Advertencia: este capítulo va a ser triste, y capaz toque temas sensibles. :)
Canción recomedada: Two steps back - Vlad holiday
Tal vez eran las 4 de la mañana cuando desperté, tal vez eran las 4 de la mañana cuando me levante de la cama, me sentía sola, tan sola, y las voces que venían del living parecían atraerme.
Parecían querer incitarme a unirme para remediar mi soledad. Aunque tal vez las estaba alucinando.
No sería la primera vez que sucedía.
Soñaba muy seguido con Jean para mi gusto, eso era lo que me despertaba o me mantenía sin pegar un ojo en toda la noche, me hubiera gustado conseguir alguna pastilla para dormir, o golpear mi cabeza cuantas veces fuera necesario para no soñarlo, pero por alguna razón no me faltaban sueños recordándolo.
Capaz estaba haciéndome una clase de brujería.
Me deslicé por la cama, como siempre me encontraba en el medio, entre Nadia y Emma.
Apenas salí de esta sentí como el frío me envolvió, solo llevaba mi pijama que consistía de una musculosa y un short, pero no me moleste en abrigarme, tal vez el living era más cálido.
Abrí la puerta de la habitación, y me adentré al oscuro pasillo, acercándome poco a poco a mi destino, logrando en el camino distinguir que quienes se encontraban allí eran Ethan, Luke y Adam, los cuales parecían muy risueños.
—¿Recuerdan cuando fuimos a ese boliche? —cuestionó entre risas Luke, quien al parecer, deduciendo por algunos ruidos, golpeaba su silla mientras hacía aquello.
—Como olvidarlo, si me persiguió una gorda tratando de darme un beso —escuché reír a Adam haciéndome hervir la sangre—. Escuche que le decían princesa, deben haberse referido a Fiona.
Si bien entro en la normativa y soy una persona estereotípicamente linda, que cumple con los cánones actuales de belleza, eso no evita que me hierva la sangre cuando escucho comentarios hacia el cuerpo ajeno, porque alguna vez yo tampoco fui tan bella, alguna vez me hicieron comentarios, y alguna vez lloré mirándome al espejo deseando no ser yo.
Deseando no haber creído que me estaba empezando a caer bien Jackson abrí la puerta de aquella habitación, interrumpiendo las risas.
El suelo estaba repleto de botellas de alcohol.
Pero eso no justificaba nada.
—Ya me estaba olvidando que tan estúpido y machito eras —escupí en la cara del de pecas, con mi mejor cara de desagrado—. Qué bueno que abriste la boca para seguirte odiando.
Jamás olvidaría que éramos enemigos.
Jamás olvidaría el comentario que hizo en primer año cuando juramos odiarnos.
ESTÁS LEYENDO
The Last Life
RomanceEra de público conocimiento que la baterista de "The last life", y el capitan del equipo de fútbol se odiaban, después de todo se los podía ver molestandose en cualquier parte. Pero un mal novio, un grupo de amigos en común y un viaje cambiarán todo...