Capítulo 18 - Películas

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Haerin

Me encontraba en la cocina preparando algo para beber cuando escuché el timbre de la puerta. Aún no habían pasado ni los diez minutos que Jungkook había dicho, pero no me sorprendió, él siempre llegaba antes de lo previsto, como si estuviera ansioso por cualquier oportunidad de vernos, aunque ninguno lo admitiera en voz alta.

— Puntual como siempre. —murmuré para mí misma mientras me dirigía a abrir la puerta.

Al abrirla, ahí estaba, con esa misma expresión tranquila que siempre llevaba, tan inocente que se veía.

— Traje comida china. —dijo mientras levantaba las bolsas.

Le dejé entrar, y cerré la puerta detrás de él. El pelinegro se quitó la chaqueta, quedando solamente con una camiseta blanca, con la cual resaltaba su figura delgada pero marcada. Colocó las bolsas sobre la mesa y comenzó a sacar los recipientes de la bolsa.

— ¿A donde se fue tu familia? —preguntó sin dejar lo que estaba haciendo.

— A una tonta cabaña que rentó mi padre. —respondí mientras daba un mordisco a un pedazo de zanahoria.

—¿No quisiste ir?

— Estar sin señal por más de un día, no es lo mío. —respondí, tomando asiento en el sofá.

Jungkook imitó la misma acción y se dejó caer en el sofá, colocando un recipiente de comida frente a mí, comenzamos a comer y el silencio que se formó, fue realmente agradable.

— ¿Te gustan las películas de terror? —preguntó el chico mientras tomaba el control remoto.

Vaya, que confianza ha tomado, no me sorprende para nada, los últimos dos meses que tuvimos el acuerdo de aquella "aventura" si se podría llamar así, Jungkook venía seguido a la casa, casi siempre todos los fines de semanas.

La verdad no me molestaba eso, si fue lo que siempre he querido. Lástima que no siente nada de amor, simplemente es atracción física.

Pero me conformo con eso.

— No soy tan fanática del terror. —respondí después de unos segundos.

Jungkook sonrió levemente, como si mi respuesta no le sorprendiera del todo.

— Entonces elegimos algo más ligero. —dijo, comenzando a navegar por las opciones en la pantalla.

Yo me quedé observándolo por unos segundos, esas facciones, la forma en que su mandíbula se tensaba cuando está totalmente concentrado en algo, o como movía el pie sin darse cuenta. Es parte de su encanto.

— ¿Y qué te gusta ver? —preguntó sin apartar la vista de la pantalla.

— Suspenso, aunque tampoco me molestan las de acción. —respondí mientras jugaba con el borde de mi vaso.

— Entonces... será una de acción. —dijo, seleccionando una película.

Empezamos a ver la película, pero pronto me di cuenta de que ambos estábamos más enfocados en nuestra cercanía que en lo que pasaba en la pantalla, la manera en que sus dedos se movían distraídamente cerca de los míos, las miradas que nos lanzábamos de reojo sin que pareciera obvio. Había algo en ese espacio compartido, esa tensión que siempre flotaba entre nosotros, como si ambos estuviéramos esperando el momento exacto para romperla.

Luego de unas dos horas, la película por fin había finalizado, pero ninguno de los dos se había movido de su lugar. Jungkook carraspeó, cortando el silencio que se había formado.

— Creo que ya es hora de irme. —habló mientras se ponía de pie.

— Pero son las once —comenté echándole un vistazo al reloj— puede ser peligroso que te vayas...

— Haerin, me he ido de aquí hasta las dos de la madrugada —dijo soltando una risa— no me pasará nada.

¿Como le digo que no quiero que se vaya?

— Puedes quedarte —sugerí mientras me levantaba— no hay nadie que te pueda decir algo...

Me acerqué lentamente hacia él, hasta que estuve lo suficientemente cerca, su mirada se encontró con la mía.

— ¿Estás segura? —preguntó en voz baja, aunque en el fondo creo que ambos sabíamos la respuesta.

No dije nada, simplemente levanté la mano y dejé que mis dedos se deslizaran por su brazo hasta llegar a su cuello. Sentí cómo su respiración se aceleraba ligeramente, sus ojos buscaban los míos, pero no necesitábamos palabras en ese momento.

— No hay prisa, puedes quedarte. —mi voz salió apenas en un susurro, casi inaudible.

Jungkook se quedó inmóvil por un segundo, pero luego sus manos se posaron suavemente en mi cintura, acercándome aún más a él. El espacio entre nosotros desapareció por completo.

— Haerin... —murmuró, pero antes de que pudiera terminar, lo besé.

El beso fue lento al principio, mis manos comenzaron a bajar, tomando el borde de su camisa y con un suave movimiento, levante la tela, dejando que nuestros labios se apartaran por unos segundos mientras quitaba la camisa por completo.  Mis dedos deslizándose por su torso hasta su cintura. No necesitábamos decir nada más, las acciones hablaban por sí solas.

Nos dejamos caer lentamente en el sofá, haciendo que el azabache quedara encima de mí, besándonos nuevamente, mis manos acariciaron suavemente su espalda.

— Deberíamos ir a tu habitación... —habló mientras nuestros labios seguían rozándose.

— No quiero subir las escaleras. —me quejé sin apartar mis manos de su cuerpo.

— ¿Quien dijo que ibas a subirlas tú? —dijo soltando una sonrisa con cierta malicia.

— ¿De que...? 

Antes de que pudiera terminar mi frase, Jungkook me levantó con una fuerza inesperada, haciendo que mis piernas se enrollaran alrededor de su cintura. Jungkook me había cargado con facilidad, como si mi peso no fuera nada, y comenzó a caminar hacia las escaleras, mis brazos rodearon su cuello automáticamente, y nuestros labios se volvieron a unir.

Jungkook subió las escaleras con pasos firmes, sin detener el contacto entre nuestros labios, podía sentir su respiración, cada vez más acelerada, y cómo sus manos se aferraban a mis piernas con fuerza, asegurándose de que no me soltara.

Al llegar a mi habitación, Jungkook empujó la puerta con el pie, entrando sin siquiera romper el beso. Me dejó caer suavemente sobre la cama, pero no se alejó ni un segundo.

Como me encantas Jeon.

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⏰ Última actualización: Oct 01 ⏰

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Algo No Esperado| JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora