18.Mamá, soy famosa

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Canción recomendada: Bandoleros - Don Omar, Tego Calderon

–Ey, Luke, Luke –toqué lentamente los pies de mi amigo, que se encontraba durmiendo boca arriba entre Adam y Ethan

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–Ey, Luke, Luke –toqué lentamente los pies de mi amigo, que se encontraba durmiendo boca arriba entre Adam y Ethan.

Adam estaba boca abajo, por suerte, no quería que supiera que me iría.

–¡¿QUIÉN ES?! –al instante me tiré al suelo, haciendo completamente cuerpo a tierra, por si los otros dos tarados que no tenían que ser despertados lo hacían, no quería que me insultaran porque eran las 5 de la mañana.

Por suerte tenían el sueño pesado.

–Soy yo, América –dije poniéndome en cuclillas, para que viera mi rostro.

Rápidamente, se levantó y se sentó al lado mío.

–¿Qué querés? –estábamos susurrando.

–Necesito que me lleves a la terminal, tengo una reunión.

–¿Por qué no le pediste a Adam?

–Primero que todo, me cae mal, segundo, después te cuento, y tercero, si me llevas, te compro esas nuevas cuerdas que querías y te las traigo hoy mismo a las 8 de la noche, cuando vuelva.

–Trato.

Salí de la habitación, en cuclillas, por las dudas, y lo esperé en el auto, Lukipuki apareció tan solo 5 minutos después, con el pelo mojado, claramente se había lavado la cara y al hacerlo se había mojado su "flequillo", la verdad que no entiendo como funcionan los cortes de cabello de los hombres.

–Y resulta que Nadia se colgó del brazo de un chico, y empezó a mugir, se rio, y le vomito las zapatillas, entonces la lleve al patio para que tomara aire; ahí fue que nos cruzamos con el hombre vaca, quien seguía mugiendo, así que Nadia le copio, ¡Y volvió a vomitar!, pero ahora sobre los zapatos del hombre vaca, quien ya había desistido de subirse a la palmera –hacía unos minutos habíamos emprendido viaje, y Luke ya me estaba contando sobre lo que habían vivido en la fiesta.

Hacía dos noches había sucedido la fiesta, pero no habíamos podido hablar absolutamente nada el día después de esta, ya que estábamos tan destruidos que quedamos desmayados en nuestras habitaciones.

Aunque yo sí tuve que levantarme.

Tuve que salir de la habitación para avisarle a los padres de Ethan que tendría que ir unas horas a una reunión con la banda, ellos aceptaron gustosos.

–¿Y el resto? ¿Qué estaban haciendo? –cuestioné mientras revolvía mi mochila buscando mis baquetas, encontrándome en el camino con un papel, el cual ignoré para agarrar lo que estaba buscando.

–Ethan estaba en un estado deplorable, se le bajó la presión, así que en ese momento estaba con los pies apoyados en una pared dentro de la casa, no podía mantener los ojos abiertos.

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