10. ¿Besé a Michael Jackson?

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Canción recomendada: New person, same old mistakes - Tame impala

—Por un momento pensé que tendría que explicarles al resto el cómo habías muerto debido a un tarro de miel —Adam murmuró a centímetros de mi rostro

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—Por un momento pensé que tendría que explicarles al resto el cómo habías muerto debido a un tarro de miel —Adam murmuró a centímetros de mi rostro.

Por suerte, al apoyarme en el despensero solo sucedieron dos cosas, la primera fue que se movió como si un terremoto estuviera tomando lugar, y la segunda fue que una miel cayó en dirección a mi cabeza.

Adam, quien noto esto, y buscando ser el Flynn Ryder de mí Rapunzel rizada, con sus reflejos de futbolista, tiro la miel lejos de mí, pero termino acorralándome contra el despensero, que por suerte ya se había dejado de mover.

—Te habrían acusado de asesinato —susurré de vuelta, con cierta diversión en mi tono.

—Hubiera válido la pena —el chico parecía no querer alejarse de mí, y su mano cercana a mi cintura me dió más indicios de aquello.

—¿Tanto querés verme muerta? —susurré sonriendo y acercando mi cabeza a la contraria, buscando acortar la distancia.

—Me gusta más verte viva —susurró de vuelta, al parecer estábamos en alguna clase de biblioteca, porque nos negábamos a hablar en nuestro volumen normal.

—No soles decir eso —siendo hipócrita antes mis quejas sobre sus gestos, entrecerré los ojos, mirándolo fijamente, cambié el tono de mi voz y continué con mi pequeña sonrisa.—. ¿Qué te hace cambiar de opinión últimamente?

—Vos —en otro momento de mi vida la cercanía entre nosotros me hubiera dado tanto repudio que hubiera vomitado, pero en esta situación lo estaba disfrutando. No sabía por qué.

Pero sabía que había cierta tensión entre nosotros.

Él era mi capricho.

Pero un capricho que no pude saciar.

Luke abrió la puerta.

—¡Acá están! —grito el rizado mirándonos curioso— ¿Qué hacían?

—Quedamos encerrados —respondí tirando a Adam lejos, para levantarme como si nada hubiera pasado.

Dejando de lado mis tentaciones, la lógica ganó, él era mi enemigo, y por más que hubiera admitido ciertas cosas, no cambiaba nada, seguía siendo un tarado porque probablemente no lo había dicho desde el corazón y solamente quería papitas.

Aparte se notaba a kilómetros que yo no le gustaba.

Y él a mí tampoco.

—¿Tenés puestas las lentes de contacto? —me cuestionó Luke apenas me levanté, a lo que asentí curiosa— Cerra los ojos y por nada en el mundo los abras, te tenemos una sorpresa.

Hice lo pedido, pero con miedo, las sorpresas últimamente habían sido varias, y no muy gratas. Puedo poner fácilmente como ejemplo mi secuestro.

A los segundos sentí como una mano me agarró por el brazo, por el tamaño y la suavidad supe que se trataba de Luke, por alguna razón sé reconocer manos. Él chico empezó a caminar, así que lo seguí, sin abrir los ojos, tal vez terminaba en la pileta, pero les estaba dando una oportunidad.

The Last LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora