11. Michael Jackson toca la batería

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Canción recomendada: Heartless - The Weeknd

—No saques el meñique —indiqué colocándome por detrás de el, para agarrar sus manos, claramente por si mismo no lo podría hacer

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—No saques el meñique —indiqué colocándome por detrás de el, para agarrar sus manos, claramente por si mismo no lo podría hacer.

—¿Por qué no? —¿No era que se iba a dejar enseñar?

—No se critica a la profesora —ignorándolo procedí a atarme el cabello, para luego sacarme la remera, dejando ver el corpiño de mi bikini.

Hacía demasiado calor...

—¿En qué momento paso de ser una clase de batería a ser una de como ser stripper? —riendo, porque aunque me doliera me había dado gracia el comentario del pecoso, tiré sobre su cara mí remera.

—Repetí lo que te enseñe, no quiero comentarios —sin mirarlo procedí a encender mí celular, para encontrarme con mensajes nuevos, los cuales me dedique a leer—. Adam, los meñiques.

—¡Ni me estás viendo! —no importaba, sabía que estaba con los meñiques hacía afuera.

—Seguí tocando.

Con los intentos fallidos de Adam tratando de tocar bien de fondo, baje por todos los mensajes no leídos, para ser exactos no había leído 40 chats, muchos de ellos porque simplemente eran irrespondibles, o porque algunos eran de grupos, otros porque no me interesaba responderlos, aunque uno de ellos si me llamó la atención.

Y ese había sido el grupo de la banda.

Curiosa, ante los 156 mensajes sin leer, abrí el chat, encontrándome con que había sido etiquetada múltiples veces.

No me quedo otra opción que leer, llegando a la conclusión de que un caza talentos estaba en la ciudad, tratando de encontrar a la próxima persona o personas a las que auspiciaría.

Pero había un problema, si queríamos presentarnos tenía que ser al día siguiente del que leí el mensaje, ósea el viernes 10 de febrero, a las 14:30 hs, en Córdoba Capital, Argentina.

Y yo me encontraba en nada más y nada menos que en Nono, Córdoba, por lo que si quería ir tendría que hacer un viaje de al rededor 3 horas, para luego de presentarme, volver en otras 3 hs ya que no podía cancelar el viaje, y seguramente tendría que llevar conmigo a los otros 5 monos, más los padres de Ethan, para corroborar que no me estaba escapando y que volvería.

Tampoco olvidemos que los días anteriores no había estado practicando para nada.

Pero tenía que ser auspiciada.

Me gustan los dólares.

—Mierda —solté sin importarme que no estaba sola.

Adam dejó de tocar.

—¿Tan malo soy? —escuché su risa, pero no pude despegar la mirada del celular, escribiendo sin parar.

—No sos vos el problema está vez —suspirando finalmente mire sus ojos, se notaba preocupado, pero más yo—. Tengo que ir a Córdoba.

The Last LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora