Canción recomendada: Entre Caníbales - Soda Stereo
Con una sola conclusión en mi cabeza, me levanté de mi asiento, y caminé en dirección a la puerta, donde me esperaba la persona a la que alguna vez más ame.
La cual ya no me significaba nada.
Absolutamente nada.
Con la espalda erguida y luego de acomodarme el pelo, salí de la habitación, quedando cara a cara con Jean.
Sin decir una sola palabra, cerré la puerta detrás de mí para apoyarme en esta, esperando a que él fuera el primero en hablar.
Y así lo fue.
¿Qué me estaba pasando?
Mi pulso se igualaba al que solía tener al jugar algún partido.
No tenía sentido.
—¿Por qué querrá regresar ahora? —cuestionó el colorado, a lo que miré de reojo la puerta.
América era más feliz desde que no estaba con él, si bien ya no mostraba tanto afecto como antes, se notaba que estaba siendo y haciendo lo que verdaderamente la convertía en ella... Ser libre.
Jean se dedicaba a robarle la felicidad, y cuando finalmente se sintió bien decidió dejarla, llevándose con él su chispa. Según lo poco y nada que me dijo Nadia, él la dejo cuando América estaba pasando por un episodio depresivo.
¿Qué tan poco la quería?
Por semanas pude notar como las usuales ojeras de ricitos de oro, las cuales eran de un color morado claro, se habían tornado negras, teniendo que empezar a usar maquillaje para taparlas; como dormía entre o en las clases; como se le aguaban los ojos; y como pretendía estar bien cuando él le hablaba pretendiendo que su relación jamás había sucedido.
No voy a mentir, lo disfruté.
Pero lo disfruté porque finalmente ella sabría que él no valía lo que le estaba dando. Él no valía su amor y tiempo.
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The Last Life
RomanceEra de público conocimiento que la baterista de "The last life", y el capitan del equipo de fútbol se odiaban, después de todo se los podía ver molestandose en cualquier parte. Pero un mal novio, un grupo de amigos en común y un viaje cambiarán todo...