ame.
–Un trato es un trato, gracias por llevarme.
–¿Me vas a contar lo que paso con Jean? –miré a mi amigo con cierta duda sobre si contarle o no.
La verdad es que luego de haber llegado a un acuerdo, nos quedamos hablando horas hasta que nos dimos cuenta de que ya no escuchábamos a los chicos; fue ahí cuando decidimos ir a dormir, tras concluir que a la mañana siguiente les contaríamos a nuestros amigos sobre la integración de Luke a la banda. Raquel y Max ya estaban más que avisados sobre esto, se los había comentado en mi camino de regreso y estaban de acuerdo.
Debían ser las 10 de la mañana cuando el calor del día me despertó, pero para mi sorpresa mis amigas ya no se encontraban en la habitación.
Confundida, más que todo, agarré mi celular, y me dispuse a levantarme de la cama, cambiarme e ir al baño, donde me arregle para una vez lista dirigirme a la cocina, donde tampoco estaban mis amigos... Me hacía acordar al día anterior, solo esperaba no encontrarme con Adam drogado nuevamente.
Fue una vez llegue al patio que los vi a todos reunidos alrededor de una ya conocida mesa rectangular, desayunando complacientemente.
–No me despertaron –dije tomando asiento al lado de Adam, para agarrar la taza que habían dejado para mí.
—Pensábamos que ibas a insultarnos —mi mejor amiga, Nadia, la cual me conoce de toda la vida, probablemente tenía mucha razón.
–Se las dejo pasar solo esta vez –silenciosamente me serví yogur, ignorando la mirada fija de Adam sobre mí, pero dándole atención a otra mirada... la de Luke, quien empezó a hablar.
–Con América tenemos algo que anunciar –por la mirada cómplice que le estaba brindando a Emma pude deducir que ya lo habían hablado. Cosa que era buena, ya que no quería tener problemas con una de mis mejores amigas.
–No me la contes –escuché decir a Adam, con los ojos abiertos de par en par. Parecía tener la mirada de las mil yardas y todo.
¿Acaso estaba pensando que con Luke estábamos en una relación? Qué tarado, Luke está con su prima.
–Sí, después de charlarlo con la banda, decidimos incorporar a mi queridísimo amigo Lukipuki como guitarrista, Max ahora va a ser el bajista –mis amigos rápidamente colocaron una sonrisa en sus rostros ante mis palabras.
Hacía unos cuantos meses Nadia me había cuestionado sobre el porqué no había integrado a mi queridísimo amigo a la banda, y la respuesta había sido que ya lo teníamos a Max, pero al parecer el destino tenía otros planes.
–Bueno, chicos, tenemos que festejar –Ethan se levantó de su asiento para darle un abrazo a Luke o mejor dicho, para distraerlo mientras tiraba de la mesa los panqueques que Lukipuki había hecho, panqueques que parecían ser aptos para ser los cimientos de una casa–. Ups, se me cayeron. ¡Tendremos que comprar facturas!
