EXTRA IV

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Extra IV

Dos años después

Dos rayitas.

Dos rayitas que dicen positivo.

Miro las cincos pruebas de embarazos en la encimera de mi baño y todas tienen dos rayas y dicen positivo embarazada

Me tapo las boca con las manos intentando ahogar un sollozo.

¿Seré... Madre? Joder ¡Seré madre!

No estoy preparada. Apenas sé cuidar de mi misma para cuidar a otro ser. Me pongo las manos en mi vientre y una corriente me recorre sintiendo algo raro. Joder ¿Cómo le diré a Christopher? ¿A mí familia? ¿A los chicos? Sé que se pondrá felices cuando sepan la noticia pero ¿Realmente estamos preparados para dar este segundo paso?

Hace dos años me casé con el amor de mi vida, con el chico que me devolvió la sonrisa y las ganas de seguir adelante. Cuando le diga que tendrá que hacer sonreír a otra persona no se lo podrá creer.

Sería mejor ir a un hospital y que nos confirmen. Los test no son tal confiables

Si debería primero ir con mi ginecóloga y... Mi móvil empieza a sonar haciendo que lo agarre inmediato. Suelto un suspiro cuando aparece el nombre de mi prima

—Amelie—Digo cuando le respondo la llamada.

—¡TE NECESITO AHORA MISMO YESS!—Grita al otro lado de la línea

—¿Que? ¿Que pasa?—Pregunto volviendo al baño y recogiendo las pruebas—Yo también te tengo que decir algo

—Vale. Salgo a tu casa ahora mismo

—Esta bien. Te espero

Cuelgo el móvil y miro las pruebas que están en la palma de mi mano. Joder estoy nerviosa.

Meto las pruebas en mi bolso rosa y salgo de la habitación que comparto con mi esposo. Todavía no puedo creer que Christopher Wilde sea mi esposo, Solo Mio, MI MARIDO Y PADRE DE MI FUTURO HIJO... No puedo estar más feliz. Christopher siempre fue alguien que estuvo conmigo en cualquier momento de mi vida, cuando nos conocimos en ese bar, cuando me fui con el a su casa y aún así sin conocerlo.

El recuerdo de ese día me llega de una vez a la cabeza

¿Es una trampa y no me he dado cuenta?

Hago lo que me indica porque me quiero secar y agarrar un poco de calor. Salgo del coche con una chaqueta azul que me dió cuando estábamos en camino a esta...¿Casa o mansión? No sé cómo llamarlo la verdad.

—¿Aquí vives?

Christopher me mira con una ceja enarcada y después muestra una sonrisa radiante de un niño engreído.

—Si, Es casa de mis padres por lo que vivo con ellos pero muy pronto me mudare a un apartamento...

Asiento. Porque no se que más decir.

Nos paramos al frente de una puerta de madera color oscuro, Christopher saca de su bolsillo una llave brillante y lo mete en la cerradura haciendo que la puerta se abra. Antes de que pueda entrar Christopher me detiene poniéndose en el medio.

—Antes de que puedas entrar tengo que decirte algo.—me dijo serio.

Asiento porque no tengo tiempo para sus estupideces.

—Mis padres tienen una fiesta aquí y no quiero que te vean o me meteré en problemas. ¿Entendiste?

Iba a responder hasta que suena un sonido como de un móvil, los dos nos quedamos de piedra hasta que mis ojos bajan hasta el bolsillo de Christopher y señale con mi dedo que es su teléfono.

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